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Haciendo negocios en Venezuela
Luis Oliveros
¿Otra gran Venezuela?
¡¡¡¡No por favor¡¡¡¡
En la década de los setenta, y producto del incremento de los precios del petróleo, los planes de los gobiernos de turno fue promocionar el surgimiento de una Gran Venezuela. La idea de que la cotización del crudo llegará a USD 100, o que por lo menos se mantuvieran los elevados niveles por muchos años, propició la generación de un Plan de Inversiones desaforado y sin ninguna planificación.
Los niveles de gasto público alcanzados en esos años continúan siendo record en nuestro país. Cuando los precios del petróleo empezaron a caer, nuestro país se encontró con un inmenso aparato burocrático con necesidades de dinero abismales, las cuales eran imposibles de mantener. Por esos años Venezuela empezó a adquirir deuda externa para tratar de paliar los desequilibrios fiscales, pero lo que se conoció como el Plan de la Gran Venezuela fue una pesadilla de la cual no nos hemos recuperado aún, a pesar de que se han tenido oportunidades posteriores para eso.
En la actualidad estamos viviendo una bonanza petrolera con precios rondando los USD 60/barril, los cuales a pesar de ser los mas altos en términos nominales de la historia, todavía le falta mucho para llegar a los niveles de comienzos de los setenta (se habla que el precio debería rondar los USD90/barril para alcanzar el poder de compra de esa época). Si bien es cierto que esta bonanza representa una oportunidad para corregir innumerables problemas que tiene nuestro país, también deberíamos recordar lo realizado en los años setenta (años de cuarta república) y no cometer los mismos errores.
Es importante tener presente que el mercado petrolero es sumamente volátil, la OPEP ya no tiene el mismo control sobre los precios de antes, y las empresas transnacionales, los principales países consumidores y los países productores No – OPEP compiten con la Organización por el control del mercado, y en los últimos años han estado ganando esta batalla.
A pesar de todo lo antes comentado, para este año 2006 la evolución del gasto público podría parecerse bastante a la del período 1973 – 1977, (años de CAP, emblema “satánizado” de la Cuarta República). Según varios análisis, el gasto primario (que no incluye el pago de intereses de la deuda), y que en el año 2002 apenas sobrepasaba el 21% del PIB, podría superar el 34% del PIB en el año 2006. De cumplirse estas cifras, el gasto público en Venezuela registraría un salto de 17% a 34% del PIB en los últimos seis años (se duplicaría). Por otro lado las importaciones del año pasado se situaron en 25.174 millones de dólares, un monto que representa un aumento cercano al 75% con respecto al registrado en el año 1999. Esta cifra habla que hemos estado comprándole mas a extranjeros, pudiendo adquirir esos bienes a empresas nacionales, en el marco del desarrollo endógeno que está en boga en nuestro país actualmente.
Es obvio que todo este incremento en el gasto público ha sido financiado por los ingresos petroleros, pero también y al igual que la década de los setenta por la acumulación de deuda pública interna y externa, lo cual compromete la gestión fiscal para el futuro por tener que destinar recursos para el pago de intereses.
Estamos a tiempo de no caer nuevamente en los errores del pasado.
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