7.2. ACUERDOS Y ORGANIZACIONES AMBIENTALES

Con el ánimo de obtener aprobación al TLCAN, los negociadores concedieron en la creación de instancias ambientales. El Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN) delineó las bases que ayudarían a la obtención de los objetivos del tratado comercial.

El ACAAN comprometió a los miembros del TLCAN a fortalecer la cooperación y mejorar los estándares y medidas de aplicación de sus leyes. Se propuso alcanzar el desarrollo sustentable en la región mediante el establecimiento de estrategias para preservar, conservar, y mejorar el ambiente, con el apoyo de políticas ambientales y económicas. Inició reconociendo que los países socios comparten un ambiente regional; por lo tanto, las políticas ambientales tendrían que ser asuntos trilaterales; y aun cuando el acuerdo ratificó el derecho de cada país de establecer sus propias políticas, prioridades y niveles de protección ambiental, las partes prometieron promover los estándares más altos.

El ACAAN comprendía acciones gubernamentales para capacitar recursos humanos con una administración ambiental de enfoque diverso, por ejemplo, en tareas como evaluación de los problemas, supervisión del cumplimiento de las normas, y aplicación de la ley. Notablemente, el acuerdo no apoya el dar autoridad a un país para tomar parte en las acciones de otro bajo el argumento de buscar cumplimientos ambientales; más bien, cada parte está comprometida a llevar a cabo todas las acciones de corto, mediano o largo plazo, y por todos los medios que coadyuven al cuidado ambiental en su territorio. En adición, cada país promete dar a conocer todas las medidas que ha tomado, notificar a las otras partes su decisión de prohibir o restringir el uso de ciertos pesticidas u otros químicos, y estudiar la posibilidad de prohibir la exportación de tóxicos cuyo uso esté prohibido en su territorio. Acciones correctas en estos asuntos estarían garantizadas con promesas de “juego limpio”, así como el acceso público a los procedimientos que refuercen la aplicación del derecho ambiental.

7.2.1. Comisión de Cooperación Ambiental de Norte América

El ACAAN estableció la Comisión de Cooperación Ambiental de Norteamérica (CCA) con sede en Montreal, Canadá, con la misión de proteger, conservar y mejorar el ambiente regional. Con la creación de la CCA, los miembros del TLCAN buscaban soluciones a cuatro problemas principales: conservación, salud y protección ambiental, aplicación de la ley, e información y alcance público. Es notable que la participación pública se indique como un procedimiento importante en los tres países para conseguir los objetivos de la comisión. La CCA se propuso informar anualmente al público sobre la instrumentación de su programa y presupuesto anual, así como acerca de la satisfacción de los compromisos.

Un Consejo, un Secretariado, y un Comité Público Asesor Conjunto son los elementos conformadores de la CCA, y un grupo de trabajo permanente se halla a cargo de la cooperación en el cumplimiento de la ley. El consejo está a la cabeza y se integra por los tres ministros del medio ambiente de los países firmantes; el secretariado, en Montreal, da apoyo al consejo en términos técnicos y administrativos (al igual que los comités y los grupos de trabajo que éste establece) y se encarga de atender peticiones de individuos, asociaciones y organizaciones no gubernamentales, quienes pueden argumentar que su derecho ambiental no se aplica adecuadamente; el comité público asesor conjunto orienta al consejo, y otorga al secretariado información científica y técnica. La CCA ha actuado con cierto éxito, y ha acrecentando su capacidad institucional. Durante su período de prueba, los primeros tres años de su trabajo, recibió cuatro peticiones notorias sometidas por OANG, cuya respuesta fue lo suficientemente satisfactoria como para mejorar su legitimidad entre los gobiernos y los ambientalistas, quienes disiparon dudas respecto a su pertinencia.