HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
(Siglos XVIII, XIX y XX)
ANTOLOGÍA BIBLIOGRÁFICA COMENTADA
Jorge Isauro Rionda Ramírez
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22. FLORESCANO, Enrique y GIL
Sánchez, Isabel (1976) La época de las reformas borbónicas y el
crecimiento económico, 1750 1808. En Historia general de México. El
Colegio de México. Vol. 2. Capítulo III. México, 183 -301.
Por efecto de la sujeción de España por Francia, de 1640 a 1740 se
tiene un periodo de depresión económica donde propiamente la crisis se
genera por la depresión del comercio entre la metrópoli y sus colonias (Florescano
y Gil, 1976). La metrópoli creó desde mediados del siglo XVI una grave
dependencia de sus colonias por ser esta proveedora principalmente de
bienes minerales y especies de gran valor para la economía peninsular.
Con el decaimiento de los flujos comerciales, España vive un periodo de
estancamiento y depresión económica, que bajo el régimen de los Borbones
se profundizará más ante la expoliación de las riquezas llegadas de
América a España para amparar a Francia en sus guerras imperialistas
contra Inglaterra.
La gran hecatombe demográfica del siglo XVI que vivió fuertes epidemias
y hambrunas (1521 cocoliztli, 1546 matlazáhuatl y 1576 sequía y crisis
agrícola), son causa del despoblamiento de población indígena que causó
que de 1519 a 1600 la población residente en el área mesoamericana
cayera de 21 millones de indígenas a 1 millón 200 mil aproximadamente.
Cuestión que marca para el siglo XVII que deba existir una organización
de la producción y el trabajo basado en el reparto del territorio en
unidades productivas basadas en haciendas agrícolas y ganaderas, como en
haciendas mineras. Las mercedes reales que establecen esquemas de
producción ampliada, que dan usufructo de los terrenos reales a criollos
y peninsulares fundan la forma de expoliación colonial que convive con
las cementeras indígenas, propiedades comunitarias basadas en esquemas
de producción simple.
El carácter ampliado de la producción de las Haciendas hace que
continuamente procuren ampliar sus extensiones territoriales hasta
encontrarse con lo límites de las cementeras indígenas, razón que causa
continuas invasiones a estas últimas y por tanto conflictos entre
indígenas y españoles. El resentimiento indígena será una patente de la
vida colonial ante el sistemático despojo de sus propiedades ante la
incontenible expansión de las economías agrícolas criollas.
La organización del territorio obedece por tanto a la lógica de
acumulación basado en el desarrollo de las actividades primarias, de
tipo campesino, rural y artesanal. La prominencia de las economías
españolas de carácter ampliado subordinó desde un inicio a las economías
indígenas, que con su depresión económica presenta un avío a las
economías de los españoles al trasladar mediante términos de intercambio
comercial desproporcionados e injustos plusvalía a los señores
hacendados.
El comercio de arrieros es la economía de corte más capitalista que para
entonces se tiene puesto que después de la Iglesia, representan los
capitales más fuertes. El comercio interurbano es la fuente de los
nacientes capitales nacionales que se tiene en la Nueva España como
fórmulas de capital financiero y avío de otras actividades tales como la
minería. Los comerciantes condicionan a los productores bajo fórmulas de
monopsonio y se vuelven los prestamistas, junto con la Iglesia católica,
de la sociedad colonial.
De 1550 a 1630 la Iglesia acumuló grandes capitales principalmente por
efecto del impuesto basado en el diezmo y por las llamadas manos
muertas.
Las reformas borbónicas restaron poder a las oligarquías de la Nueva
España, especialmente a la Iglesia y a comerciantes. En 1760 José Galvez
promueve algunas iniciativas que vienen en perjuicio de la Iglesia como
fue la cédula de desamortización de bienes que viene a perjudicar las
canonjías de ésta como de otras clases oligárquicas. Asimismo, las
reformas borbónicas beneficiaron bien a unos como los mineros y los
comerciantes, pero perjudicaron a otros desmantelando las relaciones
establecidas durante la administración de los Habsburgo, restándoles
poder y canonjías.
Con estas reformas aumentó la expoliación de la Nueva España por parte
de la Corona española al grado que era la colonia que más aportaba a los
erarios reales. La extracción minera era el fundamento clave de las
economías novohispánicas como de la propia España, su producción era tal
que para entonces 2 terceras partes de la plata que circulaba en el
mundo provenía de la Nueva España.
La economía urbana inicia a ser pominente a partir de 1790 y 1800, donde
se consolida en pleno el esquema de producción artesanal, cuyas
características son las siguientes:
REGÍMENES DE PRODUCCIÓN ARTESANAL Esquema de Producción Artesanal
http://webs.uvigo.es/cfacal/esquema2_1.htm http://webs.uvigo.es/cfacal/esquema2_3.htm
http://webs.uvigo.es/cfacal/esquema2_4.htm Dominada por: 1
Producción Manufacturera La Empresa 2 Producto Heterogéneo durable El
Estado 3 Mano de obra altamente calificada El Mercado 4 La empresa
trabaja al ritmo del trabajador 5 Técnicas de producción diferenciadas
según trabajador 6 Instrumentos de trabajo elementales o heramientas
simples 7 Proceso de producción extensivo en jornada de trabajo 8
Insumos vitales de la producción: carbón y acero 9 Precariedad en las
condiciones de trabajo 10 Trabajo manual 11 Trabajador libre formalmente
pero cautivo del empleador de forma convencional bajo acuerdo compromiso
o chantaje 12 Inmovilidad laboral 13 Conceto objetivo del trabajo 14
Contrato laboral convencional, moral o de palabra 15 Domina la economía
primaria 16 Ruralidad y desarrollo urbano incipiente 17 Garantías
laborales bajo cautiverio del trabajador por la empresa 18 Pocas o nulas
prestaciones laborales 19 Producción Onerosa 20 Producción a baja escala
21 Trato digno al trabajador artesano con reconocimiento 22 Relaciones
industriales obrero patronales bien definidas entre empleador y empleado
23 Artesanía o manufactura 24 El proceso de la producción subsume a la
circulación, no hay presencia del estado 25 Procesos productivos simples
y técnicas que se habilitan según artesano, tradicionales o de costumbre
26 Contrato laboral a largo plazo 27 Tecnología simple y básica
consistente en las herramientas de trabajo 28 Factores productivos
monovalentes y básicos 29 Mano de obra de oficios integrales 30 Proceso
producitvo desarticulado con inmovilidad laboral y permanencia 31
Producción desorganizada 32 Era de la destreza y el talento 33
Tecnología básica y Mecánica 34 No existe el seguro de desempleo ni de
retiro 35 Capacitación en el taller y desarrollo de oficios 36 Peonaje
libre y proletarización 37 Producción regional y local independiente 38
Organización obrera incipiente o inexistente 39 Estado Liberal 40 No
existe la previsión social 41 Derecho normativo idealista teológico
moral 42 Nula intervención y ninguna intervención 43 Estado Liberal 44
Estado con nula intervención 45 Mercados nacionales y locales
competitivos 46 Mercados competitivos y oligopólicos 47 Domina el
trabajo doméstico y a domicilio 48 Economía objetiva
Se trata de una economía urbana manufacturera donde la industria es
incipiente pero inicia el ascenso de talleres y telares pequeños pero
con escalas productivas que rebasaban el autoconsumo. El régimen de
producción artesanal tiene dos fases, la primera implementada con base
al esquema europeo basada en economías domésticas de autoconsumo con
esquemas de producción simple y sobre todo de tipo rural. La segunda
correspondiente al finales del siglo XVIII e inicios del XIX de tipo
ampliado y con una lógica de acumulación, destinada al mercado aunque
sea de un mercado local, de tipo industrial urbano incipiente.
El desarrollo del régimen de producción artesanal urbano se da
principalmente en la ciudad de México, Puebla, Guadalajara, Morelia y el
Bajío. La aparición de este régimen de 1770 a 1800 se crean fuerzas
desestabilizadoras entre las economías artesanales domésticas rurales y
las ampliadas urbanas semi industriales. Se tienen fuerzas tendientes a
la divergencia entre lo rural y lo urbano. La desigualdad social crece y
se marca la diferencia de clases entre poseedores y trabajadores.
El encasillamiento que crean las haciendas rurales de la mano de obra a
través de un sistema de deudas heredables, el ascenso artesanal
industrial urbano que se vive que pide la liberalización de mano de obra
su prosperidad en el ámbito de las ciudades, genera fuerzas a favor del
liberalismo y la libertad, no solo de la independencia de España, sino
de la libre movilidad de la mano de obra trabajadora. El peonaje se
vuelve una rémora ante la creciente proletarización urbana, y el salario
urbano es una instancia más legítima y remunerativa que el pago por
servidumbre en las Haciendas basado en el sistema de raya.
Las reformas borbónicas causan un reacomodo de la configuración en la
organización social del trabajo y la producción dentro de la sociedad
novohispana, reforzando las medidas de sujeción colonial como de
expoliación, esta última que recae con mayor fuerza en los criollos y
los clérigos. De alguna forma resulta en el reforzamiento del régimen
anterior de los Habsburgo. Pero sobre todo, propicia el surgimiento de
una economía industrial urbana que engendra en su seno la nueva clase de
la burguesía naciente con aspiraciones independentistas como
libertarias.