LO QUE LOS POBRES QUIEREN SABER
José Manuel Fernández Núñez
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Consecuencias Nacionales, Regionales e Internacionales
Los inversionistas, las naciones de la región y de otras partes del mundo, y hasta el público en general se verían tentados a comprar nuestra moneda petrolera, de forma que equivaliendo a una fracción de un barril de petróleo, pueden disfrutar de la estabilidad alcista del petróleo, tanto a mediano como a largo plazo.
En el ámbito nacional, habría una excelente cotización y substitución “por vocación” popular de la moneda nacional típica por otra moneda nacional más estable.
Estimularía al publico a hacer circular todos los dólares del país y de otros países hacia la reserva de nuestro Banco Central, que luego los usa en forma porcentual para el proceso.
Daría una estabilidad sin precedentes a la economía nacional y al Banco Central.
Aumentaría significativamente la inversión extranjera en el país, y la moneda nacional que si es sensible a la inflación dejaría de serlo.
Aun así puede ser ventajoso recoger esta moneda de tendencia inflacionaria y substituirla poco a poco por la nueva moneda petrolera y terminar poco a poco con la coexistencia de las dos monedas.