GLOBALIZACIÓN CULTURAL INTERACCIONES SOCIO-ECONÓMICAS Y POLÍTICAS RETOS PARA EL DESARROLLO SOCIAL
Mario González Arencibia
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Los desafíos culturales de la globalización - Comentario final
Como comentario final se pueden hacer algunas precisiones a considerar sobre la cultura en el marco de la globalización neoliberal, que son relevantes en la comprensión de este fenómeno entre ellas tenemos que:
La globalización neoliberal amenaza las culturas de aquellas naciones más vulnerables y en ausencia de políticas orientadas a fortalecer las tradiciones locales, podría conducir al dominio de la cultura hegemonizante en el ámbito mundial.
No debe olvidarse que la ideología predominante del proceso globalización neoliberal esta basada en el culto al mercado, y en esas condiciones, la cultura entra a formar parte de un sistema de bienes y servicios que pueden ser comprados y vendidos.
En este contexto, se acentúa la individualización del consumo del producto cultural y cada vez se exige mayor solvencia de los consumidores. También se registra una mayor concentración de la propiedad de los medios de difusión masiva a escala mundial, por la vía de las alianzas, fusiones y adquisiciones.
El proceso de comercialización cultural tiende a la uniformidad y a la estandarización en la búsqueda de menores costos; lo que entra en franca contradicción con la diversidad prometida por la economía de mercado y amenaza la identidad local de los países receptores.
Además, se tiende a sobredimensionar la privatización y a subestimar el interés público; con una tendencia creciente a la desregulación en el sector de los medios, el declive de la creatividad nacional en esta esfera y la imitación, muchas veces desmedida de los patrones extranjeros.
Asimismo, tienden a relegarse los temas culturales, educativos e históricos, al tiempo que se consolida la hegemonía de los programas de entretenimiento y prolifera la violencia y la pornografía, con implicaciones negativas, sobre todo para la población infantil y juvenil.
También se refuerza la brecha entre los ricos y los pobres en términos de información y acceso a la cultura. Recuérdese, por ejemplo, que la tercera parte de la humanidad no tiene acceso a servicios de electricidad.
África, con el 12% de la población mundial, sigue siendo la región más pobre en infraestructura cultural, con sólo una línea telefónica por cada 100 habitantes, es decir menos teléfonos que Manhatan o Tokio; un 80% de la población sin acceso a la TV; y una muy escasa presencia en el mundo de Internet, lo que aleja a este sufrido continente de las ventajas y oportunidades de las llamadas “autopistas de la información”.
Estos comentarios podrían estar sirviendo de guía para reflexionar primero sobre la comprensión del fenómeno, y segundo para interiorizar la importancia de avanzar en el desarrollo de contrapropuestas al actual enfoque neoliberal.