MARKETING SOCIAL CORPORATIVO
Una nueva estrategia de desarrollo comercial en España
Marisol Alonso Vázquez
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2.7 LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y LA ÉTICA EN EL MARKETING
El marketing no goza de buena fama en la sociedad. Quizá es porque sus
actividades son más viables, pero más probablemente es porque las personas que
lo llevan a cabo no se comportan siempre éticamente.
Pero el marketing como disciplina científica no pretende manipular ni perjudicar
al consumidor, sino, todo lo contrario. El principal razonamiento de la
dimensión social del marketing lo tenemos en el hecho de que las empresas
existen con un propósito: servir a la sociedad, debiendo tener contenido ético y
social sus prácticas de marketing-mix. Samil establece en 1992 el modelo por el
cual el marketing puede ser socialmente responsable ilustrado en el siguiente
cuadro número 3.
Existen otras razones, el profesor García (1996) por ejemplo, destaca que el
“consumerismo” existe porque el consumidor piensa que el balance entre el poder
de las empresas y el ejercicio de su responsabilidad social está muy
desequilibrado, y esté desemboca con demasiada frecuencia en perjuicio del
consumidor. Por tanto, parece evidente que el marketing debe asumir, de forma “proactiva”,
sus deberes éticos y socialmente responsables, debido principalmente al gran
poder social que tienen las empresas.
De esta forma únicamente podrá ser aceptado el buen marketing como aquél que
entiende la asociación poder-responsabilidad, en otras palabras, el marketing
socialmente responsable. Sin embargo, hay que recordar que no son todas las
empresas las que piensan en la concepción social del marketing, ya que no
produce beneficios, o al menos de forma inmediata.
Por tanto, el gran reto del marketing de nuestros tiempos es conseguir que las
empresas sean generadoras de beneficios económicos a largo plazo, a la vez que
son socialmente responsables y beneficiosas para la sociedad.
Para la exposición de las razones que justifican el estudio de la ética en el
marketing, nos vamos a apoyar en algunas de las consideraciones realizadas por
otros autores. El profesor Morales (1996) analiza la necesidad de considerar la
ética en el ámbito del marketing, por las siguientes causas:
1. El protagonismo y la emergencia de los derechos de los consumidores que se
traduce en un papel cada vez más activo en la sociedad y en los mercados.
2. La labor de control que se ejerce “a tiempo real” en la opinión pública y que
pone en manifiesto las irregularidades de los productos y servicios de las
empresas que abusan las irregularidades de los productos y servicios de las
empresas que abusan y estafan a sus clientes.
3. El papel de los poderes públicos que generalmente se posicionan a favor del
consumidor y que vienen desarrollando toda una serie de mecanismos
institucionales y una regulación de sus derechos de protección en diversos
ámbitos, con normas cada vez más exigentes.
4. La constitución, formación y consolidación de instituciones representativas
de los intereses de los consumidores.
5. La proliferación de los “ombusdam” como mecanismos que las propias
organizaciones establecen para la protección de sus clientes y como garantías de
sus servicios.
6. A estos motivos habría que añadir algunos otros como los anunciados por
Fernández
7. La relación psicológica ante la proliferación de “escándalos” derivados de
procederes poco éticos en los que a menudo se han visto envueltas las empresas.
8. El componente de imagen corporativa que se puede conseguir invocando razones
y argumentos de índole moral.
9. La necesidad de disminuir costes, especialmente costes de coordinación en las
empresas.
De forma general, “las prácticas poco éticas suponen una pérdida de
concentración en las áreas claves de la actividad que, a medio plazo,
perjudicarían la marcha del negocio” . A partir de este momento, se puede hablar
ya de la ética con aplicación estratégica, en la medida en la que puede ser
entendida como “fuente de ventaja competitiva” para las empresas.