MANUAL PRÁCTICO DE LA HISTORIA DEL COMERCIO
Álvaro de la Helguera y García
4. FLORENCIA
Establecida también sobre el Arno, aunque lejos de la costa, no se encontraba en las mejores condiciones para el desenvolvimiento del comercio, y por eso los florentinos comenzaron por dedicarse a la industria manufacturera, distinguiéndose en la fabricación de paños de lana, tejidos de seda y telas de terciopelo, así como en los bordados de oro, de plata y de tapices, para lo cual recibían las primeras materias de diferentes países, pues España les suministraba las lanas finas, Inglaterra la proveía de lanas ordinarias, Grecia y Sicilia le facilitaban las sedas, y, en fin, Francia, Holanda y Alemania le enviaban paños toscos, que sometían a un complemento, de mano de obra para mejorar su calidad, llegando por la excelencia de su industria fabril a ser la República florentina el imperio del lujo y del buen gusto.
Ayudada por Pisa entabló numerosas relaciones comerciales, y con la adquisición del importante puerto de Liorna realizó varios progresos en el comercio y en la navegación, favoreciendo la comunicación entre el Oriente y Occidente con los privilegios que se le concedieron en el Egipto, formando dos poderosas escuadras que surcaban las aguas de los mares más frecuentados en aquella época, y desarrollando tan notablemente la institución del crédito, que su Banco de Comercio tuvo ochenta factorías en Italia y numerosas sucursales en diferentes países.