APUNTES DE TEORÍA Y POLÍTICA MONETARIA
Mario Alberto Gaviria Ríos
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EFECTOS DE LOS DESEQUILIBRIOS EN EL MERCADO MONETARIO: sobre el interés, el PIB, el empleo y la inversión.
Keynes plantea que es posible corregir ese desequilibrio a través de política económica. Una de las opciones de política es precisamente la monetaria, a través de la cual se pueden crear condiciones de estímulo a la inversión[32], logrando que alcance el nivel suficiente para absorber el ahorro y, en consecuencia, eliminar el exceso de demanda agregada.
En esta sección del capítulo se quiere presentar el proceso a través de cual, según el enfoque keynesiano, la política monetaria puede afectar la tasa de interés y, en consecuencia, la inversión, el empleo y el nivel de producción de la economía. Con ello debe quedar claro que para la óptica teórica keynesiana la tasa de interés es una variable que se determina en el mercado monetario y no en el mercado de ahorro inversión, como lo señala la tradición clásica.
El mercado monetario está conformado por una oferta Mo - y una demanda de dinero Md. Sobre este último componente y sus determinantes ya se hicieron las anotaciones pertinentes en el caso Keynesiano.
En cuanto a la oferta monetaria, aunque no totalmente, el Banco Central posee un amplio control sobre la misma, razón por la cual es válido considerarla como una variable exógena, determinada por dicha entidad.
Al tener el Banco Central un poder discrecional sobre uno de los componentes del mercado monetario, concretamente sobre la oferta de dinero, es claro que puede influir en su evolución incrementando (o reduciendo) tal oferta.
Partiendo de una situación inicial de equilibrio en el mercado monetario, cuando el Banco Central decide incrementar la oferta de dinero se generará un desajuste en dicho mercado, dado que hasta el momento no existe ninguna razón para que las personas deseen variar en igual sentido sus demandas de dinero: no se han modificado ni el ingreso (Y) ni el interés (r).
Condición de equilibrio:
Mo = Md
Es decir,
Mo = [kY hr]P
Si aumenta Mo a Mo, entonces:
Mo > [kY hr]P
Dado el exceso de tenencias de dinero frente a lo deseado, es de esperarse un esfuerzo de las personas por desprenderse del mismo a través de la compra de títulos valores (alternativa de colocación de ahorro), con lo cual tienden a incrementarse los precios de estos y, por consiguiente, a disminuir la tasa de interés del mercado (ver nota de pie de página 27).
La disminución en la tasa de interés origina dos tendencias. De un lado, un aumento en la demanda de dinero (motivo especulación) y del otro un incremento en la inversión. Esa expansión de la inversión tiende a traducirse en un aumento del empleo, la producción y en el ingreso generado en la economía. Esto último refuerza la tendencia de incremento en la demanda de dinero, dado el efecto de un aumento en el producto sobre la demanda para transacciones.
El proceso anterior se mantiene hasta tanto no se logre un equilibrio en el mercado monetario, vía un incremento en la demanda de dinero impulsado por los comportamientos de la tasa de interés y el ingreso. El resultado último, después de resolver el equilibrio en el mercado monetario, se resume en: disminución de la tasa de interés, incrementos en el ingreso, la inversión y el empleo, y la demanda de dinero.
Esquema No 2: el efecto de la política monetaria sobre la inversión
La principal posibilidad de fracaso se encuentra en lo que Keynes llamó la trampa de la liquidez o, equivalentemente, la preferencia absoluta por la liquidez (Keynes, Teoría General, 185).
Al respecto, puede presentarse una situación en la que las tasas de interés actuales están anormalmente bajas. Ante ello las personas en general esperarán un incremento suficientemente rápido y significativo de las mismas, por lo que estarán poco dispuestas a poseer títulos valores y preferirán el dinero. En este punto la demanda agregada de dinero se hace perfectamente elástica a la tasa de interés (gráfico No 7).
Gráfico No 7: la demanda de dinero en condiciones de trampa de la liquidez.
Dado ese estado de cosas, una decisión del Banco Central de incrementar la oferta monetaria no induce a las personas a adquirir títulos, en la forma que se observó en la situación inmediatamente anterior. Ello dado que el riesgo de pérdida de la posesión de títulos es muy grande, si se tiene en cuenta el bajo nivel de las actuales tasas de interés y el incremento esperado. Las personas prefieren conservar todo ese nuevo dinero esperando una situación más conveniente. Entonces cualquier aumento en la oferta de dinero será absorbido por la demandad de dinero de las personas sin ningún descenso en la tasa de interés y el Banco Central habrá perdido el control efectivo sobre esa variable[33].
La otra posibilidad de fracaso considerada por Keynes tiene que ver con ciertas situaciones en las que la inversión se muestra insensible a la tasa de interés. Normalmente se espera que la inversión aumente a medida que disminuye la tasa de interés, pero esto no ocurrirá si de manera paralela cae la eficiencia marginal del capital. Esto en términos gráficos podría representarse con una línea vertical de la función de inversión (gráfico No 8)
Gráfico No 8: función de inversión insensible a la tasas de interés.
En períodos de alto desempleo tiende a deprimirse esa eficiencia marginal del capital, pues las condiciones de realización de la producción se debilitan y, por consiguiente, el flujo de ingresos esperado es menor. En este sentido, Keynes considera que en tales circunstancias la sensibilidad de la inversión a la tasa de interés es menor y la capacidad de la política monetaria para estimular la inversión tiende a ser nula: si nos vemos tentados de asegurar que el dinero es el tónico que incita la actividad del sistema económico, debemos recordar que el vino se puede caer entre la copa y la boca (Keynes, Teoría general, 156).
1. En Keynes, el libre juego de las fuerzas del mercado no asegura el pleno empleo. Dicha situación no es el estado natural de la economía, por lo cual la política económica se convierte en un instrumento esencial para orientar la economía hacia ese nivel de empleo.
2. De los desarrollos anteriores se desprende que, a diferencia de los planteamientos cuantitativistas, para Keynes el dinero no es NEUTRAL, puede afectar las variables reales de la economía a través de sus impactos en la tasa de interés.
3. La demanda total de dinero (Md) no es una proporción estable del nivel de ingreso, pues está relacionada de manera inversa con la tasa de interés del mercado[34]. De ello resulta que, siguiendo la ecuación cuantitativa, un incremento en la oferta de dinero puede resolverse en una mayor demanda de ese activo sin afectar los precios:
Ecuación de demanda Cuantitativa:
O de manera equivalente:
En equilibrio:
Si se incrementa la cantidad de dinero de Mo a Mo, entonces:
Ese incremento en la oferta de dinero tiende a reducir la tasa de interés y, con ello, la demanda especulativa de dinero se eleva. Es decir, sin que haya variado el ingreso (Y), la cantidad demandada de dinero es ahora mayor, lo que en la ecuación cuantitativa equivale a un incremento en la proporción k. De esta manera, una posible solución en el mercado monetario es una nueva situación de equilibrio vía un aumento en la proporción k:
4. Los desequilibrios en el mercado monetario afectan básicamente la actividad económica (el ingreso). En Keynes los precios dependen más de los niveles de empleo y de la tasa de remuneración a los factores productivos. A medida que la economía se acerca al nivel de pleno empleo, se van presentando cuellos de botella en la oferta de algunos de esos factores y los trabajadores ganan poder de negociación frente a los empresarios, con lo cual se van incrementando los costos de producción.
Entonces, mientras más cerca se esté del pleno empleo, las variaciones en la oferta monetaria orientadas a estimular la inversión y el empleo a través de la disminución de la tasa de interés, afectarán en mayor grado los precios vía incremento en los costos de producción.
Después de lograr el pleno empleo, variaciones en la oferta monetaria sólo se traducen en variaciones similares en los precios. Es decir, Keynes considera válido el planteamiento cuantitativista sólo en condiciones de pleno empleo.
[34]
Keynes afirma que si esto no fuese así las operaciones de mercado abierto
serían impracticables. Dada esa relación el Banco Central siempre tendrá la
posibilidad de comprar (vender) títulos valores al público, ampliando
(reduciendo) con ello la oferta de dinero y disminuyendo (elevando) la tasa
de interés, por lo que ese público seguirá teniendo motivos para vender
(comprar) sus títulos al Banco (Keynes, Teoría General, 177).