APUNTES DE TEORÍA Y POLÍTICA MONETARIA
Mario Alberto Gaviria Ríos
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CAPÍTULO III
LA MODERNA TEORÍA CUANTITATIVA DEL DINERO
No obstante su dificultad y brevedad, la teoría cuantitativa del dinero nueva exposición vino a ser la nueva definición clásica moderna de los términos, supuestos y pronósticos empíricos de la teoría cuantitativa
Eamonn Butler (1989)
Esta teoría, también conocida como El Monetarismo[35], tuvo su origen en la década de los cincuenta del siglo XX y se planteó como propósito fundamental el rescatar la tradición de la Teoría Cuantitativa Clásica, venida a menos con la llamada revolución Keynesiana de los años treinta y cuyo predominio teórico se extiende hasta la década de los sesenta.
De acuerdo con Milton Friedman, la revolución keynesiana de los años treinta había establecido una nueva ortodoxia según la cual los precios dependían más de los niveles de empleo y de la tasa de remuneración a los factores y que, mientras existiese desempleo en la economía, los aumentos en la cantidad de dinero -debido a su efecto expansivo sobre la demanda agregada - se traducirían en incrementos en la actividad económica y en los precios[36] (ver gráfico No 1).
En el planteamiento keynesiano, sólo después de alcanzar el pleno empleo los aumentos en la cantidad de dinero se traducirían en variaciones similares en los precios (Keynes, Teoría General, 263), concediendo en este caso validez a la Teoría Cuantitativa del Dinero.
De la reflexión keynesiana se desprende la posibilidad de un intercambio (trade - off) entre desempleo e inflación, pues a medida que se incrementa la actividad económica y el empleo los precios tienden a aumentar y viceversa. Esta idea tomó fuerza particularmente en la década de los sesenta cuando el profesor A. W. Phillips representó en forma gráfica el desempleo comparándolo con el ritmo de aumento de los salarios, que fueron considerados por él como un indicador aproximado de la inflación.
Según el gráfico 1, dada esa posibilidad de intercambio entre desempleo e inflación, los responsables de política económica podrían escoger entre enfrentar una baja inflación y un alto desempleo (punto ¬) o una mayor inflación pero un menor desempleo (punto ), para lo cual tendrían que utilizar una política económica expansiva como el aumento en la cantidad de dinero.
Gráfico 1: La teoría keynesiana de los precios y la Curva de Phillips.
A partir de ese planteamiento los hacedores de política de economías desarrolladas y subdesarrolladas estuvieron orientados a ejecutar políticas expansivas de demanda, buscando estimular el empleo y la actividad económica aunque ello les significará una mayor inflación.
Sin embargo, la estanflación (estancamiento económico combinado con inflación) observada en la década de los setenta (Bruno y Sachs, 1991, 13 - 16) se convirtió en el mayor contraste empírico de esa visión y, de manera consecuente, en un factor de desprestigio y perdida de credibilidad entre los académicos y los hacedores de política económica.
Friedman consideró que ese intercambio era una ilusión. Si bien reconoció que una dosis de inflación podía generar en el corto plazo un impulso al empleo y la actividad económica, al reducir el salario real que pagan los empresarios, sostuvo que ese intercambio no era sostenible pues, tan pronto como las personas llegaran a prever el alza en los precios, el salario monetario aumentaría en la misma proporción que éstos y la inflación perdería su capacidad para estimular la actividad económica y el empleo. En sus trabajos empíricos mostró que el nivel de inflación asociado con cualquier índice determinado de desempleo no parecía ser muy constante y variaba ampliamente entre países (Butler, 1989, capitulo 7).
Fue entonces el fracaso práctico de la teoría keynesiana en la década de los setenta lo que inclinó la balanza en favor del resurgimiento de la Teoría Cuantitativa, reformulada por Milton Friedman. En ella se renueva la idea de la inflación como un fenómeno netamente monetario y se reafirma la neutralidad del dinero.
[35] EL nombre de monetarismo hace referencia al énfasis de esta corriente teórica, liderada por Milton Friedman, en el estudio de los fenómenos monetarios y al papel de privilegio que le asigna a la política monetaria, en oposición a la importancia que Keynes le concedió a la fiscal.
[36] Si la oferta agregada en el mercado de bienes y servicios fuese perfectamente elástica, la actividad económica variaría en proporción al aumento en la cantidad de dinero y los precios permanecerían constantes. Pero esto no es real, pues los recursos sin ocupación no son homogéneos o intercambiables y no todas las remuneraciones de los factores que entran en el costo marginal cambian en la misma proporción (Keynes, teoría General, páginas 262 - 263).