David Anisi
anisi@usal.es
En estos días donde tanto proliferan malos cuentistas, nos cabe la afortunada posibilidad de volver a los buenos clásicos, e inspirarnos en ellos para relatar de forma peculiar los sucesos de nuestro mundo. He tratado de subirme a los hombros de esos gigantes para, utilizando su ritmo, su urdimbre, o su sentido, reflexionar sobre algunos asuntos cotidianos.
Si tú, lector, disfrutas con estos cuentos al menos lo mismo que yo cuando los hice, el bienestar de nuestro mundo se habrá incrementado siquiera una chispa. Pero algo te ruego antes de leer cada uno de ellos: recuerda el original que te fue contado hace quizá muchos años, o que leiste cuando cada palabra brillaba en tu imaginación de niño. Será nuestro homenaje a todos aquellos que ya siendo polvo en el viento, figurando con sus nombres en estas páginas, vagando con sus nombres fuera de ellas, anónimos muchos, y desconocidos para nuestra cultura la inmensa mayoría, lograron para nosotros algo tan imposible como imaginar el pasado.