URUGUAY
UN DESTINO INCIERTO
Jorge Otero Menéndez
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Cuarenta Años Hacia la Nada
Entre algunos líderes de esos mismos países se ven quienes denuncian esa situación. Lo hizo hace décadas, señalando además nuestra necesidad de diversificación productiva, por ejemplo, Roberto F. Kennedy: “hay que eliminar las barreras que enfrentan las exportaciones latinoamericanas de productos básicos en los mercados mundiales. Estoy a favor de acuerdos internacionales que mantengan precios estables para estas exportaciones. Pero creo también que América Latina no puede obtener suficientes ingresos de sus exportaciones agrícolas y minerales para adquirir los bienes de capital que necesita para su desarrollo. América Latina debe diversificar y ampliar grandemente sus productos de exportación. La creciente tendencia a la formación de un verdadero mercado común latinoamericano es muy alentadora”[i].
Lo cierto es que integrados o no, con economías grandes o pequeñas, los países industrializados sí han desarrollado una intensa política de recursos humanos[ii].
Esta incluye desde una extendida educación básica hasta la posibilidad del mejoramiento educativo profesional del trabajador a partir de su propia práctica laboral, como lo establece la ley Delors en Francia.
Esa orientación se instrumenta y se incluye en diversos Fondos que buscan asegurar un desarrollo armónico en todos los órdenes de la vida del país y del individuo. Existen al respecto: el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Fondo Social Europeo, el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola y el Fondo de Cohesión que se estableció en la cumbre de Edimburgo y que asiste a los países que no alcanzan el 90% de renta media comunitaria y que se destina a obras de infraestructura y medio ambiente. Y del que tanto se ha beneficiado la cola de la Unión Europea: España, Portugal, Grecia e Irlanda.
Todo lo cual permite aquilatar debidamente aquella observación que el Mercosur logró en pocos años lo mismo que a Europa le llevó décadas alcanzar. ¡Increíble!
Nada de ello ocurre en la región. Alguien podría pensar que el Tratado de Asunción no hace referencia a las cuestiones sociales, desde que un fuerte hincapié de las políticas nacionales en el aspecto educativo pone a salvo a cualquiera que pudiera quedar expuesto a su mala y personal ventura y a la trama de intereses corporativos cupulares.
Todos sabemos que no es así. Por el contrario, es cada vez mas alta la deserción escolar y salvo honrosas excepciones, ningún gobierno se ocupa sistemáticamente, salvo el uruguayo, de la cuestión educativa básica como problema estructural que requiere una inmediato solución.
Lo social, lo educativo, lo político, lo organizativo, todo ha quedado sumido a la apuesta comercial apoyada en la inestabilidad crónica de nuestros vecinos...
Finalmente, lo de conformar la subregión como "táctica" para integrarnos luego en la zona y posteriormente en el mundo es una frase carente de contenido desde que la variable tiempo de los factores políticos y sociales no se ve involucrada en ese camino, que no tiene, como pudiera pensarse por las declaraciones efectuadas, una correcta señalización, ni puede tenerla.
Sin embargo, entre un absurdo aislacionismo y un estar a la deriva de las fuerzas internacionales del mercado, el Mercosur podría haber sido considerada un ancla, una posada en el largo camino a recorrer. Pero nuevamente la inestabilidad estructural de nuestros vecinos decididores hacen que ello sea una mera aspiración y un franco fracaso.
Pan para hoy, hambre para mañana, expresa el dicho popular para definir situaciones análogas. Pero ese hoy es ya un ayer y el mañana, un ahora.
Por eso creemos razonable postular una fuerte apuesta a lo científico – dada nuestra base educativa – y una revisión de nuestro relacionamiento subregional que permita marchar hacia un sistema de complementaciones intrarregional, con acuerdos que pueden ser interramas industriales y agropecuarias mientras se toman en cuenta las particularidades actuales del área en lo que hace a su estructura económica, política y social para "igualar hacia arriba" y lograr la ansiada estabilidad. Lo que es imposible de concretar sin una armonización de políticas económicas y financieras. Esto es, creando una.
[i] Jorge Otero. Entrevista a Robert F. Kennedy,. El Día. Diciembre de 1966.
[ii] José Manuel Rodríguez. Las relaciones laborales ante el MERCOSUR y la apertura, en Pequeños países en la integración – oportunidades y riesgos. Ediciones Trilce. 1992. Montevideo.