LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS MEXICANAS ANTE LA CRISIS DEL PARADIGMA ECONÓMICO DE 2009
Genaro Sánchez Barajas
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2.1. Teoría Clásica
Sus planteamientos se desprenden del análisis que Smith hizo del mercantilismo , teoría económica que veía al comercio como un juego de suma-cero en que el superávit de un país es el déficit de otro ( Cho y Moon, op. cit ).
El mercantilismo surgió y creció influenciado por el descubrimiento de América en 1492 y de otros países del lejano oriente (Smith, 1999:394-397), cuyas rutas abrieron el camino para el comercio entre Oriente, Europa y América, con amplias perspectivas rentables para los comerciantes y hombres de negocios, de manera que el comercio internacional cobró importancia basado en esta teoría desde el siglo XV hasta entrado el XVIII, a partir de la comercialización de metales preciosos. Teóricos de este sistema como Mun (1630-1950), en sus inicios, recomendaban el comercio de metales preciosos porque consideraban que la riqueza se expresaba en oro y plata o tesoro, término creado por los “bulionistas”, que recomendaban la importación y desalentaban la exportación de este “tesoro”. Posteriormente sugirieron que se regularizara esta actividad para tener un balance favorable en el comercio, para ello consideraban que un país debería exportar (aumentando la producción nacional) el máximo de sus manufacturas e importar lo menos posible de otras latitudes; el exceso de sus exportaciones sobre sus importaciones debía pagarse en oro y plata.
Smith por el contrario visualizaba el comercio exterior como un juego de suma-positiva en que todos los países se pueden beneficiar si se especializan en la producción de mercancías en que tengan ventajas absolutas. Por lo que gran parte de su obra la dedicó a refutar la teoría mercantilista. Él creía en el manejo de la economía por una ley natural o mano invisible, favoreciendo con ello el individualismo productivo y el comercio libre de ataduras gubernamentales. Pensaba que la ley natural se expresaba en cada persona mediante la división del trabajo, que hacia extensiva a la “división internacional del trabajo”, sugiriendo que los países se especializaran en lo que mejor podían hacer: una nación exporta un artículo si es el productor de más bajo costo del mundo. Visto así el comercio para él era un juego positivo y no de suma-cero.
David Ricardo (1980:98) amplió esta teoría con la introducción del concepto de la ventaja comparativa, mediante la cual señala que si un país no tiene ninguna ventaja absoluta en algún bien, aún así éste y otros países se benefician del comercio internacional. Era de la opinión que las fuerzas del mercado asignaban los recursos de una nación a aquellos sectores donde era relativamente más productiva. En su opinión el país “superior” se debe especializar en el bien que tenga la ventaja absoluta máxima y, el país “inferior” se debe especializar en la mercancía en que tenga la menor desventaja absoluta, regla que se conoce como teoría de la ventaja comparativa. Por lo anterior es que aún cuando un país no tuviera una ventaja absoluta en un bien, de todos modos ese país y otros se beneficiarían del comercio exterior. Como Smith, creía que las ventajas de la división del trabajo, fuera ésta entre individuos, regiones o países, fundamentaba el principio de la ventaja, ahora comparativa.
Sus críticos observaron que Ricardo no explicaba satisfactoriamente por qué las ventajas comparativas son diferentes entre los países.