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Haciendo negocios en Venezuela
Mejorando el clima económico
Hemos repetido hasta el cansancio, que para poder sacar a la gran cantidad de venezolanos de la pobreza debemos crecer, pero para esto es imprescindible que el sector privado se sienta motivado a invertir, que cuando evalúe sus alternativas, vea en nuestro país las posibilidades de hacer crecer su dinero, de una manera rentable y sin muchas complicaciones. Es indudable la afirmación, de que un buen clima para la inversión es vital para el desarrollo de un país. Un dinámico y fuerte sector privado, no sólo genera empleos y bienes y servicios de alta calidad, también paga impuestos que financian gasto público en salud, educación, seguridad, etc. El problema que enfrenta, no sólo nuestro país, sino toda América Latina es, ¿cuáles son las trabas más importantes que enfrentamos, para alejar esos nubarrones que siempre se ciernen sobre los sectores privados latinoamericanos? Una encuesta realizada a empresarios latinoamericanos arrojó resultados bastante interesantes sobre esas preocupaciones que entorpecen el crecimiento de la inversión en nuestros países.
La mayor preocupación, es la incertidumbre sobre las políticas públicas. La gran mayoría confesó sentirse bastante preocupado por las políticas económicas y sociales implementadas en sus países, ya que veía en la gran mayoría de ellas limitantes para el mejoramiento de sus negocios. La segunda es la corrupción, un porcentaje muy elevado de los entrevistados indicó que debe pagar "sobornos" para lograr resultados óptimos en sus requerimientos a entes públicos. La volatilidad de la economía representa la tercera preocupación, la cual es comprensible si analizamos el volátil comportamiento de nuestras economías, lo cual les dificulta el poder planificar escenarios a largo plazo.
Un enredado y costoso marco legal, el cual hace muy poco en contra del contrabando y la piratería, constituye la cuarta mayor limitante para estos empresarios. El temor a no comprender las leyes por ser muy complejas, engorrosos trámites para registrar empresas (el promedio de la región es de casi 80 días, mientras que el promedio mundial es de 50 días) y la casi nula actuación contra el contrabando y la piratería, las cuales destruyen empresas y por lo tanto empleos formales, son las explicaciones para esta limitante.
Y la última tiene que ver con la delincuencia, cuyo porcentaje de preocupación es de casi 4 veces a lo que representa este mismo renglón en países del este de Europa o de Asia Central. Los constantes robos, secuestros y homicidios hacen que los empresarios retiren sus negocios de ciertas ciudades, o tan sencillo como que se vean obligados a cerrar sus empresas por temor a acciones en contra de sus vidas o propiedades.
Estas limitaciones, las cuales parecen ser comunes en todos nuestros países deben llamarnos a la reflexión y revisar qué medidas estamos tomando al respecto. Esa vieja frase de que "el capital es miedoso", con condiciones tan adversas como las que ofrecen ciertos países de la región, pareciera tener mucho sentido en la actualidad. Nadie invierte su capital para tener, además de las preocupaciones intrínsecas del negocio, dolores de cabeza por apariciones constantes de nubarrones que entorpezcan su generación de beneficios.
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