HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
(Siglos XVIII, XIX y XX)
ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA
Jorge Isauro Rionda Ramírez
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7. BARTRA, Roger (1975) Y si
los campesinos se extinguen
En Historia y sociedad No. 8. México. Pp.
71 83.
La principal contradicción del esquema post revolucionario es que
procura implementar un país agrario en una nación que corre por el
camino de la industrialización moderna. Pronto esta contradicción se
deja ver en los conflictos y las asimetrías que surgen entre el campo y
la ciudad. El campesinado es fundamento del desarrollo modernizador y el
fortalecimiento de la burguesía industrial (Bartra, 1975; 71 83).
Se tiene el surgimiento de una nueva burguesía urbana, nuevos ricos que
representan la oligarquía financiera, la burguesía comercial, la
oligarquía monopólica y la tecnocracia en el poder. Ricos banqueros,
comerciantes y empresarios de industrias monopólicas, así como la
aparición de una burguesía tecnócrata, ligada al capitalismo de Estado,
es la nueva clase opresora.
Es fundamental comprender cómo la descomposición de una sociedad agraria
en una nueva sociedad urbana e industrial lleva contradicciones
inconciliables entre el ascenso de la nueva burguesía urbana con al
expansión de un proletariado urbano como campesina que no logra
conciliar sus intereses con la lógica de acumulación capitalista.
El régimen de estado priísta se descompone y desgasta ante la pérdida de
legitimidad basada en una sociedad agraria que cada día se ve más en el
pasado. La nueva sociedad burguesa industrial, con una nueva realidad
urbana se impone y el régimen campesinista no encuentra acomodo en esta
nueva sociedad industrial.
La crisis del fordismo y el surgimiento de un nuevo régimen de
acumulación basado en la producción flexible profundizan la separación
entre la nueva lógica de la organización privada del trabajo y la
producción, con el régimen conservador priísta de regulación pública del
trabajo y la producción. La crisis expresa pronto la necesidad de
reformas institucionales más profundas y propias a la nueva lógica de
acumulación. La reestructuración económica rebasa el viejo orden
agrarista y campesinista, y exige la inmediata inauguración de un nuevo
orden propio de una sociedad moderna y donde los temas de interés
político ahora son de tipo industrial y urbano.
La crisis del fordismo no permite a la economía moderna dependiente
crear las oportunidades suficientes como para emplear la expansión del
empleo, tanto en el campo como en la ciudad. El éxodo del campo a la
ciudad, ahora rebasa las fronteras del país. Los reacomodos no son
fáciles y la reforma institucional avanza a un ritmo insuficiente ante
la velocidad con que lo hace la reestructuración económica de una
economía que pasa rápidamente a anexarse al desarrollo globalizador.