COMO ROMPER CON LA HISTORIA DEL CHOLO BARATO

Velisario Cieza Pérez

 

2.4. El centralismo.

El centralismo peruano es otro problema quizá más antiguo que la república en su dimensión política. El Tawantinsuyo fue un Estado políticamente centralizado, con su capital Cusco, aunque económicamente descentralizado, debido al carácter agropecuario de su economía y a la organización Inca basada en los “curacazgos” (Rostworowski 1988). Luego, la colonización española organizó el Estado de una manera centralizada por razones de administración tributaria y trasladó la sede del gobierno a un lugar cercano al mar, Lima, como lugar estratégico para el embarque y desembarque con la corona española. Creó, asimismo, seis intendencias, las que se dividían en 56 partidos, que permitieron organizar la economía colonial con una agricultura y minería descentralizadas, pero con un Estado que centralizaba los tributos a favor de la corona española (PNUD, 202).

Con el surgimiento de la República las intendencias coloniales se convirtieron en departamentos y los partidos en provincias, pero la centralización estatal y tributaria no varió. Actualmente, el extremo centralismo estatal se ve reflejado en el manejo de las finanzas públicas. En 1998, el gobierno central recaudaba el 92% de los impuestos, mientras que los 2,014 gobiernos municipales apenas recaudaban el 8% restante. Recientemente en los últimos años se intenta ensayar tímidamente la descentralización, con la creación de gobiernos regionales.

Otro aspecto también fue que después de la segunda guerra mundial, el Perú se urbanizó rápidamente e inició un proceso de industrialización por substitución de importaciones, lo que acentuó progresivamente la concentración económica y financiera en Lima y el Callao, hasta el punto de llegar a constituirse actualmente en el gran centro económico y financiero del País. En los últimos años, aproximadamente, en el departamento de Lima, más la provincia constitucional del Callao, se produce hoy más del 45% del PBI; vive el 32% de la población; se aglomera el 33.4% de la PEA; se obtiene el 55% de la producción industrial y el 56% del comercio; se concentra el 55% del ingreso nacional, y el 83% de las colocaciones bancarias. Este es el resultado de la progresiva centralización económica en Lima que se fue combinando y fortaleciendo con el centralismo estatal. La centralización política basada en la centralización económica es una combinación poderosa y difícil de revertir. Un siglo después, el Perú de hoy es estatalmente, tan centralizado como a comienzos del siglo XX, pero económicamente mucho más concentrado en Lima. Por lo tanto, la sola descentralización estatal será insuficiente y muy vulnerable, si es que a la par no se crean las condiciones estructurales para desarrollar los mercados económicos y financieros para fomentar la inversión privada y articular las regiones de la Selva, con la Sierra y la Costa.

 

 

 

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