URUGUAY UN DESTINO INCIERTO
Jorge Otero Menéndez
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La Estable Inestabilidad
Heredero de los problemas vividos por la lucha de Puertos desarrollada entre Montevideo y Buenos Aires y acentuada luego por la crónica inestabilidad del vecino país, el intercambio de bienes (le vendíamos piedras y arena y comprábamos algunos – siempre escasos - bienes manufacturados) y la intensificación de los lazos políticos, se puede afirmar que se inician, efectivamente, en julio de 1968. Esto no quiere decir que fuera un gran vacío la denominada fraternidad rioplatense. Pero salvo algunos hechos puntuales sin mayor trascendencia y otros aislados de análoga relevancia (como puede ser el caso del Convenio Binacional suscrito para el estudio de la posibilidad de construir la represa de Salto Grande, constituyéndose la Comisión Técnica, en 1946) poco es lo que existía.
Bueno es no olvidar que, ya durante el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas (1835-1852) se castigaba a las mercaderías extranjeras procedentes del puerto de Montevideo. Es decir, que para llegar a Buenos Aires los productos importados que hicieran cabotaje en Montevideo deberían pagar un impuesto del 25% de su valor. El decreto, de fecha 4 de marzo de 1836, dio lugar a que nuestro Poder Legislativo aprobase un proyecto de ley con idéntica medida como represalia, contra Buenos Aires. Pero no tuvo efecto. Lo sancionado por el Parlamento nacional fue vetado por el presidente uruguayo Manuel Oribe, alegando éste que la resolución del gobierno porteño estaba destinada a ir solamente contra el puerto y el comercio de Montevideo.
Con Brasil fue diferente. Se puede decir que era nuestro principal mercado regional, mientras lo sustancial de nuestro comercio era realizado con países centrales, fundamentalmente con naciones europeas. Nosotros le vendíamos a Brasil materias primas y productos agropecuarios (como tasajo para alimento de sus esclavos) y él colocaba en Uruguay café, banana y yerba-mate[i].
Comercio bilateral el de Uruguay-Brasil que reconocía las dos facetas originadas en la época colonial: la formal y el contrabando. En aquella época ambas estuvieron ligadas.
De cualquier manera, en la época contemporánea, el intercambio comercial es menor, comparado, en términos relativos, con el que manteníamos con el resto del mundo.
[i] Este último era el rubro el más importante desde el punto de vista político dado lo arraigado en nuestro país, de la tradición misionera, extendida originalmente por nuestro territorio, como se sabe, debido a la presencia de indios tapes. La habilidad comercial de los jesuitas hizo que alcanzara a las poblaciones de parte de Chile y Perú, desde donde descendió a Buenos Aires con el nombre quechua de mate - la infusión, entonces, era denominada como té de los jesuitas -, referido originalmente al recipiente pre-cerámico de la infusión, al que se distinguía también por el término porongo, del mismo origen lingüístico.