Eduardo Jorge Arnoletto
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP
(393 páginas, 2.11 Mb) pulsando aquí
El gobierno como conducción: realimentación, objetivo y propósito.
En el estudio de Deutsch se analiza al gobierno como un proceso de conducción, utilizando los conceptos de realimentación, objetivo y propósito. "Gobierno" deriva etimológicamente de una palabra griega que se refiere al arte del timonel. En inglés, la palabra "governor" tiene un doble significado: como gobernador y como regulador, y en esta segunda acepción se relaciona con el concepto de realimentación ("feed-back"). Nuestra vida actual está rodeada de aplicaciones de este principio, y es sorprendente "la similitud de estos procesos de conducción, búsqueda de objetivos y control autónomo con ciertos procesos políticos" (pag. 206). Los gobiernos buscan objetivos internos y externos y tratan de mantener cierto estado de cosas que consideran deseable. Para ello guían su actuación mediante un flujo de información sobre la posición propia respecto de tales objetivos y estados.
Sostiene Deutsch que "el concepto de realimentación permite obtener un enfoque más sofisticado que el del concepto mecanicista tradicional de equilibrio" porque "el concepto de equilibrio es incapaz de describir un ámbito importante de fenómenos dinámicos y no puede fijar la trayectoria temporal que seguirá el cambio sustancial" (pag. 207).
La realimentación difiere del equilibrio al menos en cuatro aspectos:
- la situación del objetivo buscado está ubicada externamente al propio sistema.
- dicho sistema no está aislado de su ambiente sino, por el contrario, estrechamente vinculado a éste por una corriente constante de información.
- la realimentación permite perseguir con probabilidades de éxito a un objetivo móvil.
- la realimentación permite plantear estrategias de aproximación indirecta, sorteando cadenas de obstáculos. Aquí se aplica la noción de propósito, como "objetivo, preferencia o valor fundamentales o estratégicos, que hay que perseguir mediante un conjunto de movimientos intermedios, dirigidos a objetivos intermedios, o evitando los obstáculos intermedios" (pag. 208).
El ejemplo más claro quizás sea, en el nivel táctico, el de un cohete autodirigido que persigue a su blanco porque es capaz de modificar su trayectoria en función de la información que recibe de ese mismo blanco; y de definir por aproximaciones sucesivas cada vez más precisas una trayectoria de colisión.
En el nivel estratégico, es ejemplo cualquier plan o programa de acción, ya sea militar, social, económico, etc. que intenta realizar un propósito por medio de la concreción concatenada de objetivos parciales que tienden hacia aquel.
Sistemas continuados de decisión.
Como venimos viendo, un interesante y específico problema político se plantea en la obtención de un objetivo estratégico mediante la obtención de objetivos intermedios o tácticos en secuencia. Es curioso que en este caso, la receta técnica política de Hitler coincida con la practicada por el comunismo: "el arte del liderazgo de masas consiste en tales casos en la capacidad para hacer aparecer cada objetivo intermedio como si fuera el último..." porque "sólo los objetivos últimos...poseen la capacidad de suscitar...la plena aplicación de los recursos disponibles" (pag.217).