LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS MEXICANAS ANTE LA CRISIS DEL PARADIGMA ECONÓMICO DE 2009
Genaro Sánchez Barajas
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (177 páginas, 573 kb) pulsando aquí
Los factores que intervienen en el proceso de fabricación automotriz observan las siguientes debilidades:
i). Las innovaciones que se introducen se desarrollan fuera de México. Ello es reflejo del escaso apoyo que el gobierno otorga a la investigación y desarrollo en el país. Se considera que en México se asigna alrededor del 0.4% del PIB, mientras que en EEUU es el 5.0%.
ii). Los conflictos entre las empresas y sus trabajadores dañan su imagen y ahuyentan las inversiones. Existen opiniones en el sentido que desde 1960 la industria no ha aumentado su productividad ( Nafin, 1995d).
iii). Los constantes problemas laborales inciden en la menor competitividad de las empresas del sector.
iv). Aun cuando la industria terminal mantiene una constante innovación en los sistemas de abastecimiento y de control de calidad, sus empresas armadoras, por lo general, se abastecen de partes mediante concursos internacionales, lo cual reduce las posibilidades de que empresas mexicanas realicen la proveeduría.
v). Las autopartes que fabrican los proveedores mexicanos son sometidas innecesariamente a concurso internacional, puesto que existe una regulación específica sobre el contenido nacional que deben tener las unidades automotrices.
Por lo que se refiere a la demanda interna, la información disponible no dio indicios de que el sector tuviera serias debilidades; en cambio, en el ámbito de las industrias relacionadas y de apoyo, es conveniente decir lo siguiente:
i). Existen problemas en el suministro de insumos que hacen las empresas de autopartes como también en la infraestructura nacional de transportes que obstruyen seriamente la distribución de insumos y autopartes. Dentro de los insumos es preocupante que en el caso del acero, aluminio o cobre, materiales sintéticos y eléctricos, predominen los de baja calidad y precios, que no son competitivos. Con respecto a los problemas de transporte, estos repercuten directamente en la cadena productiva y se expresan en la poca eficiencia en la distribución al limitar su entrega “justo a tiempo”.
ii). Otro problema a resolver es la solicitud permanente de las empresas automotrices de que se modifique el Decreto de la Industria automotriz en el sentido de que les permitan tener derecho pleno a ser dueñas de empresas mexicanas de autopartes. Ello favorecería la integración vertical de la cadena productiva; sin embargo, autorizar la propiedad plena trae problemas para la industria nacional de autopartes que es necesario sopesar.
La debilidades observadas en el gobierno, son de la siguiente naturaleza:
i). En los inicios del periodo de análisis, 1983, las empresas tenían la obligación de contar con un 56.0% de integración nacional, porcentaje que posteriormente se redujo a 30.0% para las empresas que demostraran ser altamente exportadoras.
ii). A partir de 1990 las autoridades empezaron a reducir las restricciones que existían sobre la industria; de manera simultanea también accedieron a las menores exigencias de que sus vehículos tuvieran un menor porcentaje de contenido nacional, 36.0%. Esto último ha llegado al extremo de que ahora las empresas puedan inclusive importar vehículos terminados “ para complementar sus líneas”.
iii). El gobierno también redujo las restricciones que regulan la cantidad y composición de los modelos. De acuerdo con el Decreto para el Fomento y Modernización de la Industria Manufacturera de Vehículos de Carga, se han reducido las restricciones a la importación de autobuses, camiones ligeros y pesados.
iv). Se comenta que prácticamente no se cumplen las normas de contenido nacional, porque se negocia de manera casuística con cada empresa. Ello ha ocasionado que ninguna de las empresas armadoras haya incorporado el contenido nacional que establece el Decreto de la Industria automotriz y, en consecuencia, que se hayan incrementado las importaciones del sector.
Estas son las principales debilidades identificadas en la industria automotriz, mismas que parecen ser pocas debido a que la intensa competencia las elimina o reduce a la brevedad. En la medida que el Estado y los factores multiplicadores dispongan de mayor información, se hará un mejor diagnóstico económico y se focalizará con eficiencia la terapia para aumentar la competitividad.
Al respecto, con base en la metodología propuesta ahora procede formular precisamente las medidas que permitan superar las debilidades y aprovechar las fortalezas para incrementar la competitividad del sector, en el que participan activamente las medianas y grandes empresas industriales.