Alfredo Sánchez Ortiz
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La actividad económica es inherente al Fenómeno Humano. Ambos son productos evolutivos regidos por la Ley General de la Evolución Cósmica enunciada así por Pierre Teilhard de Chardin: “A mayor complejidad en las estructuras, mayor conciencia en las funciones”.
La economía humana es un Fenómeno causado por la incapacidad del sujeto individual y grupal para ser autosuficientes. Sus variables especulativas, o Sistemas económicos, dinamizan al fenómeno instalando religiosa, filosófica, jurídica, y políticamente los límites axiológicos y pragmáticos entre los duplos necesidad/satisfactor y justicia/libertad que configuran al Proceso económico, mecanismo inalterable en cada acción económica.
Todos los animales, para su conservación, acceden al nivel económico natural que intercambia al esfuerzo por el satisfactor; el hombre es el único animal que trasforma algunos de sus intercambios en fenómeno económico.
Cualquier intento humano de sobrevivencia alcanza niveles fenomenológicos cuando interviene su conciencia reflexiva. Así, los elementos fácticos de la economía (producción, distribución, y consumo de satisfactores) han evolucionado elaborando elementos simbólicos (las monedas, hipersimbolizadas en los servicios bancarios de ahorro, crédito y finanzas) para organizar y facilitar la operatividad de los esfuerzos mediante elementos conceptuales (empresa, nación, empleo, mercado) que regulan al concepto matriz de toda economía: la Propiedad.
Solo el humano intercambia por apropiación, satisfactores disímiles representados simbólicamente. Es también, el único que altera por conocimiento la producción de satisfactores, acumulando formas pragmáticas y teóricas aplicadas en la tecnología.