MANUAL PRÁCTICO DE LA CIRCULACIÓN DE LA
RIQUEZA
Álvaro de la Helguera y García
CAPÍTULO XIV: DISTINCIONES ENTRE LA MONEDA DE PAPEL Y PAPEL MONEDA
Las palabras moneda de papel y papel moneda, han introducido gran confusión en esta parte de la Economía Política, pues mientras unos autores han considerado moneda de papel lo que es papel moneda, y papel moneda lo que es moneda de papel, otros han entendido que ambos conceptos eran sinónimos y no establecieron sobre ellos las debidas diferencias.
Esta confusión tiene su origen en la diversa aplicación que se ha hecho de las palabras inglesas paper money, pues mientras unos las han traducido literalmente por papel moneda, otros las han vertido libremente por moneda de papel.
En el idioma inglés se antepone el nombre de la materia de que se forma una cosa a la cosa formada ; y así de money, dinero y paper, papel, se construye la palabra papen-money, que significa moneda de papel y no papel moneda.
En el concepto rigorista de la ciencia económica, no es lo mismo moneda de papel que papel moneda, pues cada una de esas frases tiene significación distinta, la cual puntualizaremos con cuidado para evitar el error y salvar la confusión que ha establecido su uso.
Son moneda de papel, los signos de moneda que tienen curso forzoso y garantía ficticia.
Son papel moneda, los signos de moneda que tienen curso voluntario y garantía efectiva.
Existen, pues, entre esos dos signos de la moneda, dos caracteres esencialísimos que sintetizan, diferencian y distinguen perfectamente al uno del otro. Esos caracteres son :
1.° El de la circulación que es obligatoria para la moneda de papel y libre para el papel moneda.
2.° El de la garantía, que es figurada en la moneda de papel y positiva en el papel moneda.
La moneda de papel supone un valor ficticio o figurado, que circula forzosamente como moneda, y está constituido por las emisiones de láminas o billetes que hacen los gobiernos en momentos de apuro, dando dichos documentos en cambio del dinero que reciben o en pago de las obligaciones que contraen, sin afianzar su amortización, sin fijar el plazo de su recogida, sin limitar la suma de la emisión y sin abonar ningún interés, ofreciendo por toda garantía de pago esperanzas efímeras de reintegro, valores de resultados dudosos o títulos de liquidación difícil.
El papel moneda representa un valor real o positivo, que circula voluntariamente corno signo de moneda, y está formado por los efectos de comercio y demás documentos de crédito que emiten los gobiernos, los Bancos, las sociedades, las empresas, los comerciantes o los particulares con la obligación de reembolso a la vista o en fecha determinada, como los bonos del Tesoro, los billetes de Banco, las letras de cambio, las libranzas, los pagarés o los warrants.
Guiados los gobiernos por la falsa idea de que las monedas tenían el valor que quiso darles el jefe de Estado que las creó, no sólo rebajaron el pe-so y la ley de las de oro y plata, sino que en ciertos momentos de apuro recurrieron al arbitrio de fabricarlas de papel, cuyo valor puede decirse que sólo es nominal, puesto que el real es casi nulo o muy insignificante.
Emitir moneda de papel equivale a corromperla hasta el último grado, porque es la más falsa que puede inventarse, toda vez que su valor no radica en la materia de que está formada, que es un pequeño trozo de papel, sino en el precepto de la autoridad, que hace obligatorio su curso.
El curso forzoso difiere del curso legal, pues el primero consiste en la obligación que las leyes imponen a todas las personas de aceptar la moneda de papel como dinero constante ; y el segundo estriba en la obligación que se impone el Estado de admitirla en pago de los tributos, pero dejando a los particulares la libertad de aceptarla, rehusarla o cambiarla en el Banco.
La circulación forzosa viene por lo tanto a suprimir de hecho la moneda metálica y crear una situación artificial, donde no hay ninguna medida fija ni ningún talón estable del valor de las cosa y servicios.
La historia de la moneda de papel va unida a h de las grandes catástrofes de los pueblos, pues sólo tuvo lugar su aparición en circunstancias muy calamitosas o apremiantes, como en tiempos de guerra o en momentos de penuria. Entonces se recurrió a ella, empleando dos procedimientos diferentes, que son : primero, emitir directamente el gobierno moneda de papel llamada Billetes del Esta-do; con la obligación de ser recibida por los particulares como pago de las transacciones; segundo, recibir el gobierno de los establecimientos de crédito nacionales grandes adelantos de billetes de Banco, haciéndolos de circulación forzosa, a la vez que dispensando a dichos establecimientos de la obligación de reembolsarlos en moneda metálica.
Sin embargo de lo expuesto, algunas veces la moneda de papel ha contribuido a labrar la prosperidad y la independencia de varias naciones, pues cuan-do los gobiernos la han utilizado en cantidades prudentes y en armonía con sus recursos, han inspira-do la confianza del público, que la ha recibido sin repugnancia, y ha suplido en la circulación la escasez de dinero, facilitando así las operaciones mercantiles; pero cuando la han emitido con exageración ha sobrevenido la inquietud de los ánimos, ha decrecido la esperanza del reembolso y ha disminuido el movimiento comercial, porque su abundancia trae el descrédito, lleva al quebranto, y el quebranto conduce a la miseria.
Por lo regular, nadie se resigna a cambiar sin premio valores nominales por valores reales, o sea moneda falsa por buenas mercancías, así es que la moneda de papel pierde generalmente una parte de su valor nominal con respecto a la moneda metálica, y por lo tanto el oro obtiene una prima sobre el billete.
Si la moneda de papel devengase interés, fuera reembolsable, sirviera para comprar, etc... conservaría mayor parte de su valor ficticio.
De todos modos, la moneda de papel es un mal que deben evitar las naciones mientras les sea posible, y no recurrir a él sino en último extremo, pues si bien es cierto que varios países han pasado sin grave daño por el curso forzoso, y que otros han logrado salir de él con apuros, en cambio algunos quedan todavía seriamente comprometidos