La mente tiene que enfrentarse a un alud de información procedente de dos fuentes: 1) la situación-problema del momento, de la cual se obtiene información a través de los sentidos, y 2) el almacenaje de conocimiento a través de proceso de recuperación o de rememoración. Si esta información es concebida en términos del elemento más simple que la mente puede distinguir mediante alguno de sus sentidos, el número total de tales elementos de información de una situación problema que llegan a la mente es astronómico. Por ejemplo, la información total posible en relación a los colores de un cuadro implicaría varios millones de este tipo de elementos diferenciables entre sí.
El volumen de éstos sería tal que la central se congestionaría. Tengamos en cuenta que la mente no sólo tiene que procesar el insumo sino también el producto en la habilidad que llamamos comunicación.
2.6.1. Procesamiento de la Información
La mente crea formas muy efectivas para manejar o procesar este torrente de información. Para fines del aula escolar es adecuado considerarlas como discriminantes o de selección; clasificación o de agrupamiento y generalizantes, o sea que va más allá de la información recibida en el momento-
Sin embargo, aunque es propio hablar de la discriminación, clasificación y generalización de la información que llega y sale, se trata solamente de tres aspectos (aunque básicos) de la compleja habilidad del proceso informativo. Esta estabilidad abarca no solamente estos tres aspectos, sino todas las habilidades cognoscitivas que participan en el desarrollo de la capacidad intelectual, que es una preocupación fundamental de la pedagogía.