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CONSIDERACIONES TEÓRICAS ACERCA DE LA ECONOMÍA INFORMAL, EL ESTADO Y LA GERENCIA

Alexei Ernesto Guerra Sotillo



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CAPITULO V. A MANERA DE CONCLUSIONES

Luego del desarrollo de la investigación planteada inicialmente, y del análisis de los aspectos considerados para tal propósito, es posible afirmar la existencia de relaciones teóricas, analíticas y prácticas entre la economía informal como constructo teórico, el Estado y la Gerencia como función organizacional, en el actual escenario definido por la dinámica globalizadora.

Esta aseveración, se sustenta en las siguientes conclusiones, en tanto aseveraciones específicas:

a) En relación al análisis del concepto de economía informal, sus orígenes, desarrollo conceptual y vigencia, como una construcción teórica que persigue definir y representar un determinado tipo de actividades, relaciones y entidades en un contexto caracterizado por cambios y tendencias económicas, sociales, tecnológicas y productivas, se puede concluir:

El origen del término economía informal, esta vinculado al estudio de fenómenos relacionados con la existencia de sectores sociales importantes en ámbitos urbanos, cuyas prácticas económicas, laborales, productivas y de autoempleo, no podían explicarse con las teorías sociológicas y económicas tradicionales existentes hacia mediados del siglo pasado, en varios países del mundo subdesarrollado.

Si bien la aparición formal del concepto se le debe a un informe de la OIT sobre la desempleo en África, sus antecedentes como noción deben referirse al concepto de marginalidad, en el análisis de la pobreza y de actividades y relaciones de producción no centrales, en los procesos de acumulación capitalista urbanos en América Latina.

El concepto de economía informal se caracteriza por la ausencia de consenso en torno a su extensión y delimitación, producto quizá de la dualidad que le caracteriza, y su aparente neutralidad valorativa, lo cual permite su empleo por parte de enfoques diferentes. Cada enfoque teórico le asigna significados diversos con énfasis que apuntan o bien a la extralegalidad, a la baja calificación, al trabajo familiar o no asalariado, a la escala de producción reducida, al cambio tecnológico, a la flexibilización empresarial, o las limitaciones estructurales de la economía capitalista para generar empleo.

La vigencia del concepto es relativa, dado el carácter estructural, persistente y reiterado de los fenómenos a los que alude, en América Latina, por situaciones que se pensaron coyunturales años atrás, y aun hoy siguen presentes, bajo dinámicas distintas y más complejas. Reconociendo su carácter dual, lo cual limita sus posibilidades para aprehender una realidad plena de matices, es conveniente desarrollar un constructo teórico, como expresión de una teoría, que incorpore los elementos esenciales del fenómeno, y posibilite su mejor comprensión, y la eficacia de las políticas públicas.

Más allá de las visiones o enfoques teóricos, se consideran actividades, relaciones, prácticas y esquemas de organización que, en grados variables y bajo formas diversas, presentan una finalidad o intencionalidad lucrativa, o definidas como esencialmente capitalistas.

El énfasis normativo del término, plantea el dilema de la inserción o no en la esfera regulatoria del Estado de las actividades que la integran, como paso previo a su crecimiento y consolidación, y a las dificultades crecientes del Estado, para garantizar el cumplimiento de la norma.

b) En relación a la identificación de relaciones teóricas entre los enfoques que abordan la emergencia y persistencia de actividades económicas no tradicionales denominadas informales, y el rol del Estado, a partir de la nueva Carta Magna aprobada en Venezuela en 1999 y los cambios normativos e institucionales subsecuentes, es posible afirmar lo siguiente:

La relación entre el Estado y la economía informal, viene dada por la centralidad que, pese el replanteo de las relaciones de poder en el ámbito de la globalización entre mercado, el Estado y la sociedad civil, sigue teniendo para la coordinación social, la gobernabilidad, el desarrollo y la planificación, regulación y fomento del hecho económico.

En el abordaje de los procesos económicos y productivos, las políticas públicas se nutren de concepciones teóricas e ideológicas, que determinan el diagnóstico sobre la realidad, y la manera y mecanismos normativos e institucionales para afrontarlos.

En el caso venezolano, la Ley Fundamental aprobada en 1999, como expresión del proceso de cambios políticos y el ascenso al poder de un proyecto con un fuerte componente programático y discursivo de reivindicación social y popular, incorporó la noción de economía popular en su estructura normativa, denotando con ello, el énfasis asignado a la dimensión política y organizativa de las actividades sectores que la encarnan. Al restar importancia a la dimensión legal de dichas prácticas y relaciones esencialmente capitalistas, privilegiando su vinculación a la asistencia y financiamiento estatal, antes que su consolidación e independencia, las políticas públicas revelan un matiz asistencialista y de exclusiva intención redistributiva, entrando en contradicción en sus relaciones con el actor empresarial.

Las misiones, como expresión de acciones que intentan crear una nueva estructura de administración pública, son referencias principales de la política social del actual gobierno, como prioridad frente a la política de fomento económico hacia el sector privado, que buscan satisfacer necesidades básicas de importantes sectores populares. Su éxito, se sustentaría más allá de la provisión efectiva y masiva de bienes públicos, en su contenido político y simbólico y en el significado que le asignan gruesos sectores sociales, anteriormente desasistidos.

e) En relación al establecimiento de la conexión y articulación de la idea de informalidad en tanto tendencia, con la teoría y la práctica gerencial actual y el concepto de organización y de empresa, como una dimensión interna y externa del cambio organizacional actualmente en marcha, es posible afirmar lo siguiente:

La informalidad plantea para la organización, el imperativo de cambio en sus estructuras, bajo una racionalidad de reducción de costos, y de desconcentración y tercerización de procesos impuesta por la nueva dinámica global de reestructuración capitalista, con fuerte influencia de las nuevas tecnologías.

Se asocia lo informal, como la valoración en la función gerencial de lo cualitativo, de lo subjetivo, y de lo humano, como dimensiones reales de competitividad e innovación, en la nueva economía del conocimiento.

Pese a visiones críticas y a otras lecturas, es inevitable la consideración o definición de la informalidad, como criterio o tendencia que “flexibiliza” las rigideces de la organización y su gerencia, que impiden su sobrevivencia económica, su viabilidad financiera, y competitividad global.

f) En relación a la intención de estudiar la opinión y valoración colectiva de que tienen los usuarios o demandantes de bienes y servicios, acerca de la economía informal, en una realidad concreta: la ciudad de Barquisimeto, es posible concluir que:

Existe una distancia no desdeñable entre la opinión o valoración sobre un aspecto de la realidad, y la conducta o comportamiento frente a esa realidad. El estudio de opinión realizado en Barquisimeto, demuestra que, más allá de su valoración crítica, e independientemente con que se esté o no de acuerdo con su existencia o crecimiento, una gran mayoría de personas recurre a la economía informal para adquirir bienes o servicios. Como mercado, y en vista de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, de la persistencia de la inflación, y de la incapacidad del Estado para hacer cumplir la Ley, representa una oferta que tiene una demanda.

Por ello, cualquier estrategia de acción o política pública que se implemente hacia la economía informal en el plano municipal (reubicación, construcción de locales acondicionados, financiamiento) debe asumir el peso de una realidad económica estructural, de poder adquisitivo, de desempleo, de pobreza, de costos de transacción, de registro o funcionamiento en el marco de la formalidad jurídica, de competencia empresarial, que influyen en la persistencia del fenómeno, y en su visualización como una opción atractiva de ocupación, o de funcionamiento. Por ello, la integralidad en el tratamiento de todas estas variables (en la medida que ello sea posible) es un elemento a incorporar, en cualquier estrategia de acción pública, privada o concertada.


 

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