LO QUE LOS POBRES QUIEREN SABER
José Manuel Fernández Núñez
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Derechos del Feto y del Niño
Las persona son económicamente independiente desde su misma fecundación. Por ejemplo, desde el mismo momento que una madre queda embarazada, el feto que lleva dentro es registrado y tiene una cuenta personal y solo él es responsable potencialmente de todo lo que se gasta en su favor durante toda su vida. Al morir (a la edad que sea) se maneja su cuenta igual que la de cualquier difunto.
Los padres no se endeudan por sus hijos, y tener familia se convierte en posible y sostenible para todos.
Así mismo al momento de una persona adquirir el estatus de adulto, empieza a cubrir formalmente un plan de pagos basado en la estrategia ocupacional. De esta forma se desarrolla un sentido de responsabilidad en cada ciudadano, que mientras se beneficia del sistema EMP percibe una idea mensurable de lo que le cuesta a la sociedad y de que debe ocuparse con seriedad a la hora de cubrir y superar sus cuentas.
Aun así, desde su niñez participa en un plan de incentivos calculado sobre la base de obras de bien, tiempo de estudios, actividad espiritual y deportes, etc., esto es netamente ocupaciones viables para la niñez.
Los Derechos Humanos son base principal de la justificación de todo trabajo, y por sí solos son respaldo de la EMP. Aun así el trabajo por sí solo es también base de la emisión monetaria.
Siendo que TODOS los seres humanos son portadores de los Derechos Humanos, TODOS tienen crédito automático e ilimitado en materia de Derechos Humanos.
En una sociedad con este fundamento, se puede ser pobre, porque no se sufre siéndolo. En sí mismo este punto es mas de la mitad de la guerra ganada contra la delincuencia.
Por otro lado en una sociedad con estos fundamentos, solo desea ser rico quien sanamente lo logra o lo desea, o lo gestiona por ejercicio de la libre empresa auténtica que tiene incluida el modelo. En sí mismo este otro punto es un 30 por ciento ganado más de la guerra contra la delincuencia, que hace innecesario ser rico para poder soportar la vida como hoy la conocemos.
Todos los beneficios se anotan en la cuenta personal nacional de cada persona, y cuando una persona muere toda su deuda va a cuentas incobrables del estado. Estas se convierten en impuestos que se prorratean en la medida de las riquezas y los ingresos de los que estamos vivos.