MANUAL PRÁCTICO DE LA HISTORIA DEL COMERCIO
Álvaro de la Helguera y García
8. ESPAÑA
Siendo Barcelona el puerto más importante y la plaza más comercial del
territorio español, al ocuparnos del tráfico de esta ciudad también lo hemos
hecho implícitamente del de España, puesto que la regeneración histórica de
aquélla está ligada a la de ésta; no obstante, agregaremos que si bien por los
excesos de las hordas de la barbarie fue de tal modo detenido el comercio que
por espacio de trescientos años permaneció en una gran postración, o dando a lo
sumo ligeras señales de raquítica existencia, con la dominación de los árabes
ocurrida en el 711 comenzó a iniciarse el renacimiento de su prosperidad, por
cuyo camino continuó marchando de una manera progresiva hasta llegar en la
monarquía de los Reyes Católicos, o sea en el siglo XV, a su desenvolvimiento
con la formación de la unidad nacional y del descubrimiento de América.
Sin embargo de lo que antes dejamos expuesto, España no llegó a prosperar tanto
como los demás pueblos, porque las incesantes luchas de los cristianos con los
árabes y de unos reinos con otros no permitieron que la industria y el comercio
se
desarrollasen como era debido si la mayor parte de sus hombres se hubieran
dedicado a las artes de la paz en vez de a las luchas de la guerra, restando
así muchos brazos al trabajo productor. Mas a pesar de eso, se realizaron
bastantes adelantos y se practicaron muchas transacciones, como lo atestiguan
la construcción de acueductos, canales y acequias para el riego; la restauración
de los puertos de Tarragona, Sevilla y Cádiz; la introducción de los cultivos de
arroz, de algodón y de caña de azúcar; la fabricación de alfombras en Granada,
de sederías en Sevilla, de paños en Segovia, de cueros en Córdoba, de armas en
Toledo, de metales en Huelva, de papeles en Játiba; y, en fin, la traficación
que sostuvieron los vascongados por Bilbao, los castellanos por Sevilla, los
aragoneses por Tarragona y los árabes por Málaga.