Comunicación móvil y sociedad, una perspectiva global
Manuel Castells
Mireia Fernández-Ardèvol
Jack Linchuan Qiu
Araba Sey
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Los sujetos protagonistas de los procesos comunicativos aumentan considerablemente su autonomía mediante el uso de sistemas de comunicación inalámbrica. Por autonomía entendemos lo contrario a ubicación espacial, limitaciones de tiempo y, hasta cierto punto, normas culturales y sociales. Esta autonomía es tanto individual como colectiva: puede referirse a una sola persona, a una organización, a un grupo social, a una red social o a un movimiento social. La cuestión capital es que el sujeto de la comunicación aumenta su control sobre el proceso de comunicación.
Dicha autonomía, sin embargo, no debe interpretarse en términos absolutos. El acceso a infraestructuras tecnológicas adecuadas, el coste del servicio, conocer el funcionamiento de los sistemas, el nivel de libertad de comunicación frente a la regulación de las autoridades, el contexto legal, etc., son impedimentos que condicionan la comunicación y que siguen operando en el nuevo contexto tecnológico.
Aun así, las nuevas tecnologías de la comunicación a menudo desafían dichas limitaciones, forzando a una redefinición del espacio público de comunicación en términos institucionales y culturales.
Se considera que la comunicación móvil facilita la combinación de autonomía y seguridad al permitir que los individuos se relacionen libremente con el mundo en general al tiempo que mantienen su infraestructura de apoyo personal. Esto es especialmente evidente en el caso de la familia, donde los hijos y la gente joven pueden sentirse independientes y relacionarse con sus amigos sin perder por ello el contacto permanente con el hogar. De hecho, parece ser que la comunicación móvil está contribuyendo a suavizar las tensiones de la familia hiperactiva al permitir que todo el mundo (incluso los niños) dispongan de su propia agenda mientras comparten un tiempo en familia.
Este modelo de «autonomía segura» también define otra serie de relaciones interpersonales y prácticas instrumentales (por ejemplo, el profesional en movimiento siempre mantiene el contacto con su oficina base).