Comunicación móvil y sociedad, una perspectiva global
Manuel Castells
Mireia Fernández-Ardèvol
Jack Linchuan Qiu
Araba Sey
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Tras haber señalado algunas de las estrategias relativas a la adopción de las tecnologías de comunicación móvil, a continuación presentamos una serie de estudios sobre algunas de las tendencias emergentes que acontecen en el contexto único de las economías en desarrollo.
Los casos asiáticos ejemplifican el desarrollo y uso de tecnologías alternativas que proporcionan soluciones de teléfonos casi móviles, como es el caso de China e India. Los casos africanos describen el desarrollo de modelos de acceso compartido que utilizan la tecnología e infraestructura móvil existente. Los teléfonos móviles públicos se han convertido en aspecto omnipresente de la telefonía móvil en los países en vías de desarrollo. Encontramos su origen en el sistema Grameen Village Phone de Bangladesh.1183 Este sistema lo han adoptado, con o sin modificaciones, en algunos países africanos, como Uganda, Sudáfrica y Ghana, de los que hablaremos más adelante. Finalmente, Chile ejemplifica cómo las familias con bajos niveles de ingresos adoptan el teléfono móvil en un país de América Latina.
EL ÉXITO DE LITTLE SMART (XIAOLINGTONG) EN CHINA Little Smart salió al mercado en China por primera vez en 1997.
Su núcleo técnico es una variante de la tecnología Wireless Local Loop (WLL), «un sistema microcelular que proporciona conectividad entre el usuario final y el centro local de conexión (circuito local o “última milla”) donde, tradicionalmente, los hilos de cobre se usaban para conectar dichas localizaciones».1184 Está basado en PAS (Personal Access System) que utiliza el estándar PHS global (Personal Handyphone System), desarrollado e implantado por primera vez en Japón.
El sistema PAS ofrece a los consumidores «la idoneidad de un teléfono móvil con las ventajas del coste de un teléfono fijo».1185 Little Smart se ha convertido en un gran éxito en China desde 2002, con un récord de ventas de 2.000 millones de dólares en 2003, momento en que la cifra de abonados creció 25 millones, sobrepasando el crecimiento de las suscripciones tanto de China Mobile como de China Unicom.1186 A finales de junio de 2004, el número de usuarios de Little Smart ascendía ya a 50 millones.1187 El primer lugar en el que se probó el funcionamiento de una estación de Little Smart fue en Yuhang, una pequeña ciudad al este del país. Más tarde se expandió a otras pequeñas ciudades y poblaciones de las zonas montañosas. Kunming y Xi’an (en la China interior, occidental) fueron las dos primeras capitales de provincia que adoptaron Little Smart. Pekín, Guangzhou y Shanghai fueron las últimas en desplegar Little Smart; finalmente, se introdujo esta tecnología en las zonas urbanas de Shanghai en mayo de 2004 (figura 10).1188 Este servicio no sólo goza de popularidad en casi 400 ciudades y 31 provincias de China, sino que también se está expandiendo al sureste asiático, Surasia, América Latina y África.1189 Para empezar a usar Little Smart, un usuario medio necesitaría pagar unos 250 RMB (30,2 dólares) por el aparato, más un depósito de 200 RMB (24,2 dólares). Esto representa una cuarta parte del coste promedio que, entre los trabajadores emigrantes de las tres ciudades del sur que analizamos en 2002, tenía un móvil de gama media.
El coste del servicio es mucho más bajo, con un precio por minuto entre un 50 y un 75 % más bajo que los servicios de móvil normal.
1190 Además, no se paga por recibir llamadas. Con Little Smart, los usuarios también tienen acceso a la telefonía por internet para las llamadas nacionales a larga distancia a un precio incluso más bajo que el de la telefonía fija prepago a través de internet.1191 El éxito de Little Smart es, en cierto modo, un fenómeno únicamente chino, que sería imposible sin la combinación de estos tres factores: 1. El enorme tamaño del mercado de bajos ingresos, en el que se incluyen los trabajadores emigrantes y los pequeños empresarios de las ciudades, la creciente población de pensionistas que necesitan una «cuerda salvavidas», y los trabajadores despedidos de las empresas propiedad del Estado, muchos de los cuales buscan nuevos trabajos y son grandes demandantes de información.
2. El régimen regulador de telecomunicaciones, que despojó a los operadores de línea fija de su licencia de telefonía móvil justo cuando ésta empezaba a convertirse en la principal industria en crecimiento.
3. El importante papel de UTStarcom, compañía privada fundada y gestionada por ex alumnos chinos en EE.UU. En el momento de escribir estas líneas, la empresa tiene sedes a ambos lados del océano Pacífico. UTStarcom fue la primera en lanzar Little Smart y sigue jugando un papel importante en el negocio.
Little Smart juega un papel crucial en la satisfacción de las necesidades de información de la subclase urbana, muchos de cuyos miembros seguían siendo usuarios de busca a finales de los años noventa, incluso cuando los urbanitas más acaudalados empezaban a adoptar teléfonos celulares.1192 Desgraciadamente para ellos, muchas empresas locales de buscapersonas están dejando el negocio y a sus menos acaudalados usuarios, debido a la expansión de los teléfonos móviles y, lo que es más importante, a la falta de apoyo institucional a los operadores de busca.1193 Sin embargo, esto no supone la desaparición del mercado de menor poder adquisitivo, al contrario, el pronunciado declive de la suscripción a los buscas se encuentra entre los factores que han contribuido al increíble éxito de Little Smart.
Little Smart lleva la tecnología móvil a los menos favorecidos, muchos de los cuales disponen de un poder adquisitivo y una capacidad de desplazamiento limitados, si bien sus necesidades de información son elevadas. Las tarjetas prepago de teléfonos celulares y los SMS ofrecen soluciones parciales a este problema, pero todavía siguen marginando a un amplio sector de la población. Aunque un teléfono celular normal cuesta unos 2.000 renminbi (RMB) (121,8 dólares americanos, USD), el gasto anual per cápita de China en transporte y comunicación era de tan solo 626 RMB (75,6 USD) en las zonas urbanas durante 2002.1194 Mientras, los resultados de los estudios mostraban que un cuarto de los nuevos suscriptores potenciales a móviles esperaban gastarse menos de 1.000 RMB en los nuevos aparatos.1195 Lo que realmente necesitaba la mayoría de estos usuarios potenciales de la gama más baja era una telefonía de voz barata con cierto nivel de móvilidad. Como señalaba UTStarcom: A pesar de su tamaño geográfico, China suele tener una cultura extremadamente localizada, en el sentido de que la mayor parte del trabajo y de las actividades sociales de los ciudadanos se desarrollan alrededor de su ambiente más inmediato. Según un reciente estudio realizado por The China Post, el 80 % de la población pasa el 80 % de su tiempo dentro de los límites de la ciudad, lo que sugiere que la mejor opción para cubrir la demanda para las soluciones de móvilidad será generalmente local. Esto contribuyó a que la solución del sistema PAS fuera más atractiva a ojos de los ciudadanos chinos.1196 El resultado es que Little Smart se ha convertido en una solución apropiada no sólo para las zonas de alta densidad urbanas sino también para las pequeñas poblaciones del campo. En las zonas rurales, a menudo, se adopta como sustituto del teléfono fijo, con la ventaja añadida de la móvilidad local (limitada).1197 Se trata, por tanto, de un medio efectivo que aumenta la teledensidad entre las poblaciones de ingresos bajos o medios.
Las operadoras de línea fija también emplean Little Smart como medio para extender los servicios de telefonía fija.1198 Como el sistema PAS se diseñó, en un principio, para cubrir pequeñas áreas como edificios o complejos residenciales,1199 presenta varias ventajas técnicas reductoras de costes. En primer lugar, utiliza conmutadores de la red de línea fija y no requiere modificaciones en la central de conmutadores, ni precisa inversión en hardware de conmutación para la red móvil.1200 En segundo lugar, se puede escalar y sus dimensiones se ajustan a las áreas de diferente densidad de usuarios, un aspecto muy variable dentro y alrededor del espacio urbano de China.1201 En tercer lugar, es relativamente fácil instalarlo: sólo se necesitan de tres a cuatro meses para desplegarlo en una ciudad de 10 a 12 millones de potenciales usuarios.1202 Así, los operadores de líneas fijas están explotando nuevas oportunidades de negocio gracias a la provisión de servicios de telefonía casi móvil. Pueden atraer más suscriptores (ya había 50 millones en junio de 2004) haciendo sólo algunos pequeños cambios en la red existente. Se puede ahorrar mucho trabajo en la instalación de la última milla de cobre. Y esto era exactamente lo que China Telecom necesitaba tras perder su división de comunicación móvil. Como dice Ying Wu, presidente-director general de UTStarcom China: «la clave está en que cuando China Telecom perdió su negocio de móviles, entonces perdió su punto de crecimiento. [...] Vimos nuestra oportunidad de oro: claro, el 20 % de los que más ingresan se abonarán a celulares.
Esto deja al 50 % de en medio, 650 millones de personas, que necesitan el servicio inalámbrico pero que no pueden permitírselo».1203 En este modelo de negocio, las líneas fijas satisfacen las necesidades de los usuarios con ingresos bajos y baja móvilidad, los teléfonos celulares las de los que tienen ingresos altos y una móvilidad acentuada, y Little Smart sirve a los que poseen unos ingresos bajos y una móvilidad moderada.1204 El reto más serio para Little Smart tiene poco que ver con la tecnología, el mercado o la falta de apoyo institucional, y mucho con la fuerte oposición de las operadoras de telefonía móvil y las vicisitudes de la política de telecomunicaciones de China. China Mobile y China Unicom hicieron una dura campaña contra Little Smart por miedo a la competencia feroz sobre los precios en el mercado de productos de gama más baja.1205 Es más, al principio, los entes decisorios centrales de Pekín no mostraron un claro apoyo porque no estaban seguros de que China debiera adoptar esta tecnología «desfasada» que había demostrado tener poco éxito en Japón.1206 Bajo estas circunstancias, la expansión de Little Smart siguió un modelo que más tarde se conoció con el nombre de «rodear las ciudades desde el campo (nongcun baowei chengshi)» basada en la famosa estrategia militar de Mao durante la revolución comunista.
Aunque Little Smart empezó en pequeñas ciudades y poblaciones, más que en las zonas rurales, esta metáfora captura el curso del servicio, que no fue asequible en los grandes centros urbanos hasta mucho después de su desarrollo. No se trató de una opción deliberada por parte de UTStarcom o China Telecom. En parte, se debió a que el anterior Ministerio de Correos y Telecomunicaciones importó la tecnología PAS en 1996 con la esperanza de que ayudaría a aumentar la teledensidad en las zonas montañosas de China.1207 Según Duncan Clark, de BDA China, el proceso de regulación de Little Smart ha evolucionado desde «una política de “crecer poco a poco, pero crecer” a una en la que prácticamente no hay regulación de ningún tipo». El enfoque actual del Gobierno es «“ni dar apoyo ni dificultar”».1208 Dicha política de no intervención contrarresta de modo efectivo los esfuerzos de China Mobile y China Unicom para parar el avance de Little Smart, y lleva a un crecimiento espectacular, como se refleja en el aumento de los ingresos brutos de unos 200 millones de dólares en 1999 a casi 2.000 millones en 2003.1209 El éxito del producto Little Smart ha atraído a varias compañías del país, que recortaron de manera efectiva la cuota de mercado de UTStarcom hasta un 70 % y crearon una industria entera de servicios y aparatos.1210 UTStarcom se ha tomado muy bien la nueva competencia, ya que su estrategia corporativa se ha basado siempre en la diversificación, con sus sistemas de banda ancha en red como una de las fuentes de ingresos más recientes y que más rápido crecen.1211 En 2003, 25 nuevos fabricantes producían aparatos Little Smart.1212 Existen hoy en día más de 100 modelos diferentes de Little Smart, algunos incluso equipados con características avanzadas tales como cámaras digitales, luces, buscadores de internet y pantalla LCD en color,1213 así como el propio aparato con modo dual UTStarcom que permite a sus clientes cambiar entre Little Smart y el sistema convencional GSM/CDMA.1214 En el centro del boom de Little Smart está UTStarcom, una operación global con un enfoque local. UTStarcom ha erigido su fortaleza tanto a nivel local como global, usando redes globales para desarrollar productos de alta tecnología, explorar nuevos mercados y aumentar una inversión externa importante de los mercados de valores y los capitales de riesgo, y desarrollando, simultáneamente, un elevado grado de conocimiento y comprensión de las condiciones locales de los lugares donde opera.
Con el aumento de su credibilidad y gracias los dispositivos multifuncionales que ha introducido en el mercado, Little Smart empieza a atraer a usuarios del segmento de más alta gama, aunque todavía se percibe como el teléfono móvil de los pobres, por sus humildes orígenes caracterizados por una calidad de recepción pobre.1215 Al principio, los usuarios tenían que caminar dando vueltas o agitar el móvil en los espacios públicos para mantener la señal, y el aparato no funcionaba en vehículos en movimiento, incluidas las bicicletas. En ciertos lugares, la gente todavía se refiere al mismo como «Wei Wei Call», ya que su uso se asociaba a tener que repetir «Wei? Wei?» (¿Hola? ¿Hola?) por la mala calidad de la señal.1216 Es comprensible que, desde un punto de vista comercial, algunos quieran cambiar este estereotipo haciendo a Little Smart más atractivo para los usuarios de mayor poder adquisitivo. Sin embargo, desde una perspectiva que contemple la consecución de mayores beneficios sociales, resulta importante que el mercado chino disponga de soluciones de telecomunicación que aporten móvilidad a bajo coste a la población. Al fin y a cabo, ésta fue la principal causa que motivó la importación del sistema PAS en 1996.1217 WLL PARA COLECTIVOS DE BAJOS INGRESOS EN LA INDIA WLL son las siglas en inglés de «acceso local inalámbrico» (Wireless Local Loop), denominación genérica que se da a los servicios de móvilidad limitada como el Personal Handyphone System (PHS) en Japón y su variante Little Smart en China. En la India, el desarrollo del WLL ha seguido una trayectoria tecnológica e institucional conducente a un crecimiento lento y significativo que refleja la dinámica de mercado específica, el marco político y las prioridades de la India en este estadio inicial del despliegue inalámbrico. El estándar WLL más habitual en India se llama corDECT, una versión modificada del estándar European Digital Enhanced Cordless Telephony (DECT). La creadora de corDECT fue la empresa india Midas Ltd, una spin-off del Instituto Indio de Tecnología (ITT) de Madras.1218 Algunas operadoras ya han empezado a utilizar este sistema para dar servicio de voz y conectividad a internet mediante corDECT en determinadas zonas, con un coste por línea de 275-345 dólares (USD) o 12.000- 15.000 rupias (INR) (inferior al coste medio de una línea de teléfono fijo: 345-575 USD o 15.000-25.000 INR).1219 También se puede ofrecer acceso local inalámbrico mediante la tecnología CDMA1220 a un coste inferior a 230 USD (10.000 INR),1221 aunque algunos analistas no creen que ésta sea la mejor opción.1222 Según McDowell y Lee (2003, p. 376), la introducción del WLL fue un intento por parte de Mahanagar Telephone Nigam Limited (MTNL) de introducir servicios inalámbricos, una iniciativa que al principio había rechazado la Telecom Regulatory Authority of India (TRAI). Sin embargo, en enero de 2001, el Departamento de Telecomunicación publicó las directrices para la licencia de los servicios WLL. Este nuevo conjunto de políticas facilitaba y restringía a la vez la aplicación del WLL en el país.1223 El bajo precio del llamado «teléfono móvil de los pobres» ha llevado a un impresionante crecimiento del WLL en India.1224 El número total de abonados pasó de unos 100.000 en septiembre de 20011225 a más de dos millones en 2003,1226 y llegó a los 7,55 millones en marzo de 2004.1227 Aunque la penetración es más elevada en las ciudades, una encuesta llevada a cabo en abril-mayo de 2002 en algunas zonas de la región de Kumaon, al norte de India, mostraba un rápido aumento en la difusión del WLL, aunque éste era desigual.1228 Si bien la presencia del WLL en India es proporcionalmente inferior a la de Little Smart en China, podría decirse que las autoridades indias y las operadoras de telecomunicaciones dan más importancia a las implicaciones del servicio universal que sus homólogos chinos.
De hecho, se identificaron dos soluciones prioritarias para aumentar la teledensidad en las zonas de ingresos más bajos: en primer lugar, el uso del sistema WLL; en segundo, la creación de un fondo de servicio universal.1229 Según O’Neill (2003, p. 92), se produjo un «intenso debate dentro y fuera del Parlamento indio» sobre si debería permitirse a los proveedores de servicio básico construir y vender WLL.
Durante el curso del mismo surgieron críticas al hecho de que la burocracia y los intereses comerciales habían inhibido la provisión de telefonía a la población rural. Por tanto, la aprobación del sistema WLL por parte del Departamento de Telecomunicaciones, en 2001, era también un indicador de que el principal objetivo de su política era expandir el servicio en todo el país a precios asequibles, y permitir que los concesionarios del servicio básico fueran los proveedores del servicio WLL era un medio para conseguir tal fin.1230 Las barreras económicas, sin embargo, siguen siendo importantes en el despliegue del sistema WLL en India. Para empezar, la población india, especialmente en las zonas rurales, dispone de unos ingresos muy bajos, e incluso hay lugares que no disponen de suministro de electricidad estable.1231 El servicio WLL no es tan barato, si se compara con el nivel medio de ingresos. Por ejemplo, según O’Neill, un profesor titular en la India gana 5.000 INR (115 USD al mes). Un aparato WLL de corDECT producido en el país costaba entre 5.000 INR (115 USD) y 12.000 INR (275 USD) en noviembre de 2001, mientras que los que se importan de Corea del Sur cuestan entre 4.000 y 9.000 INR (92-207 USD). En Nueva Delhi, el alquiler de un teléfono WLL con tecnología CDMA costaba 17.000 INR (390 USD) por terminal, con un depósito de garantía de 10.000 INR (230 USD) y un alquiler mensual de 600 INR (14 USD). El precio relativamente alto del denominado «teléfono móvil de los pobres» desembocó en «batallas muy públicas» entre los diferentes operadores a mediados de 2002 (O’Neill, 2003, pp. 92-93).
El mercado WLL es muy competitivo. Los operadores con licencia de telefonía celular trataron de impedir que los proveedores de servicio básico desarrollaran el sistema WLL, y todavía esperan limitar la capacidad del WLL para mantener sus cuotas de mercado. Es más, la competitividad sigue siendo feroz entre el estándar «nacional» de corDECT y el «foráneo» de CDMA, lo que ha convertido un debate puramente tecnológico y de economía de mercado en un debate de alto contenido político, con las operadoras de líneas fijas apoyando el corDECT, por un lado, y las operadoras celulares siendo más receptivas a CDMA, por el otro. Así, por ejemplo, las operadoras de telefonía celular impugnaron la decisión de la Autoridad Reguladora de las Telecomunicaciones (TRAI), que permitió a las operadoras de líneas fijas prestar el servicio WLL, conflicto que terminó en el Telecom Dispute Settlement Appellate Tribunal (Tribunal de apelación para acuerdo de disputas de telecomunicaciones).1232 Como resultado, las directrices sobre WLL del Departamento de Telecomunicaciones de enero de 2001 recogieron los compromisos adquiridos por las dos partes, tomando ciertas medidas para ser «justos con los operadores de licencias celulares», cosa que incluía permitirles la prestación de servicios telefónicos de línea fija basada en la infraestructura de la red GSM.1233 Las directrices también especificaban que el espectro de los servicios WLL tenía que estar disponible por riguroso orden de llegada. A cambio, los proveedores tenían que poner en marcha sus redes de forma simultánea en zonas rurales, urbanas y semiurbanas.1234 Dicha estipulación es indicativa, una vez más, del intento por parte del Gobierno indio de utilizar el WLL para alcanzar la universalización del servicio. Pero esta decisión también implica la existencia de posibles disputas si el despliegue de la red resultara comparativamente más lento y menos exitoso en las zonas semiurbanas y especialmente en las zonas rurales.
Dada la intensidad del debate y a causa de los muchos intereses creados en el mercado WLL, el Gobierno indio decidió optar también por la neutralidad técnica, en lugar de establecer un estándar específico para las licencias WLL, creando así incertidumbre en los estándares técnicos.1235 Por otra parte, el sistema WLL basado en corDECT está diseñado para garantizar la conectividad móvil en una localización determinada, normalmente la residencia o el negocio,1236 enfoque bastante más limitado que el del modelo chino en el que la móvilidad se extiende a toda una ciudad. Así pues, estos elementos, que no están relacionados con el precio del servicio, pueden actuar también como un freno a las decisiones de inversión en el mercado WLL de India.1237 EL MODELO GRAMEEN MODIFICADO EN UGANDA El sistema de teléfono móvil público de Uganda es, básicamente, una réplica del modelo Grameen con ciertas modificaciones que lo hacen más adecuado a las circunstancias locales.1238 Actualmente existen al menos dos programas diferenciados. El primero, MTN villagePhone, surge de la colaboración entre Grameen Technology Center, MTN Uganda (la segunda operadora nacional, que obtuvo su licencia en 1998) y una serie de instituciones microfinancieras locales.
Como ocurre en el escenario bangladesí, las instituciones microfinancieras prestan fondos a quien quiere abrir un negocio de teléfono móvil público para que se conviertan en operadores de su propio móvil haciendo de éste un teléfono de uso público. El microcrédito sirve para comprar un kit de inicio (cuesta unos 230 dólares) que incluye: teléfono móvil, tarjeta SIM, tarjeta prepago con un saldo determinado, tarjetas de presentación en el idioma local y una pancarta para anunciar las tarifas telefónicas. Además, MTN Uganda les ofrece la posibilidad de comprar minutos de conversación prepagados con tarifas especiales. El programa se inició en 2003 y consiguió unos 1.300 operadores de móvil durante el primer año, que daban servicio a más de 18 distritos. Cada mes se abrían unos cien negocios nuevos, mientras que los niveles de uso excedían las proyecciones iniciales en un 25 %.
El segundo programa lleva por nombre «teléfono de la comunidad» (community phone) de Celtel Uganda, implantado también en colaboración con una compañía microfinanciera (FINCA, Foundation for Internacional Community Assistance). Los operadores de móvil locales arriendan un kit de teléfono Celtel y venden tiempo de conversación a sus clientes con un precio unitario de 0,28 dólares las llamadas locales y 1,28 dólares, las internacionales. La cuota de arrendamiento mensual la pagan a FINCA, mientras que los costes de tiempo de emisión los abonan a Celtel. Parece ser que este programa ha cosechado también un enorme éxito, con unos ingresos que crecen casi el doble que el índice de crecimiento de las suscripciones a móviles (10 % mensual, de media).
Los informes publicados por diferentes organizaciones y medios periodísticos sobre estos sistemas en Uganda indican que los resultados han sido positivos: las personas que gestionan un teléfono móvil público gozan de mayores ingresos, la capacidad para satisfacer las necesidades familiares aumenta, y sus redes comerciales están en expansión (muchos tienen otros negocios como la confección, la ganadería o el comercio). Los problemas eléctricos se resuelven usando baterías de coche para recargar los teléfonos. La comunidad, por otra parte, también disfruta del acceso a la telefonía, cosa que, en el caso de Uganda, incluye la realización de transacciones comerciales, la comunicación con la familia y la comprobación de los precios de los productos agrarios.
También se ha observado que, en algunas comunidades, la gente se reúne en la tienda del operador del teléfono móvil público para escuchar y llamar a programas de radio de intervención telefónica.
FRANQUICIAS DE TELÉFONO MÓVIL PÚBLICO EN SUDÁFRICA Los teléfonos móviles públicos en Sudáfrica los suministra Vodacom como estrategia para cumplir con la obligación del servicio universal.1239 Según un informe,1240 la idea de introducir teléfonos móviles públicos surgió cuando Vodacom comprobó, al analizar los registros de sus consumidores, que probablemente los suscriptores con altos niveles de uso estaban vendiendo tiempo de conversación a los amigos que no tenían teléfono móvil. Simplemente se trataba de identificar a estos individuos y ofrecerles la oportunidad de suministrar este servicio de un modo más formal. Vodacom dispone de una franquicia de locutorios (phone shop) a través de la que los individuos compran a Vodacom el equipamiento necesario para abrir el negocio por unos 3.450 dólares, con una inversión adicional por parte de Vodacom de unos 3.950 dólares.1241 Vodacom suministra un contenedor de transporte marítimo adaptado a su nuevo uso (con la marca de Vodacom) en el que se pueden instalar un mínimo de cinco teléfonos móviles. Las franquicias prestan servicio en lugares previamente aprobados y que Vodacom determina de forma conjunta con la Independent Communications Authority of South Africa (autoridad independiente de comunicaciones de Sudáfrica).
Las ubicaciones se deciden a partir de criterios como la densidad de población, la proximidad a algún lugar de mucha visibilidad, la distancia a otros locutorios, y la accesibilidad a una fuente de energía. El Gobierno regula el precio de las llamadas en estas franquicias, que es menos de la tercera parte del coste de las llamadas de teléfono móvil regular (lo que en un principio necesitó un subsidio de Vodacom, si bien un aumento reciente del precio ha eliminado la necesidad del subsidio). Los franquiciados venden tiempo de emisión prepagado, que obtienen con descuento de Vodacom. El consumo de estos minutos prepagados se abona directamente a los teléfonos sin necesidad de utilizar una tarjeta de teléfono. Vodacom Community Services inició este programa en 1994 y desde entonces ya se han dado de alta 1.800 franquiciados, se han instalado más de 4.400 locutorios y 23.000 líneas de teléfono móvil público en todo el país.
Hay quien instala el locutorio en los contenedores modificados, mientras que otros deciden instalarlos en lugares alternativos de su propiedad. Los franquiciados deben cumplir una serie de criterios incluyendo la nacionalidad (surafricana), edad (al menos 21 años), interés y habilidad comercial, accesos a fondos para la puesta en funcionamiento del negocio y conocimiento de una localización factible.
El programa ofrece preparación comercial, pero no se implica en el funcionamiento diario de la empresa. El número de personas que solicita una franquicia sobrepasa la capacidad del programa, lo que indica que los altos costes de establecimiento no suponen una barrera para los emprendedores comerciales. En este sentido, el programa ha tenido un gran éxito, si bien parece que la oportunidad de negocio sólo está al alcance de quienes pueden acceder a un capital inicial para la puesta en marcha del mismo, cosa que excluye a los segmentos de población más pobres, que no tienen acceso a estos recursos.
El diseño de los dispositivos móviles se ha adaptado al contexto de los locutorios (se parecen a los tradicionales teléfonos de línea fija), y Vodacom ya comenzó negociaciones con un proveedor nacional de teléfonos para desarrollar modelos acordes a las necesidades cambiantes de los locutorios (por ejemplo, la programación de la hora de llamada, información sobre el tiempo de llamada disponible, fax y transmisión de datos). Los contenedores en los que se instala el locutorio también se han modificado con el paso del tiempo para ofrecer más seguridad y/o comodidad a los usuarios, empleados y propietarios, así como para hacerlos más resistentes al desgaste medioambiental lógico (si bien ello aumenta el coste de la unidad).
Los resultados obtenidos por los teléfonos móviles públicos han sido impresionantes. Los locutorios que se hallan en buenas localizaciones pueden llegar a vender más de 100 horas de tiempo de conversación al mes, y lograr unos ingresos netos de 1.190 dólares. Otros beneficios incluyen la generación de empleo,1242 la difusión del acceso a la telefonía para las comunidades más desfavorecidas, y los mayores niveles de eficiencia que alcanzan los trabajadores profesionales que utilizan el servicio para sus actividades comerciales. Los locutorios se han convertido en centros sociales, así como en localizaciones que otras empresas aprovechan gracias al habitual movimiento de personas que en ellos se produce.
Así pues, no resulta sorprendente que MTN (un competidor importante del mercado de telefonía móvil) haya empezado a suministrar un servicio de contenedores con la marca MTN que hace la competencia a los de Vodacom. También existen versiones no oficiales de los locutorios de teléfonos móviles públicos, algunas de las cuales engañan a sus clientes con la falsa promesa de un bajo precio, cuando los clientes en realidad acaban pagando más del doble que en un servicio oficial. Sin embargo, algunos clientes prefieren usar estos servicios a desplazarse una mayor distancia para encontrar un locutorio oficial.
INICIATIVAS LOCALES DE TELÉFONO MÓVIL PÚBLICO EN GHANA Actualmente existen al menos tres modelos de sistema de teléfono móvil público en Ghana. Todos ellos operan en la red Spacefon Areeba, de ahí su nombre popular «Space-to-Space».1243 El primero, precursor de esta corriente en Ghana, lo ofreció Spacefon Areeba como respuesta a los problemas de interconexión existentes en la red de telefonía fija de Ghana Telecom.1244 Para superar este problema, Spacefon suministró a los telecentros teléfonos GSM de sobremesa dotados de una tarjeta SIM de Spacefon, permitiendo así a los usuarios prescindir de Ghana Telecom en sus comunicaciones con suscriptores de Spacefon. El segundo modelo de suministro del servicio surgió cuando estos modelos de teléfonos GSM de sobremesa cayeron en manos de emprendedores que empezaron a ofrecer el servicio fuera del sistema de los telecentros —en quioscos, en tiendas de conveniencia, salones de belleza y otros establecimientos de carretera—. Spacefon, además, nunca fue hostil a este tipo de desarrollo, especialmente porque el sistema funciona con tarificación prepago. De este modo se creó una nueva industria que presta servicio de telefonía. La mayoría de estos emprendedores empezaron a operar en el segundo semestre de 2004 y se supone que ya hay unos 25.000 en todo el país.
No existe una relación directa entre los operadores de teléfonos móviles públicos de Space-to-Space y Spacefon Areeba. Los operadores simplemente utilizan sus propios recursos para comprar el aparato telefónico en las tiendas de equipamiento telefónico. Sin embargo, según un operador telefónico entrevistado en Accra, los terminales están diseñados para que sólo se puedan usar las tarjetas SIM de Spacefon (y, por tanto, sólo las tarjetas prepagadas de Spacefon).1245 El desembolso inicial para montar el locutorio es de aproximadamente 7 millones de cedis (unos 800 dólares), que es el coste del terminal telefónico, incluyendo 1.000 unidades gratis de tiempo de conversación.
Una vez se ha agotado el saldo gratuito, los operadores recargan el móvil mediante tarjetas prepago que contienen un saldo de 3.000 unidades y que cuestan 900.000 cedis (unos 100 dólares). Finalmente, es necesario incurrir en gastos de menor cuantía ocasionados por la adquisición de una mesa y/o cabaña, algunas sillas, una sombrilla y artículos de escritorio.
Como es la red dominante, las llamadas a abonados de Spacefon Areeba desde estos teléfonos móviles públicos cuestan menos que las llamadas a otras redes. Las llamadas Space-to-Space cuestan entre 1.500 y 2.000 cedis por unidad (unos 17-22 céntimos de dólar americano), mientras que las de Space a otras redes cuestan unos 2.500 cedis por unidad (unos 28 céntimos de dólar americano). Dependiendo de la red a la que se accede, una unidad puede suministrar entre uno y cuatro minutos de tiempo de conversación.
En cuanto al impacto social y económico del sistema, parece que no sólo proporciona un acceso amplio a la telefonía, sino que también resuelve serios fallos de la política de telecomunicaciones (especialmente al asegurar la interconectividad), y constituye una fuente de ingresos para numerosos individuos. Sin embargo, la sostenibilidad de estas empresas a medida que aumentan las suscripciones a teléfonos móviles no está del todo clara. Además, la proliferación de dichos establecimientos puede fomentar una competitividad excesiva, y expandir el sistema en exceso, dificultando a cualquier emprendedor el desarrollo de una empresa viable.
Una tercera variante del sistema de teléfonos móviles públicos empezó a funcionar a comienzos de 2005, cuando Spacefon Areeba publicitó dos versiones de un servicio llamado «i-Tel “Pop”». El primero es una estación de servicio con personal desde donde los usuarios pueden realizar llamadas a teléfonos inalámbricos desde teléfonos públicos. El segundo es un servicio de telefonía móvil prestado por ciclistas. La principal diferencia respecto del servicio Space-to- Space es que éste está organizado institucionalmente. Sin embargo, los empresarios tienen la opción de gestionar el servicio de bicicleta bien como empleado de Spacefon, bien como empresa personal. La compañía de telecomunicaciones preexistente, Ghana Telecom, en lugar de modificar su postura anticompetitiva y dar un acceso más fácil, desde y hacia sus redes, a los suscriptores de las empresas rivales, anunció en 2005 la puesta en marcha de su propio sistema de teléfonos móviles públicos bajo el nombre ONE4ALL.1246 A pesar de su similitud con los programas VillagePhone de Grameen (VPP), los sistemas de teléfono móvil de pago en los países africanos presentan características únicas. Por ejemplo, en Uganda se ha adaptado el programa en reconocimiento de las condiciones locales. Así, y a diferencia del programa Grameen, la mujeres no constituyen el principal colectivo al que se ofrece la posibilidad de operar en los teléfonos móviles públicos.1247 Además, en el caso del programa MTN villagePhone, Grameen y varias instituciones locales microfinancieras (actualmente FINCA Uganda,1248 FOCCAS Uganda,1249 SOMED,1250 Uganda’s Women Financial Trust y Uganda Microfinance Union) se han involucrado para ofrecer créditos a los operadores de teléfonos móviles públicos, un importante requerimiento para que el programa pueda operar a una escala viable en Uganda.
MTN está permanentemente abierta a incorporar instituciones microfinancieras interesadas en asociarse al programa. Por tanto, aunque el plazo estándar para la devolución de los préstamos en Bangla Desh es de dos años, los plazos en el programa MTN villagePhone van de los seis meses a los dos años, dependiendo de la institución microfinanciera que haya hecho el préstamo. Es más, en Uganda el sistema se basa en la compra y venta de saldo prepagado, cosa que, a diferencia de lo que ocurre en el VPP de Grameen, disminuye de forma considerable las labores de contabilidad facilitando, así, un funcionamiento más sencillo del sistema.
También existen diferencias importantes entre los sistemas de teléfono móvil público en los tres países analizados, lo que podría tener implicaciones en su impacto y viabilidad a largo plazo. Los servicios que se ofrecen en Uganda y en Sudáfrica están dirigidos a las localidades rurales, lo que indica la existencia de un esquema proactivo para extender las telecomunicaciones a estas zonas infraservidas.
Prueba de ello es la reciente entrada en el mercado de una compañía noruega (UnoPhone Uganda) con el propósito de introducir el negocio de los teléfonos móviles públicos entre los residentes de zonas rurales ugandeses. Para asegurar la sostenibilidad del sistema, Vodacom impone distancias mínimas entre los locutorios que se instalan en Sudáfrica. Sin embargo, en este país las dificultades para montar un negocio de teléfonos móviles públicos son mayores que, por ejemplo, en Uganda, ya que los emprendedores no cuentan con el apoyo de las instituciones microfinancieras. En este sentido, Skuse y Cousins (2005, p. 8) señalan que «los hogares pobres quedan excluidos de la posibilidad de crear pequeñas empresas basadas en las TIC, como los servicios de teléfonos celulares, debido a los costes de inicio y los escasos beneficios».
Por otro lado, en Ghana, las organizaciones formales apenas se involucran en el sistema, que parece estar altamente concentrado en los centros urbanos.1251 Los operadores de teléfonos móviles públicos de Space-to-Space no gozan de los descuentos en el precio de los minutos de prepago que compran para vender a sus clientes, que sí existen en Uganda y Sudáfrica. Los sistema de teléfono móvil público introducidos por las principales compañías telefónicas del país no están conectados a ningún intento de mejorar la teledensidad en zonas con menor disponibilidad del servicio. En el caso de Ghana Telecom, más bien se trata de una reacción a las presiones competitivas que se perciben de la innovación Space-to-Space; mientras que, en el caso de Spacefon Areeba, se trata de un intento de aprovechar un modelo de éxito demostrado que la compañía no consideró relevante al inicio de su estrategia de telecentros. Así pues, podría afirmarse que la ayuda institucional de la que disfrutaron las operadoras de telefonía móvil en Sudáfrica y Uganda ha comportado la generación de unos beneficios más sistemáticos y centrados, tanto para las personas que operan con un teléfono móvil público (en términos de sostenibilidad a largo plazo de su negocio) como para los usuarios (en términos de acceso en las zonas más desfavorecidas). Lo que resulta significativo del modelo de operador móvil público callejero de Ghana es que ha surgido de las bases y ha demostrado que los usuarios finales son capaces de apropiarse de la telefonía móvil. De los tres sistemas vistos, es precisamente el de Uganda el que parece ofrecer mayores oportunidades de negocio a los segmentos más pobres debido al bajo coste de inversión inicial y a su vinculación inherente con los microcréditos, además de facilitar la expansión de los servicios de telecomunicación a las zonas rurales.
VIDA FAMILIAR Y TELÉFONOS MÓVILES EN CHILE Un equipo de investigación del Instituto de Sociología de la Universidad Católica de Santiago llevó a cabo, en 2002, un estudio sobre la difusión y los usos de las tecnologías de la información y las comunicaciones en Chile.1252 En esa fecha, un tercio de la población chilena usaba teléfonos móviles (cinco millones de personas) y un 20 % estaba conectada a internet. Los investigadores observaron que el ambiente laboral era el más propicio para la difusión del teléfono móvil, ya que para los profesionales resulta una herramienta imprescindible que permite la difusión del trabajo en red en y entre las organizaciones.
El teléfono móvil permite trabajar durante los desplazamientos dentro de la ciudad, que suelen ser de duración elevada a causa del insuficiente sistema de transportes en una gran metrópoli como Santiago.
También se usa ampliamente durante los frecuentes tiempos de espera que acarrean las tareas cotidianas en las salas de espera de organismos y servicios.
Sin embargo, lo descrito hasta ahora se circunscribe generalmente a los trabajadores con cierto nivel de autonomía en sus tareas y en su tiempo. Para quienes desempeñan trabajos rutinarios, el teléfono móvil no es más que un medio útil de comunicación para la vida social y familiar. A este respecto, la presencia de niños en la familia es el factor clave de la intensidad de uso del teléfono móvil. Así, en las familias sin hijos, el uso del teléfono móvil entre sus miembros es muy limitado. Para las familias con hijos menores de 13 años, el teléfono móvil adquiere importancia al asegurar la comunicación permanente con los hijos por razones de seguridad. En las familias con hijos de entre 13 y 20 años, el uso del teléfono móvil se intensifica, ya que los hijos ya tienen unas vidas bastante independientes y los padres utilizan la conexión móvil para mantener lo que los investigadores han etiquetado como «una ilusión de control», manteniendo el orden familiar formalmente bajo las nuevas condiciones culturales de la emancipación juvenil. Estas observaciones no difieren demasiado de la situación descrita para los países desarrollados (véanse capítulos 3 y 4). Esto es así porque la mayor parte de las personas observadas en este estudio pertenecen a la clase media, que, en el caso chileno, presenta unos patrones culturales similares a los de Europa o Estados Unidos.
Por otro lado, otros estudios sobre familias con un bajo nivel de ingresos en Chile muestran la importancia del teléfono móvil como herramienta de conectividad para toda la familia, en lugar de ser un medio de comunicación para las relaciones intrafamiliares. Así, una investigación etnográfica llevada a cabo por Ureta (2004) estudia la relación entre la telefonía móvil y la móvilidad espacial de las familias con un bajo nivel de ingresos. El autor ha realizado un estudio cualitativo entre 20 familias de villa Tuacapel Jiménez II, un barrio de reciente creación ubicado en los alrededores de Santiago de Chile, concretamente en el distrito de Renca. El enfoque del estudio se centra en determinados aspectos de la pobreza urbana, un moderno fenómeno que resulta de la mezcla de «por un lado, la vieja y bien conocida cara de la ausencia de oportunidades y las innumerables dificultades para satisfacer una cantidad importante de necesidades básicas, pero por otro lado [...] se integran, simbólicamente y como consumidores, a la sociedad, aunque siguen estando segregados en términos sociales y de espacio».1253 El colectivo observado presenta una móvilidad muy limitada que suele reducirse a lo estrictamente necesario. Las principales razones de tal comportamiento pueden hallarse, en primer lugar, en las restricciones financieras: incluso el transporte público es caro para la mayoría de sus presupuestos en una situación en que las distancias a cubrir son considerables, dado que estas familias se han trasladado a vivir a una barriada de la periferia del área metropolitana. En segundo lugar, en la percepción del riesgo, que también comporta bajos niveles de móvilidad. Finalmente, se puede considerar que existe un discurso construido para justificar la inmóvilidad, dada la elevada frecuencia de aparición de argumentos del tipo «el simple desinterés por estar afuera, en cualquier otro lugar o en la calle».1254 En este contexto, el teléfono móvil parece ser un dispositivo no móvil para la gran mayoría de familias del estudio que acaba utilizándose casi siempre como una línea de teléfono fijo. En efecto, el primero sustituye al segundo porque no hay servicio de línea fija en la casa. Por tanto, la posesión del primer teléfono de la casa implica una pequeña reducción en la necesidad de moverse. En primer lugar, desaparece la necesidad de utilizar los teléfonos públicos disponibles en el vecindario y, en segundo lugar, permite un mayor grado de comunicación y de coordinación al hacer posible no sólo emitir llamadas, como en las cabinas públicas, sino la recepción de las mismas.
Cabe destacar, asimismo, que sólo una minoría de hogares posee más de un teléfono móvil. En general, pues, el terminal tiene la misma consideración que cualquier otro aparato familiar que, por tanto, se usa colectivamente. Los móviles se quedan en casa a menos que salga la familia y, principalmente por razones de seguridad, el aparato debe estar tan cerca de la madre como sea posible, ya que ella constituye el nodo central de la red familiar.
Sin embargo, la posesión del teléfono móvil no cambia significativamente la móvilidad de los miembros de la familia, un resultado que ya discutimos en el capítulo 3.1255 Es decir, en el caso concreto que nos ocupa, «los miembros de la familia, y obviamente sus móviles, se quedan en casa, tanto como solían». La siguiente cita ilustra lo dicho: «[el teléfono móvil] está aquí, en casa, no se movía, es como si estuviera aquí, fijo, ...es el teléfono de la casa, el teléfono no se mueve de aquí, nunca lo movemos de todos modos, porque no salimos» (Diego, varón, 39 años).1256 A pesar de ello, la adopción del aparato se acompaña de un discurso sobre la móvilidad de sus propietarios, influenciados principalmente por la publicidad, que no se corresponde con el uso real de la tecnología. Por tanto, la ideología de la apropiación del aparato difiere del proceso de apropiación en sí mismo, como ya ocurrió en el estadio inicial de la adopción del teléfono móvil en Europa.1257 A tenor de lo visto hasta el momento, y dadas las estadísticas disponibles,1258 las familias estudiadas por Ureta (2004) deben tener un teléfono móvil de prepago. Es más, los suscriptores previo pago del país suelen utilizar menos el teléfono móvil que los suscriptores pospago.
1259 A pesar del estricto control del gasto que permiten las tarjetas prepago, se ha observado que el gasto en telefonía móvil supone una importante porción del ingreso disponible de los consumidores. Según un informe, el hogar medio en Chile gasta ahora más en telecomunicaciones que en agua y electricidad juntas.1260 Los comerciantes, en particular los que venden productos como ropa o calzado, llevan años hablando del «efecto teléfono móvil» que hace disminuir las ventas.1261 Dentro de los límites geográficos de América Latina, la sección siguiente ilustra la importancia de la tecnología Wi-Fi para incrementar el acceso a las telecomunicaciones en los países en vías de desarrollo.
INTERNET WI-FI PARA EL DESARROLLO: LA EXPERIENCIA LATINOAMERICANA Como ya hemos dicho más arriba en este capítulo, mientras el nivel de beneficios que se pueda garantizar sea insuficiente, y mientras continúe vigente la misma lógica económica que desanima la inversión de los prestadores de servicios básicos, los operadores privados de telecomunicaciones por hilos no se van a interesar por las áreas rurales o remotas. Las características de dichas áreas las sitúa en una posición de desventaja que no es fácil de superar. Sin embargo, las tecnologías inalámbricas parecen aportar nuevas oportunidades para su desarrollo.
En concreto, cuando hablamos específicamente de tecnologías inalámbricas en su faceta de tráfico de datos, debemos referirnos a internet.
El acceso, como ya hemos señalado con anterioridad, es el principal tema de debate cuando se consideran los países en vías de desarrollo, a diferencia del tema del «acceso en movimiento» que centra el interés de las economías de ingresos altos. En este sentido, centraremos la atención en las tecnologías de red inalámbrica de área local (WLAN) que, al reducir drásticamente los costes de despliegue de la red, particularmente en lo que se refiere a la conectividad de la última milla (last-mile connectivity) en las zonas de densidad baja, están cambiando radicalmente la estructura de costes de internet. Para ello, seguiremos básicamente el trabajo de Galperin (2005) y de Galperin y Girard (2005), que estudian las oportunidades que las tecnologías anteriormente mencionadas pueden suponer para alcanzar una difusión de internet sostenible en las zonas rurales del mundo en vías de desarrollo, y en particular en el caso de América Latina, gracias a la creación de las condiciones adecuadas para un modelo de despliegue ascendente (de abajo arriba), que no sigue un plan preconcebido creado por un agente externo, es decir, una operadora de telecomunicaciones o una agencia gubernamental. Cabe considerar, por tanto, que las infraestructuras flexibles surgidas del trabajo comunitario estarán más y mejor vinculadas a las necesidades y características locales. En este sentido, la siguiente cita identifica claramente los elementos que lo hacen posible: Las tecnologías WLAN crean una alternativa [...] más adecuada a los retos del despliegue de conectividad a internet en las zonas rurales del mundo en vías de desarrollo. Debido a las ventajas del coste asociado a lo inalámbrico, el uso de espectro no autorizado, y la falta de importantes economías de escala en el despliegue y gestión de la red, las inversiones en infraestructuras de redes Wi-Fi están al alcance de gran variedad de actores locales: desde empresarios privados hasta gobiernos municipales, pasando por cooperativas agrícolas, que entienden mejor las condiciones locales.1262 Frecuentemente, los actores locales se organizan en redes de trabajo comunitarias que pueden crearse específicamente para llevar los servicios TIC a sus miembros o bien pueden extender sus actividades para cubrir tal objetivo. Dicho modelo de organización es, en algunos casos, la única manera de móvilizar ciertos recursos locales específicos, no disponibles para los operadores privados o públicos. Al hablar de recursos locales cabe entender que se trata, típicamente, de las habilidades y el trabajo de los residentes de la comunidad (que, dados los niveles de subempleo real, tienen un coste de oportunidad muy bajo), si bien podría incluir otra información cualitativa como la información sobre las pautas de la demanda local (que sirve para determinar qué ofrecer, dónde, por cuánto, etc.) y los derechos para el paso de los cables, las antenas y otro equipamiento de red y terminal.1263 Profundizando en concreto en la tecnología, Galperin (2005) describe los diferentes factores que explican su éxito y sus limitaciones.
En primer lugar, el Wi-Fi puede proporcionar banda ancha alta sin necesidad de afrontar los costes del cable telefónico. En segundo lugar, existe una amplia industria de apoyo al estándar Wi-Fi que ha contribuido a la rápida caída de los precios, en la medida en que quedaba garantizada la compatibilidad de los dispositivos. La tercera clave de este éxito está en la generalizada, pero no total, falta de gastos indirectos regulatorios: las redes Wi-Fi han proliferado en las bandas que no necesitan autorización para su uso, en concreto en los escasos márgenes del espectro de radio reservado a las aplicaciones de baja frecuencia en las que los aparatos de radio pueden operar exentos de licencia. Esto ha permitido que una gran variedad de actores levantasen las redes WLAN sin sufrir los retrasos y gastos tradicionalmente asociados a la obtención de la licencia de radio concedida por las autoridades de telecomunicaciones. Por otro lado, el mayor inconveniente del Wi-Fi es el corto alcance de su señal. Aunque se ha llegado a conseguir cobertura a lo largo de varios kilómetros mediante conexiones consecutivas punto a punto, la extensión habitual de las redes Wi-Fi abarca unos cientos de metros como máximo. Esto la convierte en una tecnología que, en general, resulta inadecuada para transmisiones a larga distancia. Sin embargo, ya han surgido tecnologías derivadas de ésta específicamente diseñadas para solventar este problema, en especial 802,16x (también conocida como WiMax).
Hay una serie de proyectos específicos gracias a los que se ha introducido internet inalámbrico en zonas rurales o remotas de los países en vías de desarrollo. En el caso en concreto de América Latina, la bibliografía especializada describe pocas experiencias. Sin embargo, resulta habitual que los diarios recojan noticias sobre proyectos piloto relacionados con la instalación de los telecentros con tecnología Wi-Fi. Esto sucede, por ejemplo, en el caso concreto de El Chaco en Ecuador, un remoto pueblo situado en la selva que desde enero de 2005 está conectado a internet gracias a un proyecto de cooperación en el que las comunidades locales también se han involucrado.1264 A continuación comentamos brevemente las características de un proyecto desarrollado en el Perú.1265 En concreto, en el valle Chancal- Huaral, a 80 kilómetros al norte de Lima. El proyecto ha permitido conectar a internet a una organización local y parece haber creado efectos positivos en todo el valle. Hay un total de 14 telecentros interconectados, 12 de los cuales (aquellos que están fuera de la gran ciudad) se han conectado mediante tecnologías Wi-Fi y VSAT (Very Small Aperture Terminal). Sólo utilizan software libre gratuito y equipo informático asequible.1266 Según el análisis de Galperin (2005), el principal elemento a destacar aquí es la total implicación de la organización local, la Junta de usuarios del río Huaral, que no sólo es la propietaria y la responsable del mantenimiento de los telecentros, sino que también se ocupa del sistema de información agrario, basado en los datos recogidos por sus miembros, diseñado específicamente para dar respuesta a sus necesidades. La Junta es una cooperativa en la que participan las diecisiete comisiones de irrigación dispersas por el valle, cuyos miembros son los propios regantes (unos 6.000 en total). La defectuosa comunicación entre estas entidades geográficamente diseminadas crea a menudo dificultades para la gestión eficiente del agua. Como algunos telecentros se ubican en instituciones educativas, el acceso a internet se amplía a profesores y estudiantes de la comunidad.
A partir de los resultados de esta experiencia, y teniendo en cuenta otros elementos del panorama de las telecomunicaciones en América Latina, Galperin y Girard (2005) identifican tres principales barreras regulatorias para el desarrollo de las redes de acceso inalámbrico comunitarias en la zona. En primer lugar, la disponibilidad de espectro de radio y, en particular, el hecho de que no todos los países garantizan la posibilidad de obtener asignaciones de frecuencias para operar con equipos inalámbricos sin necesidad de licencia. En segundo lugar, las restricciones para la prestación de servicios VolP abiertos al público, en contraste con las redes privadas. Y en tercer lugar, las políticas de interconexión que desalientan la extensión en red en las zonas rurales de renta baja.1267 Finalmente, y desde una perspectiva reguladora, Galperin (2005) considera que todavía falta mucho por hacer para facilitar el despliegue de WLAN en América Latina, tanto si lo realizan empresarios privados, entidades públicas como organizaciones locales. En este sentido, un tema importante a considerar es el modelo de desarrollo en red asociado con los fondos para garantizar el servicio universal. Dichos fondos se constituyeron, en América Latina, durante el periodo de liberalización de las telecomunicaciones, en los noventa, para la ampliación de los servicios básicos de telefonía de voz. Recientemente se han expandido hasta incluir los servicios TIC avanzados, como internet de banda ancha. Por ejemplo, en Chile, el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones se modificó en 2001 para permitir la financiación de un programa que, hasta la fecha, ya ha financiado casi 300 telecentros comunitarios rurales gracias a propuestas que se seleccionan de forma competitiva. En Colombia, un programa similar (llamado Compartel) ha financiado hasta la fecha la instalación de más de 900 telecentros comunitarios por todo el país. En Ecuador, donde se estima que hay 30.000 comunidades rurales que carecen del acceso a los servicios básicos TIC, se están asignando recursos para la instalación de telecentros comunitarios en 5.000 de ellas.
Por ejemplo, y a modo de ilustración, el programa colombiano Compartel para la ejecución de la política de telecomunicaciones sociales tiene como objetivos la creación de telecentros comunitarios polivalentes para el desarrollo de la comunidad y, entre otras metas, suministrar telefonía comunitaria rural. Las tecnologías que se usan son, como en tantos otros casos, una combinación de las herramientas disponibles. Así, existe el uso preeminente de las soluciones por satélite (80 % del proyecto) mientras que el celular y el WLL representan, respectivamente, el 18 y el 2 %. Más concretamente, las soluciones inalámbricas se están desarrollando en las frecuencias de 2,5 GHz y 5,5 GHz, siempre y cuando el Ministerio de Comunicación las haya declarado de uso libre.1268 En efecto, las comunicaciones por satélite, y específicamente la tecnología Very Small Aperture Terminal (VSAT), han contribuido a la expansión de la conectividad en zonas rurales. En este sentido, una parte importante de las ofertas para el crecimiento de los servicios de telecomunicación en las zonas rurales de América Latina (Brasil, Chile, Colombia y Perú) las han ganado las compañías que usan tecnología VSAT.1269 Debemos introducir en este punto una advertencia: a pesar de que el incremento del uso de los fondos de garantía de servicio universal para financiar telecentros en zonas rurales con escaso servicio es alentador, estos programas están generalmente ligados al tradicional desarrollo descendente (de arriba abajo) habitual. El resultado es que, como revela la evidencia de los programas anteriormente mencionados en Colombia y Chile, la mayoría de los contratos se otorgan a grandes operadores o a servicios globales, con poca participación de los empresarios locales y de las organizaciones comunitarias.