LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS MEXICANAS ANTE LA CRISIS DEL PARADIGMA ECONÓMICO DE 2009
Genaro Sánchez Barajas
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Se intuye que la administración federal del periodo arriba señalado para elaborar este programa se documentó entre otras, en las fuentes académicas, institucionales y empresariales mencionadas porque muchos de sus lineamientos coinciden con las directrices y sugerencias que hacen los especialistas de esas instituciones.
En efecto, el Presidente Fox en la hoja de presentación del programa señala que su gobierno está decidido a que la competitividad se convierta en el eje central de la nueva política económica, con el fin de que sea la piedra de toque para que las empresas mexicanas tengan un crecimiento sustentable. Informa que para lograrlo aplicará una serie de medidas que le permitirán a las empresas el manejo eficaz de la información para la toma de decisiones, el acceso a los servicios de consultoría y a la capacitación, al crédito suficiente, en tiempo y acorde a las características y posibilidades de las micro y pequeñas empresas, ya sea como capital de trabajo o para modernizar su planta industrial, así como esquemas sencillos y directos que permitan innovar tecnológicamente sus procesos; apoyos concretos que fomenten el asociacionismo que ayude a rescatar y fortalecer cadenas productivas, al igual que el desarrollo de mecanismos que acercarían los mercados y dieran mayor certidumbre al ciclo económico. Enfatiza que su deseo es que el gobierno sea un promotor protagónico de la actividad empresarial, mediante la creación de infraestructura, de instrumentos y recursos crecientes para impulsar la competitividad de las empresas mexicanas. A manera de lineamiento de política económica indica que su propuesta define un rumbo claro al papel que dentro de la economía nacional desempeñarán las micro y pequeñas empresas, todo ello con el fin de los crear empleos y bienestar que exige nuestra sociedad.
¿Pero en qué consistía su propuesta, cómo se lograría ese objetivo?
El PDE (2001: 79) indica que se instrumentan seis estrategias las cuales son:
Estrategia Eje articulador
1. Fomento de un entorno competitivo para el desarrollo de las empresas Coordinador de los actores
2. Acceso al financiamiento Sistema financiero competitivo y conformación de fondos de garantía
3. Formación empresarial para la competitividad Formación de multiplicadores de apoyo y fomento de una nueva cultura empresarial orientada a la competitividad
4. Vinculación al desarrollo y la innovación tecnológica Formación de extensionistas tecnológicos
5 Articulación e integración económica regional y sectorial Integración de cadenas productivas
6. Fortalecimiento de mercados Fomento de oportunidades de negocios
Como puede observarse, de manera implícita existió una clara inclinación hacia el desarrollo de las empresas industriales, limitando así el amplio apoyo que el gobierno debería dar a las MYPES de los sectores comercio y servicios, por ser estos los que albergan a la mayoría de las empresas mexicanas. Sólo así se explica que citen la formación de extensionistas tecnológicos como eje articulador; así como la integración de cadenas productivas, omitiendo las cadenas distributivas y comerciales que son los vehículos para mejorar la competitividad de los sectores y empresas de estos giros.
Por otra parte no queda claro como es que el fomento de oportunidades de negocios (con la atonía como eje rector de la actividad económica) constituya el fortalecimiento de mercados, ya que mientras no se estimule la demanda no habrá incremento en los ingresos del factor trabajo que actúa para satisfacerla y, por consiguiente, para ampliar los mercados.
En el caso de la estrategia financiera, huelga decir que esta es mera retórica por que no se cuenta con una banca eficaz y económica , como tampoco con recursos suficientes para hacer barata la intermediación bancaria y convertirla en enlace entre el empresario y el sistema financiero nacional. Al respecto, a continuación se describe en forma resumida el resultado del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario que impulsó la administración foxista, En opinión de Elvia Gutiérrez (2006) fracasó rotundamente debido a la falta de demanda de los consumidores y a la competencia excesiva con los negocios establecidos formalmente, situación que ocasionó un alto endeudamiento de los negocios promovidos institucionalmente. En opinión de esta especialista.” De conformidad con datos de la Encuesta Ingreso Gasto, correspondiente a 2005, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el 12 por ciento de los hogares ( tres millones 85 mil) que decidieron emprender negocios propios, arrojan un balance negativo, es decir, resienten pérdidas en sus proyectos productivos”. En la industria y el comercio es donde más se registran saldos negativos. Esto es preocupante porque estos micronegocios se “ sumaron a los nueve millones 836 mil 542 hogares que cuentan con una renta empresarial”, cantidad preocupante para cualquier persona responsable que vele por los intereses de la Nación.
Si los resultados de los estratos empresariales que no consolidaron su operación, se relacionan con el resto de las unidades de producción y de servicios, puede estimarse que muchas de ellas constatan la opinión de que las bajas ganancias son el tercer gran problema estructural que tienen y que debe resolverse a la brevedad posible.
Ahora bien es conveniente señalar que los primeros lineamientos de política económica dados a conocer el los primeros días de diciembre del 2006 por la administración federal para a l periodo 2006-2012, indican que será prioritaria la solución de los “problemas de operación” y no la solución de los “problemas estructurales: falta de clientes y competencia excesiva”, dado que las cinco acciones enfatizan un fomento similar al realizado durante las casi ya tres décadas. Se trabaja en cinco segmentos, los cuales son: a).- Nuevos emprendedores; b).- microempresarios; c).- Pymes; d).- empresas gacelas y e).- empresas tractoras (Felix Guerra, 2006). De ahí que revisarán a fondo áreas como el financiamiento, gestión, innovación tecnológica, capacitación y comercialización. Esta propuesta provocó que Concanaco (2006) recomendara la suspensión de apoyos para la creación de changarros porque sólo fomentan el crecimiento de la economía informal.
De conformidad con lo antes señalado y concretamente con lo señalado en el Capítulo II, la información disponible sobre los programas de fomento institucional revela que no se ha cumplido con tan noble objetivo. Sin embargo, es incuestionable que se ha avanzado, que sí hay algunos resultados positivos que estimulan la perseverancia para encontrar nuevos procedimientos que incrementen la competitividad de las MYPES; las buenas experiencias sirven para fortalecer los casos exitosos, para corregir las desviaciones, reestructurar lo básico, eliminar lo perjudicial y para buscar el equilibrio en la aplicación del gasto público a favor de otros sectores económicos en que operan y son mayoría las MYPES mexicanas, como son los servicios y el comercio.
Principales conclusiones sobre las teorías y programas institucionales de fomento de la competitividad.
A partir de la teoría de las ventajas absolutas de Smith se han formulado otras sobre la mejor manera de incursionar exitosamente en los mercados internacionales.
Ninguna está dirigida a favorecer la participación de las MYPES en los mercados; tampoco para el fomento prioritario de los sectores económicos comercio y servicios, en los que predominan las MYPES.
Las teorías están dirigidas al fomento de las exportaciones del sector industrial, aun cuando en el mercado internacional también intervienen otros sectores económicos.
Con un enfoque de competitividad del entorno institucional, su preferencia tradicional por las grandes empresas ha determinado que el gobierno en un afán de buscar el equilibrio promueva, recientemente, la exportación de las pequeñas y medianas empresas mediante su vinculación directa o indirecta en los programas de exportación de las grandes empresas, sin que haya un éxito hasta el momento.
De lo anterior se infiere que las micro y pequeñas empresas no cuentan con teorías especificas y por consiguiente, con programas que contengan estímulos institucionales apropiados y abocados a la solución de sus problemas estructurales, suficientes, focalizados y permanentes para mejorar la competitividad de su oferta en los mercados globalizados en que participan.