EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA TRANSFORMACIÓN DEL MUNDO
Eduardo Jorge Arnoletto
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A lo largo de estas páginas hemos visto cómo la tecnología ha desempeñado siempre, en la historia del hombre, un rol protagónico en las construcción y en la transformación del mundo humano. Ese protagonismo se ha acentuado en los tiempos que vivimos, en esta revolución científico-tecnológica que nos introduce en la Era de la Globalización, de la Comunicación planetaria, con sus luces y sus sombras, con sus riesgos y sus oportunidades, mostrando una vez más su ambigüedad, como fuente de todos los beneficios y ventajas, y también de todos los riesgos y amenazas que enfrentamos como individuos y como especie.
Vivimos en un mundo de acelerado crecimiento, de gran producción de riquezas, pero al mismo tiempo, de enormes asimetrías en el acceso a esos bienes, con gran concentración de la riqueza y masiva pobreza, en un marco planetario que ya presenta claros síntomas de deterioro ambiental, porque el hombre no ha respetado los equilibrios naturales y se ha comportado como “aprendiz de hechicero”, movido por su ambición y su corta visión de las consecuencias de sus actos frente a la Naturaleza, generando consecuencias que más temprano que tarde habrá que enmendar.
Hemos pasado revista a diversos aspectos de esa compleja situación, centrando el análisis en las tecnologías de gestión de organizaciones, como una variada gama de intentos de respuesta a los requerimientos de un contexto cada vez más exigente, competitivo e imprevisible. Hemos visto también las consecuencias indeseables del desarrollo sin encauzamiento humano y ambiental, y tomado contacto con las lúcidas formulaciones de propuestas alternativas para resolver la crisis en que vivimos, propuestas jaqueadas impiadosamente por los intereses circunstanciales de la riqueza y del poder global, y que aún así luchan por ser escuchadas y asumidas por los hombres, que son, en última instancia, sus principales beneficiarios.
Hay, en todo este recorrido, mucho material para reflexionar y para transmitir a las nuevas generaciones, para formar sus conciencias en la convicción de la necesidad de armonizar la satisfacción de nuestras necesidades con la atención de las necesidades de las futuras generaciones, desarrollando tecnologías inspiradas en el deseo de una vida plena a largo plazo, para muchas generaciones, y no para el provecho inmediato de unos pocos, mientras las grandes mayorías se debaten inmersas en la pobreza y la ignorancia, en un ambiente de creciente violencia en el que ni siquiera los privilegiados viven bien.
El conocimiento hoy disponible hace viable la construcción real de tales tecnologías, de producción y de gestión. No es una utopía irrealizable. Tal es la opción que se plantea ante nuestra mirada actual.
EL AUTOR