Reino vegetal
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

MANUAL PRÁCTICO DE LA PRODUCCIÓN DE LA RIQUEZA

Álvaro de la Helguera y García

 

 

 

 

 

 

Capítulo V: Reino vegetal

De los tres reinos, mineral, animal y vegetal, en ninguno como en este último se notan tanto los efectos de la diversidad de climas de la península; pues es indudable que esta clase de producción es la que más directamente está sujeta a la influencia de los agentes atmosféricos.

Por eso observamos que, mientras hay regiones como la de Levante, fertilísimas y que ofrecen multitud de productos distintos, en cantidades verdaderamente grandes, las hay también casi estériles, como sucede en alguna parte de la Mancha y Extremadura, que únicamente nos proporcionan, y aun esto en cantidad muy reducida, determinada clase de productos.

No obstante, podemos, en general, calificar de abundante la cantidad de producción vegetal, buena su calidad, sobre todo en algunos productos tales como cereales, frutas, vinos y otros que pueden competir con los mejores.

En cuanto a la variedad de productos que nos suministra nuestro suelo, es tal que se encuentran en las diferentes regiones desde los propios de les países más fríos del Norte hasta los que prosperan en América y Oceanía.

Para la debida clasificación de las especies principales que se encuentran en nuestro suelo, hemos de agruparlo por regiones; pues así como refiriéndonos al clima, hemos hecho notar tres zonas diferentes, del mismo modo al referirnos a la producción vegetal, subordinada a aquél tan íntimamente, es preciso establecer la misma diferencia por la varia producción de cada una de ellas, en virtud de la analogía y dependencia de la una con relación al otro.

En la región del Centro encontramos gran cantidad de arbustos y pinares muy extensos; así como también abundan los nogales, abedules, fresnos, sauces, acebos, enebros, robles, encinas y castaños, escaseando los pastos en las comarcas bajas y abundando algo más en las elevadas.

Los principales cultivos son los cereales, la vid y el olivo, y también se cogen bastantes verduras, hortalizas y legumbres, alguna cantidad de frutas y grandes cosechas de patatas.

En la región del Norte se encuentran excelentes pastos y grandes bosques de pinos, hayas, castaños, nogales y abetos.

Se cultivan poco los cereales, obteniéndose muy pequeña cantidad de trigo; pero en cambio se cose-cha maíz en grandes proporciones.

En cuanto a frutas, se encuentran algunas higueras, naranjos, y limoneros, estos últimos en los lugares más templados y gran cantidad de peras, manzanas, albérchigos, albaricoques, pavías, etc.

También en algunos sitios, como en la provincia de Santander, se cultiva la vid, aunque en muy pocas proporciones.

Es, en general, su producción muy parecida a la de las Islas Británicas, con quienes tiene mucha semejanza de clima.

Y, por último, en la región de Levante y Sur de España, la más fértil y la que mayor variedad de frutos nos suministra, además de su flora hermosa y abundante, encontramos cuantos productos vegetales puedan sernos útiles y agradables.

El cultivo de los olivos está muy extendido, viéndose extensísimos olivares, que proporcionan gran cantidad de aceite de calidad inmejorable.

Hay también grandes bosques de pinos, hayas, robles, encinas y alcornoques y constituyen una gran riqueza los naranjos, limoneros, granados, almendros y palmeras.

También los cereales proporcionan grandes rendimientos, obteniéndose gran cantidad de trigo, cebada, centeno, maíz, etc.

El arroz, en algunas provincias, constituye una gran fuente de riqueza y el cultivo de la vid, también está muy desarrollado; así como el de las verduras, hortalizas, frutas y legumbres.

En las provincias andaluzas del Sur y en la costa del Mediterráneo, se producen también caña de azúcar, batatas, chirimoyas y otros frutos americanos, algodón, lino, chumberas y otros.

En esta región se encuentra también bastante cantidad de terreno sin dedicar a ninguna clase de cultivo, como sucede en Sierra Nevada y otros puntos.

En cuanto a la riqueza forestal de España, se nota que disminuye considerablemente; pues se hacen talas muy frecuentes, sin ocuparse gran cosa de la repoblación, lo cual puede dar lugar, en plazo no muy lejano, a la pérdida de una de las riquezas más importantes de la nación, si por quien correspondo no se pone remedio aun mal de tan fácil origen, como difícil de remediar.

Actualmente aún se encuentran grandes bosques de pinos, hayas, encinas, robledales, enebros, salinas, alcornoques, abetos, fresnos, sauces, jarabes, olmos, etcétera, siendo los grandes centros de la riqueza forestal las provincias de Asturias, León, Toledo, Soria, Segovia, Cuenca, Granada y otras.

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