Lo abstracto. El elemento sin el cual, no existirÃa el camino del guerrero, ni guerrero alguno en busca de conocimiento. Desde el momento que los guerreros son incapaces de sentir compasión por sà mismo, tampoco pueden sentir compasión por nadie. Sin la fuerza impulsora de la lástima por sà mismo, la compasión no tiene sentido.
Para un guerrero todo comienza y termina en sà mismo. Sin embargo, su contacto con lo abstracto lo hace superar sus sentimientos de importancia personal. AsÃ, el yo se convierte en algo abstracto, algo sin egoÃsmo.
Don Juan comenta que su benefactor el nagual ElÃas sentÃa un gran respeto por la energÃa sexual, pensaba que nos habÃa sido dada para qua la utilicemos en ensoñar. CreÃa que el ensoñar habÃa caÃdo en desuso porque podÃa alterar el precario equilibrio mental de la gente susceptible.
Durante los sueños, el punto de encaje se mueve moderadamente y de manera muy natural. El equilibrio mental de uno no es otra cosa que fijar el punto de encaje en un sitio especÃfico y habitual. Si lo sueños hacen que ese punto se mueva, y si el ensoñar es el control de ese movimiento natural, y si se necesita energÃa sexual para ensoñar se disipa esa energÃa en el acto sexual, los resultados dos desastrosos.
Cuando un guerrero que es ensoñador, si no tiene cuidado con su energÃa sexual esto puede producir movimientos erráticos en el punto de encaje, ya que hay ciertas reacciones en él, esto se debe a que el punto de encaje se mueve sin sentido, porque la energÃa sexual no está en equilibrio.
Puede afirmarse con toda la seguridad de que la energÃa sexual, es la que gobierna el ensueño. Ya que de acuerno con el nagual ElÃas quien decÃa que, o se usa esta para tener relaciones sexuales o se utiliza para ensoñar con ella. No hay otro camino. Esta es la regla para los guerreros ensoñadores.
El nagual ElÃas explicaba, que existe una dificultad para comprender el espÃritu, pero era algo que le pasaba a la mayorÃa de los brujos. De acuerdo con el nagual ElÃas la dificultad era nuestra resistencia a aceptar la idea de que el conocimiento puede existir sin palabras para explicarlo.
El nagual ElÃas decÃa que toda la humanidad se habÃa alejado de lo abstracto y que alguna vez debió de haber sido nuestra fuerza sustentadora y ahora no podemos regresar a él. El nagual decÃa que un aprendiz tarda años para estar en condiciones de regresar a lo abstracto; es decir, para saber que el lenguaje y el conocimiento puede existir independientemente el uno del otro.
Don Juan Matus reitera que el punto crÃtico de nuestra dificultad de retornar a lo abstracto era nuestra resistencia a aceptar que podÃamos saber sin palabras e incluso sin pensamientos. El conocimiento y el lenguaje son cosas separadas.
No existe otra manera de hablar del espÃritu, porque al espÃritu sólo se lo puede experimentar. Los brujos tratan de dar una noción de esto al decir que el espÃritu no es nada que se puede ver o sentir, pero que siempre está ahÃ, vaga e indistintamente encima de nosotros. Algunas veces, hasta llega a tocarnos, sin embargo, la mayor parte del tiempo permanece indiferente.
Dice Don Juan que en gran medida, el espÃritu es una especie de animal salvaje que mantiene su distancia con respecto a nosotros hasta el momento en que algo lo tienta a avanzar. Es entonces cuando se manifiesta.
¿Cómo se puede manifestar el espÃritu en el sujeto?
Por otro lado, para un brujo, lo abstracto es algo que no tiene paralelo en la condición humana. Para un brujo, el espÃritu es lo abstracto, porque para conocerlo no es necesario palabras, ni siquiera de pensamientos; es lo abstracto, porque un brujo no puede concebir qué es el espÃritu. Sin embargo, sin tener la más mÃnima oportunidad o deseo de entenderlo, el brujo lo maneja; lo reconoce, lo llama, lo incita, se familiariza con él, y lo expresa en sus actos.
Los brujos conocen al abstracto sin saber lo que están haciendo, sin verlo, sin tocarlo y sin siquiera sentir su presencia.
Algunos árboles también son guerreros como los naguales. Pueden unirse a un grupo del nagual. Saben lo que sienten por ellos. El punto de encaje de los árboles esta localizado muy abajo en sus enormes conchas luminosas y esta caracterÃstica les permite conocer nuestros sentimientos.