HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
(Siglos XVIII, XIX y XX)
ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA
Jorge Isauro Rionda Ramírez
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33. KEREMITSIS, Dawn (1973b)
Inestabilidad política y ajustes económicos durante la Reforma. En La
industria textil mexicana en el siglo XIX. Secretaría de educación
pública. Colección Sep Setenta. No. 67. Capítulo II. México. Pp. 41
-76.
El triunfo del esquema liberal tiene continuidad en administraciones
ulteriores a la del presidente Benito Juárez, especialmente durante la
dictadura porfirista (Keremitsis, 1973b). Después de los turbulentos
años de 185º a 1880 terminan y la nación arriba al desarrollo
capitalista moderno. Con Profirio Díaz se generan vías férreas y se
firman convenios de colaboración con potencias extranjeras para el
fomento de la minería y la energía eléctrica. Con las líneas férreas van
las líneas telegráficas en el centro del país, y le centralismo político
es un fundamento de control para la organización de la nueva economía y
la organización del territorio, donde se incorpora a las regiones, al
menos las centrales del país, al esquema modernista. No obstante, el
régimen porfirista restringe intereses norteamericanos en participar en
la economía mexicana, favoreciendo a otras potencias como lo fue
Inglaterra. Trata de restringir la importación de algodón de
Norteamérica.
De la intervención francesa la nación hereda la consolidación del primer
banco central mexicano gracias al amparo (de inicio), de capitales
franceses. Esto le da a la nación un sistema financiero nacional y con
fundamento económico para respaldar las políticas de fomento industrial.
Las guerras intestinas y el rompimiento del esquema productivo agrícola
que continuamente se fragmentaba con las intervenciones extranjeras y
las revueltas regionales generadas por la proliferación de caudillos,
causaron que de 1850 a 1880 la nación creciera poco en lo económico como
en lo demográfico, las hambrunas eran persistentes en las regiones del
país durante este periodo. Las redes terrestres de comunicación eran las
heredadas de la colonia y por tanto insuficientes para respaldasr el
desarrollo económico del país.
La industria textil mexicana se sostiene precariamente y no logra
fortalecerse ante la constante importación de telas provenientes de
Inglaterra. En 1869, con el regreso del presidente Benito Juárez y sus
liberales al poder, muchos empresarios venden sus propiedades y
abandonan el país ante el temor de la enajenación de sus bienes.
Las fábricas fundadas durante la intervención francesa eran dirigidas
por extranjeros, los directivos bien eran franceses o bien ingleses,
mientras que no existían administradores mexicanos que dirigieran las
principales factorías del país. Los mexicanos eran por tradición
jornaleros y trabajadores, empleados en las fábricas.
Con el advenimiento de los esquemas modernos de producción y sus formas
deshumanizadas de explotación de la mano de obra, así como la
proliferación de tesis del socialismo utópico, como la publicación del
Manifiesto Comunista en 1848, las organizaciones obreras a nivel mundial
empezaron a aparecer como sindicatos de trabajadores. Las formas
corporativas del trabajo son un fundamento del modernismo capitalista
naciente.
En México, la primera organización sindical aparece en 1853, y en 1880
aparece la segunda. Durante el porfiriato los sindicatos proliferaron a
la par que crecían las factorías modernas, especialmente de inversión
extranjera inglesa como francesa. El periodo porfirista fue de ascensión
industrial urbana. Lo que hacía falta era una reforma agraria que
repartiera la propiedad agrícola a los peones y jornaleros de las
Haciendas, procurando con ello el alivio de la pobreza cada vez más
generalizada y extrema que se vivía en el campo mexicano, ante el
acaparamiento de los latifundistas que controlaban la producción, los
precios agrícolas y hasta la vida de sus trabajadores, que estaban
cautivos bajo un sistema de deudas, deudas incluso heredables de padres
a hijos y por generaciones completas.
Productos básicos como insumos textiles tales como el henequén y el
algodón son el fundamento de la industrial textil del país, no obstante
en la producción del algodón la nación no lo podía producir con la
baratura deseada ante los precios existentes en el extranjero, por lo
que era más barato importar el algodón que cultivarlo en el país. El
fundamento de la industrialización lo eran las manufacturas,
especialmente de este sector. Los líderes políticos de fines del siglo
XIX e inicios del XX saldrán de esta clase de industriales.