Comunicación móvil y sociedad, una perspectiva global
Manuel Castells
Mireia Fernández-Ardèvol
Jack Linchuan Qiu
Araba Sey
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP
(472 páginas, 2.11 Mb) pulsando aquí
Más que la móvilidad, el elemento clave de la práctica de la comunicación móvil es la conectividad. Y esto se debe a que cada vez más la comunicación móvil se realiza desde ubicaciones estables como, por ejemplo, el hogar, el trabajo o la escuela. Pero también se utiliza desde cualquier otro lugar y la accesibilidad opera en cualquier momento. De modo que, mientras en sus inicios la comunicación inalámbrica se erigió en un sustituto de la línea telefónica fija cuando la gente se desplazaba, actualmente la comunicación móvil representa la capacidad para acceder a la red de comunicación local/global desde cualquier lugar y en cualquier momento de forma individual y generalizada. Éste es el modo en que los usuarios lo perciben, y éste es el modo en que lo utilizan. Con la difusión del acceso inalámbrico a internet, así como a redes de ordenadores y sistemas de información situados en cualquier parte del mundo, la comunicación móvil se define mejor por su capacidad para la conectividad ubicua y permanente que por su móvilidad potencial.
La comunicación móvil ha mejorado considerablemente las opciones, oportunidades y alcance de la sociabilidad interpersonal y de las prácticas compartidas. La gente —especialmente la gente joven, pero no únicamente ésta— construye sus propias redes de relaciones, normalmente a partir de su experiencia presencial, intereses y proyectos, y después las mantienen permanentemente abiertas mediante la comunicación inalámbrica y/o, de forma intermitente, internet fijo. Por tanto, los grupos de amigos se ven reforzados en este espacio híbrido de interacción formado por la comunicación física, en línea e inalámbrica.
Pero la tecnología también permite que la red se transforme continuamente, añadiendo o eliminando individuos de las relaciones en red, según la propia evolución de los proyectos o estado de ánimo de cada persona que conforma la red. De modo que las redes se expanden, se solapan y se modifican en función de una estructura de comunicación descentralizada que tiene múltiples salidas y entradas. Como consecuencia de esto, disponemos de un modelo de comunicación extremadamente maleable, muy sensible a la evolución de las orientaciónes de los participantes del propio proceso comunicativo. De modo que también se observan las siguientes tendencias: comunicación acelerada, un creciente enraizamiento de la comunicación electrónica en las experiencias cara a cara, y una composición de las redes de comunicación completamente dependiente de los deseos de los sujetos que se comunican. La elección social, incluyendo en ella la elección de comunicación, continúa condicionada por las instituciones y la estructura social. Pero dentro de estos límites obvios, la comunicación inalámbrica aumenta de forma considerable la capacidad de elección de los interlocutores, así como la intensidad y densidad de la interacción.