Bruno Tondini
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III.12.1.c.- Reconversión de la flota británica y producción armamentista.
La industria naval británica ha ejercido influencia poderosa en la toma de decisiones en su país. No olvidemos que fue durante casi dos siglos la flota más importante del mundo. Los astilleros ingleses lograron colocar en el gobierno a numerosos representantes de su sector. En 1982, se avecinaba un importante recorte presupuestario, con reducción de la flota de mar. Muchos buques que luego participarían en el conflicto armado ya habían sido vendidos a otros países. Por ello, no es improbable que los más importantes astilleros británicos hayan tenido gran influencia para provocar el conflicto, buscando el efecto de truncar los recortes presupuestarios y brindar nueva importancia a su poderosa flota armada.
Por otra parte, Gran Bretaña, parte en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), había producido importantes transformaciones en los materiales de construcción de sus buques de guerra, que aún no habían sido probados en un conflicto real. La posibilidad de una guerra en pequeña escala les prometía un significativo ensayo de estos nuevos materiales, y su posterior colocación en el mercado mundial de armas.