EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA TRANSFORMACIÓN DEL MUNDO
Eduardo Jorge Arnoletto
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Andrés Fernández Romero hace una detallada enumeración y descripción de los cambios que se han producido y que se están produciendo en los modelos directivos de las empresas. Entre los cambios producidos en los valores y rasgos culturales, en síntesis enumera los siguientes:
De la indefinición de la finalidad organizacional a una visión y objetivos claros y jerarquizados.
De la gestión puramente técnica a los valores compartidos y el sentido de pertenencia.
Del corto plazo al énfasis en el largo plazo.
Del pensamiento analítico a la creatividad.
De la atención al cliente a la obsesión por el cliente.
Del control a la confianza en el ser humano.
De la búsqueda de continuidad a la aceptación del cambio.
De la negación del conflicto al enfoque positivo del conflicto.
Del temor al dominio de la informática.
En los sistemas y métodos de dirección, enumera como ya producidos los siguientes cambios:
La formalización de la dirección estrategia como disciplina de base científica.
La programación como centro del control.
El énfasis en la información cualitativa.
El análisis sistemático de la evolución del entorno.
La jerarquizacion selectiva de la información.
La informática al servicio de la gestión.
La búsqueda de estructuras sencillas y flexibles.
La difusión de los equipos pluridisciplinarios de trabajo.
El desarrollo efectivo de la descentralización.
Entre los cambios que se están produciendo en nuestros días, menciona los siguientes:
De la estructura piramidal a la estructura plana.
Del management al liderazgo.
De la gestión de procesos a la gestión de la cultura.
De la persona como recurso a la persona como centro de actuación.
Del mando a la negociación.
De los prejuicios a la sociedad plural.
De los costes a repartir a los costes por objetivos.
De la continuidad al cambio.
Del tiempo como recurso al tiempo como diferencia competitiva.
De la economía de escala a la evaluación de la dimensión optima.
De la mejora continua a la reingeniería.
De la planificación estratégica al pensamiento estratégico.
De la aceptación del cambio a la anticipación, generación y gestión del cambio.
Del control de la calidad a la calidad total.
De la empresa única a la corporación virtual y las alianzas estratégicas.
Del horario rígido y uniforme a nuevas formas de organización del trabajo.
Del despertar de la creatividad a la organización sistemática de la creatividad.
De la norma y el orden a la valoración de la flexibilidad y la ambigüedad.
De la confianza a la aceptación del error y el fracaso.
De la consulta y la discusión a la participación basada en el consenso.
Todos estos cambios significan un neto predominio de los procesos transversales, que atraviesan las estructuras organizativas en forma horizontal y recorren las diversas funciones especializadas buscando la mejor “cadena del valor” para satisfacer plenamente al cliente final. Se trata de un enfoque netamente multidisciplinario de la gestión, que no suprime las especializaciones pero las vincula estrechamente y obliga a todos a comprender los diversos lenguajes y el valor de cada aporte para el logro de la meta compartida, derribando las clásicas “barreras” entre los departamentos.