BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


REPLANTEANDO LA INTERACCIÓN GOBIERNO-SOCIEDAD: LECCIONES DE LA GOBERNACIÓN AMBIENTAL EN LA FRANJA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

Ricardo V. Santes-Álvarez


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6.1. AIRE ATMOSFÉRICO Y RESIDUOS PELIGROSOS

6.1.1. Regulación de la calidad del aire

En Estados Unidos, la Air Pollution Control Act de 1955, y la Clean Air Act de 1963 constituyeron los fundamentos para un conjunto de enmiendas que configuraron la CAA de 1970. La CAA y sus enmiendas definieron los estándares para automóviles, emisiones de la industria, y calidad del aire en las áreas urbanas; todos, con la finalidad de proteger la salud y el ambiente.

La CAA fue enmendada nuevamente en 1977, permitiendo el acomodo del crecimiento de la industria a través de una política que ofreció, por un lado, expansión a las factorías existentes y, por otro lado, establecimiento de nuevas factorías en áreas de no-cumplimiento (non-attainment areas), pero sólo si cumplían con tres prevenciones; 1) Alcanzar las tasas de emisión más bajas posibles; 2) Requerir el cumplimiento de las disposiciones para el control de emisiones a otras fuentes de contaminación bajo el mismo propietario o control en un estado que poseyera áreas de no-cumplimiento; y 3) Pedir a las compañías existentes reducción de sus emisiones de contaminantes, permitiendo así que los nuevos operadores gozaran de una porción de los recursos aéreos en manos de los establecimientos antiguos. Se han dado otras enmiendas a la CAA, pero la mayoría de los cambios que resultaron en decrementos considerables de las emisiones fueron parte de las enmiendas de 1970 y 1977.

La CAA contribuyó a definir las funciones de la EPA, estableciendo una fuerte presencia federal, desarrollando tecnologías, y comprometiendo al país a proponer estándares y medidas de cumplimiento agresivas; diseñó estándares federales de calidad del aire con calendarios de cumplimiento, los llamados National Ambient Air Quality Standards (NAAQS), para limitar la concentración de ciertos contaminantes en el aire exterior; y dio a la EPA poder para imponer estándares primarios y secundarios para seis contaminantes mayores (O3, SO2, NOx, CO, Pb, y MP), además de revisarlos cada cinco años.

Los estándares primarios fueron impuestos para proteger la salud pública; los secundarios, para prevenir daños ambientales y a la propiedad. La ley también impuso términos para que las fuentes estacionarias de emisión cumplieran con los estándares, y estableció metas de reducción para fuentes móviles de emisión y términos para alcanzar esas reducciones. Los estados fueron requeridos para desarrollar planes de instrumentación (State Implementation Plans) que delinearan la forma en que proponían alcanzar los NAAQS federales de acuerdo a las fechas de término estipuladas. La ley también requirió cumplimiento de estándares más severos a nuevas fuentes estacionarias o ampliaciones de las existentes, y a nuevas fuentes móviles (principalmente automóviles).

La Clean Air Act Amendments (CAAA) de 1990, una revisión exhaustiva de la CAA original, reescribió las prevenciones referentes a las áreas de no-cumplimiento, fuentes móviles de contaminantes, permisos, y aplicación; también, adicionó nuevas disposiciones respecto a la lluvia ácida y a la protección del ozono estratosférico (atmósfera alta). Revisó, asimismo, las clasificaciones de las áreas de no-cumplimiento, los contaminantes del aire, y estableció nuevas fechas límite para el cumplimiento de los estándares con base en el tipo de área de no-cumplimiento. Por ejemplo, dependiendo de la severidad de la concentración, un área de no-cumplimiento para ozono es clasificada como marginal, moderada, seria, severa, o extrema, y tiene un término de cumplimiento de tres, seis, nueve, 15, o 20 años, respectivamente, a partir de la fecha en que pasaron las enmiendas en 1990.

Desde la aprobación de la CAAA, los estados han formulado planes y estrategias para reducir sus emisiones, tanto estacionarias como móviles. Las medidas comúnmente empleadas para reducir la contaminación en áreas con problemas incluyen pruebas de emisión obligatorias y mantenimiento de automóviles, programas de uso grupal de vehículos (carpooling), líneas de vehículos de alta ocupación sobre las carreteras principales, uso obligatorio de gasolina reformulada, requerimientos estrictos de emisiones para flotas vehiculares, y regulación de industrias y pequeños negocios que emiten contaminantes. No obstante, a pesar de los esfuerzos estatales, a finales de los noventa en Estados Unidos había 156 áreas de no-cumplimiento, y se estimaba que más de 118 millones de personas, o aproximadamente el 44 por ciento de la población, vivía en esas áreas. El Paso, TX, por ejemplo, seguía siendo considerado como un área de no-cumplimiento. En 1990, la CAAA autorizó a la EPA negociar con México programas para cumplir con los estándares, y proporcionarle apoyo para el desarrollo de proyectos de supervisión y mejoramiento.

En México, la primera legislación federal sobre calidad del aire, la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental, o LFPCCA, se aprobó en 1971, como se ha comentado; posteriormente, surgió el Reglamento para la Prevención y Control de la Contaminación Atmosférica Causada por la Emisión de Humos y Polvos (RPCCA-CEHP). De ahí en adelante, no hubo mayor regulación del aire. El artículo dos de la LFPA de 1981, especificó que el RPCCA-CEHP permanecería vigente.

A principios de los noventa, surgieron las Normas Oficiales Mexicanas (NOM). En diciembre de 1994, la Secretaría de Salud estableció mediante las NOM regulaciones sobre la calidad del aire ambiental, las cuales controlaron siete contaminantes: O3, SO2, NO2, CO, materia particulada suspendida total (TSP), partículas con diámetro menor a diez micrómetros (MP10), y Pb. Las NOM establecieron niveles de concentración máxima de contaminantes considerados como seguros para la salud de la gente, principalmente en los sectores más vulnerables (los niños y los adultos mayores) y se enfocaron hacia fuentes fijas y móviles, características de los combustibles, y métodos de medición y calibración de equipos para determinar concentración de contaminantes. Las NOM deberían ser acatadas por autoridades estatales y municipales, y fueron similares a los estándares de otros países, particularmente Canadá y Estados Unidos. El cuadro 3 exhibe datos seleccionados de estándares de calidad del aire en México y Estados Unidos.


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