Alejandro Barros
barrosa@piano.com.ar
La cantidad de operaciones diarias en el mercado de capitales mundial equivale a veinte veces el movimiento del mercado de capitales argentino en un año. Si a esto le agregamos que el movimiento anual del Mercado de capitales en el mundo equivale a nueve veces el PBI mundial, y que en Argentina esa relación es a la par, tomamos conciencia de lo chico que es el intercambio de títulos valores en el mercado local, y la poca capacidad que hay de conseguir financiamiento en el de parte de las empresas.
Una de las formas clásicas y más antiguas de financiar el gasto del Estado es por medio de la recaudación de impuestos. Los impuestos se convierten entonces para las empresas en costos adicionales que deben necesariamente afrontar para poder operar. Estos recursos que se desvían de la actividad privada para el consumo del estado, tienen como destino volver como servicios a la comunidad. Sin embargo cada vez que se paga el impuesto se entrega una porción del capital de trabajo.
La propuesta que expondré a continuación sugiere que en lugar de entregar fondos que provoquen un cercenamiento del capital de trabajo, se entregue acciones de las empresas en fideicomiso financiero, y que el Estado Nacional pueda colocarlos en el Mercado de Valores, obteniendo fondos por la venta de los valores de deuda fiduciaria que reemplazaran a la recaudación impositiva sobre las empresas.