LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS MEXICANAS ANTE LA CRISIS DEL PARADIGMA ECONÓMICO DE 2009
Genaro Sánchez Barajas
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3.4.1. Las exportaciones no generan empleo ni salarios reales significativos en las MYPES.
No existe una gran asociación entre las exportaciones significativas del sector manufacturero y el incremento del empleo. Si bien es cierto que en algunos años las primeras han representado en el periodo de análisis más del 30% del PIB, también lo es que fueron unas cuantas empresas las que realizaron el 93.0% del total exportado ( entre 264 y 312 empresas nacionales y extranjeras exportaron el 52.0%, más alrededor de 3,130 maquiladoras con flujos al exterior, 41.0% ); de tal forma que el 7.0% restante de nuestras ventas al exterior provino en mucho de medianas empresas y en poco, de MYPES.
Lo anterior no debe de sorprender en virtud de que una de las ventajas que le dan competitividad a una empresa son las economías de escala, mismas que es difícil observar en cada una de las MYPES, salvo que se agrupen y puedan competir de manera colectiva directamente o indirectamente suministrando insumos o partes a los grandes exportadores. Para que se agrupen es necesaria la intervención del Estado para motivar, orientar y organizar estos productores que debidamente coordinados, pueden generar ventajas competitivas superiores a las comparativas ( Krugman &Obstfeld, 2001:159).
En opinión del Profesor Enrique Dussel Peters ( 2000. ), en el periodo 1993-1998 las empresas que realizaron el 93% de las ventas al exterior, generaron el 5.65% del empleo total, por lo que puede afirmarse que la mayor parte de las plazas de trabajo en el país las crean empresas desvinculadas del comercio exterior mexicano.
En efecto, si se analizan las cifras de empleo contenidas en esta fuente se comprueba que en el periodo1993-1998, por ejemplo que:
i)..- Las empresas maquiladoras proporcionaron empleo durante el primero de esos años a 547 mil trabajadores y en el segundo, a 1 millón 39 mil personas. Ello significa que en 1993 las maquiladoras tuvieran una participación del 1.68% y en 1998, de 2.69% del total, lo cual determinó una tasa de crecimiento del 13.7% en el periodo. Cuadros 29 y 30.
ii)- Las principales empresas exportadoras nacionales aportaron el 3.08% en 1993 y el 3.45 % en 1998 del total de plazas al empleo, cuyo ritmo de crecimiento promedio anual fue del 5.9 %. Cuadros 29 y 30.
iii).- Ambos tipos de empresas exportadoras en 1993 contribuyeron con el 4.76% y en 1998 con el 6.14% del empleo total en el país.
iv).- Dicho porcentaje es modesto y permite inferir que el 94.35% del empleo se crea en empresas cuyos productos y servicios se canalizan hacia el mercado nacional, cuyos salarios reales y regímenes de prestaciones sociales contractuales son inferiores a los observados en muchas empresas exportadoras.
Esta tendencia se confirma con datos más recientes que la aportación de la apertura comercial que se inició en la década de los ochenta, en la actualidad, como entonces, no ha incidido considerablemente en el empleo. En el año 2001 aun cuando el coeficiente de exportaciones mexicanas fue de 33.5%, en que el 89.0% de las exportaciones correspondió a la industria manufacturera y que las maquiladoras contribuyeron ( Fuji, 2003:36) con el 54.4% de la oferta manufacturera exportada, de manera que las industrias mexicanas junto con las maquiladoras mostraron una participación significativa, no obstante, durante el año 2001, las maquiladoras mostraron estancamiento al dar empleo a un número similar de trabajadores como en 1998: alrededor de 1 millón de personas, con el atenuante de que el sector manufacturero no maquilador mostró un retroceso en la contratación de mano de obra barata aún cuando sus exportaciones, como se indicó, mostraron dinamismo. Comenta el Profesor Fuji que la excesiva competencia les orilló a cambiar la producción de bienes intensivos en el factor trabajo o a aumentar la productividad de este.
Otro hecho que explica el reducido impacto de la apertura comercial sobre el empleo corresponde al vertiginoso crecimiento de las importaciones, cuyo coeficiente, por ejemplo, de ser 22.3% en 1994 pasó a 36.7% en 2001 (ver por ejemplo el cuadro 3 del Capítulo I), mismo que al compararlo históricamente con el coeficiente de las exportaciones, se concluye que siempre fue mayor y por ello incidió en la contracción de la actividad económica y en consecuencia, en la escasa generación de empleo en el país.