Fabricio Vázquez
De los muy escasos estudios sobre geografía paraguaya que pueden acreditarse a la bibliografía nacional, resalta sin duda el de J. Natalicio González, Geografía del Paraguay, Editorial Guarania, 1964. El mérito indudable de esa obra radica, más que en su carácter científico, en su extraordinario valor literario y en la detallada descripción que el connotado escritor paraguayo hace de los recursos naturales y humanos de nuestro país. Y no es casual que González logre ese resultado pues, además de su agitada carrera política que lo llevó a ocupar el cargo de presidente de la república entre mediados de 1948 y comienzos de 1949, suma en su haber una amplia labor intelectual y cultural como ensayista, editor y publicista. Y si bien González aborda con notable solvencia no solamente la geografía física, sino también la biogeografía, la geografía humana, la geoeconomía y la geografía política del Paraguay, lo cierto es que su obra se presenta hoy a nuestros ojos como la descripción casi enciclopédica de un país históricamente congelado, cuyos recursos naturales (flora, fauna, bosques, ríos), habitantes, paisaje y territorios, parecieran al margen de las transformaciones que han ido determinando nuevas y diferentes configuraciones geográficas, como resultado de los procesos y cambios que la propia naturaleza y la acción del hombre imponen a la superficie terrestre y a todos los seres y cosas que la habitan. Así es como, más que de analizar y describir dichas configuraciones en la forma como se presentan en un momento dado, la geografía y sus diversas ramas constitutivas, a estar por sus actuales estudiosos e investigadores, se interesan por interpretar y explicar la dinámica de los cambios que subyacen en los diversos territorios y actividades de sus actores, tratando de comprender lo que ha llevado a conformar la situación analizada y a prefigurar, bajo determinados supuestos y tendencias, lo que podría ocurrir en el futuro.