Comunicación móvil y sociedad, una perspectiva global
Manuel Castells
Mireia Fernández-Ardèvol
Jack Linchuan Qiu
Araba Sey
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Este capítulo muestra cómo, en conjunto, está emergiendo una cultura juvenil en toda Europa, en América y en Asia-Pacífico, en lo que se refiere al modo como los jóvenes usan el teléfono móvil. Se ha recogido una gran cantidad de datos, que se analizaron en lo que respecta a las características de la cultura juvenil móvil y que se resumen a continuación:
1. Los jóvenes de todo el mundo adoptan y se apropian de las tecnologías móviles rápidamente, siempre y cuando se lo puedan permitir, ya que en general, utilizan estos nuevos servicios para toda clase de propósitos en su vida diaria con mayor intensidad que otros grupos de edad. Como resultado, se convierten en un grupo social importante que está constantemente conectado en red a través de las comunicaciones inalámbricas, y al hacerlo, desarrollan con mayor rapidez los usos potenciales de la tecnología en comparación a las personas de mayor edad.
2. El uso del teléfono móvil está transformando las culturas juveniles en todo el mundo a través de procesos interconectados.
Aunque la tecnología aumenta la autonomía de los jóvenes como seres independientes y comunicativos, no suele llevar al debilitamiento de la relación de dependencia entre los jóvenes y las instituciones sociales tradicionales, en especial la familia, en la forma de apoyo financiero y/o la vigilancia paterna.
Los jóvenes equipados con móvil en diferentes sociedades se enfrentan a la misma pregunta: cómo gestionar la nueva oportunidad de autonomía bajo las condiciones estructurales existentes que les imponen, especialmente en la familia y en la escuela.
3. La cultura juvenil móvil, como nuevo conjunto de valores y actitudes que forman la práctica entre las generaciones más jóvenes, es una cultura típicamente en red. Los grupos de iguales que se forman en la escuela o en los barrios residenciales suelen servir como base de ello. La popularización del teléfono móvil refuerza y extiende las redes de jóvenes ya existentes y las lleva a un nivel más alto de la sociabilidad en red, donde la interacción cara-a-cara se iguala a la comunicación a través del móvil, y cuando se está formando parte de «una comunidad íntima a tiempo completo». El proceso de fortalecimiento es también un proceso de selección ya que, como los investigadores han constatado en múltiples ocasiones, la comunicación en las redes móviles de jóvenes suele quedar restringida a un pequeño círculo de amigos íntimos.
4. La cultura juvenil móvil en muchos países, particularmente en Asia-Pacífico, se caracteriza por una fuerte tendencia hacia el consumismo. Ello se manifiesta en la apropiación del aparato móvil como pieza de moda, la dimensión de entretenimiento unida al uso de la telefonía móvil. Como se usan en el espacio público, los aparatos móviles también se muestran como objetos notables de consumo.
5. Con la difusión de la tecnología, el teléfono móvil se ha convertido en un aparato central en la construcción de la identidad individual de los jóvenes. Esto se debe especialmente a la nueva oportunidad de personalizar los aparatos y los mensajes, así como la autonomía individual para decidir cómo usar la tecnología en cualquier momento, en cualquier lugar.
6. Está emergiendo una nueva identidad colectiva de cultura juvenil móvil de relevancia global. Se refleja y se reproduce en un lenguaje compartido, como los códigos de SMS, lo cual es un indicador prominente de la cultura juvenil móvil en las tres regiones que hemos examinado. Dicha identidad colectiva no elimina la identidad personal, sino que la afirma.
A veces este tipo de comunidades, como en el caso de la «Generación Txt» en Filipinas o los grupos juveniles del movimiento antiglobalización, pueden ser móvilizadas como fuerza de cambio social.
Además de las constantes características anteriormente mencionadas, podemos observar una serie de variables en las formaciónes de la cultura juvenil móvil al comparar y analizar Europa, EE.UU. y Asia-Pacífico.
1. La emergencia de la cultura juvenil móvil está influida por el posicionamiento de los jóvenes en el mercado del teléfono móvil. Aunque en la mayoría de países los jóvenes se cuentan entre los usuarios más prominentes, la situación del mercado varía en función de la disposición y las estrategias de las operadoras móviles para cubrir las necesidades de los grupos de jóvenes. La organización del mercado puede condicionar no sólo el índice de difusión entre los jóvenes sino también los procesos de apropiación, entre los adolescentes, los estudiantes universitarios o los jóvenes profesionales, que utilizarán un tipo de servicio u otro para alcanzar los diversos objetivos.
2. El poder adquisitivo de los jóvenes es otra variable importante.
Hemos visto cómo los jóvenes de diferentes estratos sociales adoptan la tecnología, lo que parece estar asociado a los diferentes patrones de uso y a los diferentes tipos de sociabilidad en red. Por eso los niños americanos se descargan tantos juegos con el teléfono celular, mientras que los jóvenes emigrantes chinos se quedan con el SMS. Sin embargo, todavía no está del todo claro si los valores, actitudes y normas básicas de los grupos de jóvenes con menor poder adquisitivo difieren de los de los más acaudalados.
3. El último aspecto, y el menos investigado, es hasta qué punto las culturas y subculturas jóvenes existentes en las diferentes sociedades forman la cultura social móvil. Sería una cuestión importante dada nuestra hipótesis inicial referente al significado intercultural del fenómeno. Sin embargo, ésta es una cuestión que apenas se plantea en los estudios existentes.
Aunque conocemos, por ejemplo, la subcultura kogyaru entre las estudiantes de instituto japonesas, por el momento nos falta un análisis en profundidad de la formación social del uso del teléfono móvil en grupos similares.
En resumen, existe una clara correspondencia entre la emergencia de una cultura joven global, la red de relaciones sociales y la conectividad potencial que proporcionan las tecnologías de comunicación inalámbrica. Los tres procesos se refuerzan mutuamente.