HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Y SUS APLICACIONES
Ramon Ruiz Limón
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP
(114 páginas, 635 kb) pulsando aquí
Motivos primarios
Dentro de los motivos se pueden dividir en aprendidos y no aprendidos. Estos últimos tienen metas primarias y por lo mismo se llaman motivos primarios.
Algunos motivos primarios tienen su origen en cambio fisiológicos conocidos ocurridos en el organismo; por ejemplo, el hambre y la sed. Se les suele llamar impulsos fisiológicos, y en esta sección para cuestiones primero. Luego están los motivos no aprendidos para cuestiones tales como afecto y estimulo sensorial, los cuales, que sepamos, no tienen base fisiológica.
Hambre y sed
Los impulsos fisiológicos del hambre y la sed están íntimamente relacionados, porque el agua se necesita en el organismo para la digestión y otros procesos bioquímicas de la asimilación de los alimentos. Alrededor del 90 por ciento del agua que consumidos tiene este propósito fisiológico. Dicho de otro modo, la gente o los animales que no comen o que se les priva de alimento beben solamente alrededor del 10 ciento del aguan que beberían si comiera lo ordinario.
Hambre en general
Esta experiencia parece variar de una persona a otra y de tiempo en tiempo. A veces está asociada con dolores de hambre (contradicciones del estomago), pero esto no siempre ocurre. Ciertamente no son necesarios para sentir el hambre (Morgan, 1965). A veces se sienten ligeros mareos, pero no es indispensable experimentarlos para tener un hambre voraz. O sea, aparte de un fuerte deseo de comer, no hay otra experiencia que acompañe siempre de hambre.
Varias partes del cerebro intervienen en la regulación del hambre y del comer. La más importante es el hipotálamo, situado en la base del cerebro. Ahí hay dos centros, el del comer y el de la saciedad, a los cuales afecta la condición de la sangre que circula por ellos (Teitelbaum y Epstein, 1962).
El centro de la alimentación, al ser activado, hace que la persona tenga hambre y la induce a comer. El centro de la saciedad pone fin a la comida cuando se ha ingerido lo suficiente.