Ernesché Rodríguez Asien
rodriguezasien@yahoo.es
El estudio del capitalismo monopolista de Estado japonés, su sistema empresarial, su crisis financiera y sus reformas para sacar adelante la economía, es de gran interés científico para economistas de todo el mundo y, en particular, para los de nuestro país, pues cualquier afectación o acción en la economía nipona incide en la economía mundial y de alguna forma, en las relaciones comerciales entre Cuba y Japón. Una de las razones de la reducción del comercio bilateral entre nuestros países a partir de la década de los 90, fue precisamente la disminución de la fuerza competitiva de los productos japoneses, causada por la reevaluación continuada del yen a partir del Acuerdo Plaza de 1985.
El crecimiento acelerado de la burbuja financiera en Japón a mediados de los años 80, hasta su explosión a principios de los 90, provocó la concentración de un gran número de créditos que luego resultaron irrecuperables y causaron graves problemas en el sistema financiero nipón.
Los préstamos hipotecarios, basados en el precio futuro de las acciones y terrenos, se paralizaron. Asimismo, la capacidad de préstamos de los bancos se contrajo. Unido a ello, las utilidades de las empresas comenzaron a reducirse, se estancó el salario de los trabajadores y cayó consecuentemente la inversión en viviendas y el consumo personal.
A partir de 1993, con la continuación de la apreciación del yen y la inestabilidad política que dificultó aún más la aplicación de medidas de reactivación, se agravó la depresión.
Cuando estalló la crisis de 1997, el sistema integrado por Japón y sus “gansos salvajes” ya no existía, ni tampoco la economía ascendente de este país a comienzos de la década.