HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y SUS APLICACIONES
Ramon Ruiz Limón
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Preferencias y aversiones
Los niños y los animales, si se les deja seguir sus presencias, tienden a escoger lo que ingieren, de modo que a lo largo de cierto periodo consumen una dieta equilibrada (Rozin, 1967).
Se pensó que ello se debía a que podían distinguir en sus hambres específicas y comer los alimentos específicos que necesitaban para la satisfacción de estas hambres.
En todo momento perdemos agua, sea por los pulmones, las glándulas sudoríperas o los riñones; empero, el cuerpo necesita mantener cierta cantidad de agua en la sangre y los tejidos; esta necesidad se refleja en la sed.
Se ha estudiado bien el mecanismo fisiológico de la sed (Corbit, 1969): lo mismo que el hambre, está controlada por diversas partes del cerebro, sobre todo por el hipotálamo. En este centro hay células nerviosas especialmente sensibles a la perdida de agua, a la deshidratación benigna. Al ser activadas por una baja en el nivel de agua en la sangre, hacen que el organismo busque agua y la beba.