LA POLÍTICA DE COMPETENCIA Y EL PROCESO DE REGULACIÓN EN MÉXICO, 1993 1999
Fernando Ramírez Hernández(*)
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP
(191 páginas, 774 kb) pulsando aquí
1.6 Argumentos a favor y en contra de la regulación
La intervención del Estado en la economía es un tema controvertido. La regulación no podía estar exenta de tal debate. Hay quienes la consideran benefica y quienes la consideran dañina, los argumentos de ambos grupos son los siguientes.
Los argumentos a favor de la regulación son:
Combatir el poder de los monopolios. En una situación de monopolio, los precios fijados por las empresas son mayores y la cantidad producida es menor comparada con una situación de competencia. La diferencia en precios, entre el monopolio y una industria competitiva da como resultado una pérdida de bienestar social, por ello, se plantea la intervención del Estado.
Distribuir los costos de las externalidades negativas debidas a los costos sociales asociados con la producción de ciertos bienes .
El mercado no genera la información adecuada (problemas de información incompleta e información asimétrica). El papel del Estado es compensar la carencia o insuficiencia de información decisiva en ciertos mercados particularmente los menos competitivos.
Los anteriores argumentos se refieren a la protección del interés público y son la prioridad de la regulación económica.
Los argumentos en contra de la regulación económica son:
La regulación puede imponer a las firmas costos financieros y administrativos; crear incertidumbre; reducir la flexibilidad de las firmas y retardar el proceso de toma de decisiones.
La regulación puede ser una barrera de entrada al mercado para nuevas compañías, evitando la competencia y generando pérdida de bienestar.
La regulación puede proteger los intereses de un grupo en detrimento de la sociedad en su conjunto.
La regulación al proteger a una firma y evitar la competencia, desincentiva la innovación (incluso en la exploración de nuevos procesos de producción) y por tanto, el desarrollo de nuevos bienes y servicios, inclusive puede no permitir elevar la calidad en los ya existentes.
Carlton y Perloff señalan tres casos donde las regulaciones son inncesarias o dañinas:
Primero, cuando las empresas tienen un incentivo para desarrollar un nuevo producto, hacer nuevos descubrimientos u obtener una nueva tecnología más eficiente que nadie más para llegar a un monopolio. La regulación que remueve este incentivo para innovar sin reemplazarlos por otros incentivos puede ser más dañina. Segundo, si el mercado es contestable, si la entrada y salida ocurren sin costo, hay una pequeña o ninguna necesidad de para regular porque las presiones competitivas eliminan el poder del monopolio. Tercero, el costo de la regulación puede ser tan alto o los reguladores tan ineptos que la sociedad es dañada por las regulaciones."