El segundo centro abstracto de las historias de la brujerÃa se llama el Toque del EspÃritu. El primer centro, las Manifestaciones del EspÃritu, es el edificio que el intento construye y coloca frente al brujo, invitándolo a entrar. Es el edificio del intento visto por el principiante al que se le invita, o mas bien se obliga a entrar.
“Este segundo centro abstracto también podrÃa ser una historia en sÃ. Y esa historia dice que, después de que el espÃritu se manifestó, a ese hombre de quien ya hablábamos, sin obtener respuesta, el espÃritu le tendió una trampa. Un subterfugio decisivo, no porque el hombre tuviera nada de especial, sino porque, debido a la incomprensible cadena de eventos desatada por el espÃritu, el hombre estaba disponible en el preciso momento en que el espÃritu tocó la puerta.”
“No hace falta decir que todo cuanto el espÃritu le reveló a ese hombre no solamente carecÃa de sentido para él, sino que de hecho iba contra todo lo que ese hombre sabÃa, contra todo lo que él era. Claro está, el hombre rehusó de inmediato y en forma bastante hosca a tener algo que ver con el espÃritu. No iba a dejarse engañar por esas tonterÃas tan absurdas. Él sabÃa lo que hacÃa. Y asÃ, el espÃritu y ese hombre quedaron absolutamente estancados.”
Esta historia es para los que lloran con el silencio de lo abstracto
Un aprendiz es alguien que se esfuerza por limpiar y revivir su vÃnculo con el espÃritu. Una vez que ese vÃnculo revive, no puede continuar siendo un aprendiz; pero hasta ese dÃa, necesita de un propósito indomable, un intento inflexible, del cual carece, por supuesto. Por esa razón, el aprendiz permite que el nagual le proporcione tal propósito y, para hacerlo, tiene que renunciar a su individualidad. Esa es la parte más difÃcil, ya que tiene que deshacerse de su importancia personal.