MANUAL PRÁCTICO DE LA PRODUCCIÓN DE LA RIQUEZA
Álvaro de la Helguera y García
Capítulo IV De qué modo sus posesiones contribuyen a la producción
La posesión del instrumento tierra, del instrumento trabajo y del instrumento capital, contribuyen a la producción de la riqueza cuando se encuentran reunidos.
El primero se divide en ponderable e imponderable, según que se trate de materiales o fuerzas.
El segundo se divide en material e intelectual, según que se refiera a las obras de mano o de la inteligencia.
El tercero se divide en circulante y fijo, según que se contraiga a los bienes muebles o inmuebles.
La naturaleza suministra los materiales, como la tierra, el agua, el fuego o la luz; y entrega las
fuerzas, como la gravitación, la elasticidad, la atracción o la electricidad.
El capital proporciona las cosas, como los edificios, las máquinas, los instrumentos o los ganados; y facilita los estudios, como los matemáticos, los químicos, los agronómicos o los industriales.
El hombre toma los materiales, combina las fuerzas, utiliza las cosas y aplica los estudios, consiguiendo por. el trabajo realizar la producción.
De ahí, que por medio de un salto de agua nos apoderamos de la gravitación, por medio de un muelle de acero, de la elasticidad, por medio de la tierra, de la atracción, y por medio de la pila, de la electricidad; de ahí, también, que calentando el agua generemos el vapor, para poner en movimiento la locomotora de un ferrocarril y transportemos las mercancías de un punto a otro con velocidad vertiginosa; de ahí que extendiendo las velas sobre las aspas de un molino, recojamos el viento para hacer girar los juegos de muelas y convirtamos los trigos en harinas; de ahí, en fin, que la actividad humana o sea el trabajo, con el concurso de la marinería, o sea la tierra, y con el auxilio de la herramienta, o sea el capital, contribuyan de consuno al acto de la producción.
Las materias y las potencias de la naturaleza, las cosas y los estudios del capital, los esfuerzos y los conocimientos del hombre, serían improductivos si no estuvieran asociados.
Por el contrario, cuando el capital y el trabajo se aplican a la tierra en gran escala, dan lugar :a vastas empresas, se desarrollan por entero y producen con ventaja. Resulta, pues, que la producción de la riqueza es un concurso de instrumentos aunados, para realizar un fin preconcebido.
Para demostrarlo, tomemos como ejemplo un ramo de la industria extractiva, cual es el de la pesca del bacalao, y veremos que es necesario.
1.° Bancos o pesquerías marítimas donde se cría el abadejo, épocas o estaciones del año en que se opera el desove, calores o climas que determinen la desecación del pescado, vientos o fuerzas que empujen las naves a las regiones productoras, etc.; esto es naturaleza.
2.° Buques armados y equipados expresamente para la expedición, anzuelos y sedales propios para la clase de pesca, provisiones y pertrechos para la marinería, sal y almacenes para la conservación del pescado, etc.; esto es capital.
3.° Pilotos provistos de capacidad para dirigir la navegación del buque, marineros poseedores de vigor para ejecutar las maniobras de a bordo, pescadores dotados de habilidad para coger el bacalao, fomentadores adornados de aptitud para preparar el pescado, comerciantes facultados de in-genio para librarlo al consumo de todos los merca-dos, etc.; esto es trabajo.
De lo expuesto se deduce, que las tres causas productoras son, la naturaleza, el capital y el trabajo; que el concurso de todas ellas es necesario para obtener la riqueza; y que su acción productiva está respectivamente representada por la materia, el me-dio y la facultad.