En Busca del Desarrollo de Ventajas Competitivas
Eduardo Amorós
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CASO ONG CIPAC
CIPAC es una ONG orientada a ser un agente canalizador de la ayuda de cooperantes nacionales e internacionales, hacia los sectores pobres y de extrema pobreza de la ciudad de Chiclayo y del departamento de Lambayeque. Cuenta con más de 100 personas distribuidas entre las distintas áreas de la organización, ya sea en posiciones línea y de apoyo como son: Evaluación de Proyectos, Proyectos de Salud, Proyectos de Educación y Comunicaciones, Administración y Finanzas, y la de Logística, que incluye almacenes y compras.
Todas las áreas de la organización descritas anteriormente dependen de una Dirección General que cuenta con dos áreas de Staff: Asuntos Legales y Formación Religiosa. La Dirección General fue encomendada, desde 1997, al señor Mamani, quien inicialmente debería auditar todo lo realizado y hecho por la ONG y posteriormente reorganizar la misma. Este se ganó la confianza del Directorio debido a su experiencia en algunas ONGs de regular importancia en la zona norte del país.
La extrema pobreza del país, sumada al incremento de la violencia ya sea por pandillaje o delincuentes comunes, hizo que la ayuda extranjera orientara sus presupuestos a nuestro país. Se necesita contar con profesionales capaces para administrar los nuevos proyectos en el. Norte del país.
A partir de la firma de convenios con cooperantes internacionales, se comenzaron a formar equipos de trabajo con profesionales peruanos y provenientes de Europa. El hecho que era una ONG con apoyo de la Iglesia Católica y con una clara influencia sobre la ayuda social. Su doctrina caló hondamente en casi todos sus integrantes y procesos de trabajo.
El objetivo de la organización era ayudar y servir a las personas que sufren de extrema pobreza. Pero al parecer la Dirección General y muchos de los profesionales se preocupaban más por quedar bien con el Directorio y cuidar sus puestos, que por realmente servir a los demás.
La Dirección General evaluaba y aprobaba proyectos con criterios empíricos y con técnicas pobres. De todas formas los proyectos tuvieron un éxito relativo, a pesar de los recortes presupuestarios, que se basaba más en la creatividad y el involucramiento de los beneficiarios
Dentro de la organización existía un ambiente desanimo entre el personal que trabajaba en los proyectos, y no provenía por las condiciones de trabajo precarias por las que transitaban, sino por el hecho que el Director General presentaba al Directorio, las ideas y logros obtenidos como si él los hubiera logrado. El personal mantenía su nivel de trabajo, debido a los consejos espirituales del sacerdote que trabajaba con ellos en cada uno de los proyectos, realizando labor de adoctrinamiento en los poblados donde se realizaba la intervención. Pero cada día que pasaba, era más difícil ocultar su incomodidad por los lujos de la Dirección General, que iban desde una unidad móvil de la ONG, que era utilizada para temas personales, y que servía para que su esposa vaya al supermercado hasta viáticos onerosos que utilizaba en restaurantes casi de lujo, mientras que los profesionales se movilizaban hasta en camión para llegar a los poblados más pobres de la región y con gastos miserables. Mamani logró mantenerse en la Dirección General evitando que los profesionales hablaran oficialmente con el Directorio. El momento difícil por el que pasaba afectaba a todos en la organización pero más a los niveles bajos como por ejemplo el almacén.
El Almacén contaba con tres áreas bien marcadas que incluía, almacén de alimentos, equipos y material de oficina. Tenía tres asistentes jóvenes que se encargaban de un área cada uno y el Jefe de Almacén, el Sr. Gonzáles contaba con más de 10 años en el puesto.
El Director de logística había renunciado dos meses atrás y mientras que conseguían su reemplazo asumió el puesto un familiar del Director General. Se logró contratar un nuevo Director de Logística. El que al ver la situación emprendió un plan estratégico a corto plazo para arreglar las cosas. En el camino se dio cuenta que habían faltantes en el almacén. Comunicó este hecho al Director General, el cual aprovecho para enviar un discurso a los trabajadores y al Directorio de valores, y no perdió tiempo para limpiar su imagen.
El Director de Logística comenzó la investigación y no encontraba pruebas por ningún lado. Lo único que le quedaba es reunirse con los trabajadores del almacén para ver si lograba hacerlos confesar. Se reunió con cada uno de ellos indistintamente y en diferentes lugares. Comenzó con los tres asistentes y después de una larga conversación con cada uno por separado, lo confesaron todo. Pero había que ver que tan involucrado estaba el Jefe, el Sr. Gonzáles. En esa entrevista, este Señor no soltaba ninguna información, pero poco a poco se le fue acorralando, hasta que confesó todo. Sus últimos comentarios fueron que lo sustraído no fueron montos significativos y que si el Director General lo hacía, sin importar que lo robado por el máximo funcionario de línea, era dinero que debía llegar a zonas de extrema pobreza y era utilizado en lujos innecesarios; el personal de almacén conjuntamente con él robaba por necesidad, pues a veces no tenían ni para comer ellos ni sus familias. ¿Qué hacer en esta situación? ¿El problema es más profundo de lo que parece? ¿Considera que existe responsabilidad de los funcionarios y del Directorio? Analice este caso.