MANUAL PRÁCTICO DE LA PRODUCCIÓN DE LA RIQUEZA
Álvaro de la Helguera y García
Capítulo XII: El trabajo
Los economistas han dado a la palabra trabajo dos significaciones diferentes las cuales implican una latitud mayor o menor en el concepto productivo.
Para los unos, trabajo significa operación; para los otros, trabajo quiere decir actividad humana. Los primeros entienden que, en la obra productora es trabajo los esfuerzos de los hombres, los actos de los animales y los movimientos de las máquinas. Los segundos entienden que, sólo es trabajo el es-fuerzo del hombre.
De esto se infiere, que los primeros dan una amplitud mayor al significado de la palabra, pero dicha teoría, además de ser errónea, es altamente depresiva para nuestra dignidad personal, pues al admitir semejante sinonimia, se confunde lastimosamente la acción humana con el esfuerzo útil de una bestia de carga y con el movimiento productivo de un arte-facto moderno de vapor o de electricidad.
La segunda de estas teorías, además de ser razonable está perfectamente ajustada a los preceptos de la ciencia económica; pues el hombre es en todo caso el que ejecuta el verdadero trabajo, toda vez que ni los animales ni las máquinas harían jamás por sí mismos ninguna operación productiva, sino que necesitan el esfuerzo de aquél para ponerlas en conveniente acción y emplearlas como meros auxiliares.
Decir que es trabajo el de los animales y el de las máquinas, equivale a sostener que también lo es el de las herramientas y el de los instrumentos, puesto que todos ellos realizan operaciones productoras bajo la mano y la inteligencia del hombre; pero esto sería un absurdo en buenos principios económicos, porque el fenómeno trabajo exige inteligencia, aptitud y libertad, las cuales sólo pueden residir en las personas y no en las cosas y seres irracionales, que se mueven y se paran por la voluntan del hombre en las operaciones productoras.
En resumen podremos decir que, trabajo Productivo sólo puede traducirse por actividad humana por sí mismos ninguna operación productiva, sino que necesitan el esfuerzo de aquél para ponerlas en conveniente acción y emplearlas como meros auxiliares.
Decir que es trabajo el de los animales y el de las máquinas, equivale a sostener que también lo es el de las herramientas y el de los instrumentos, puesto que todos ellos realizan operaciones productoras bajo la mano y la inteligencia del hombre; pero esto sería un absurdo en buenos principios económicos, porque el fenómeno trabajo exige inteligencia, aptitud y libertad, las cuales sólo pueden residir en las personas y no en las cosas y seres irracionales, que se mueven y se paran por la voluntan del hombre en las operaciones productoras. En resumen podremos decir que, trabajo Productivo sólo puede traducirse por actividad humana.