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El marco institucional del
Banco Central de Venezuela

CAPÍTULO I

EL DISEÑO INSTITUCIONAL DE LOS BANCOS CENTRALES DESDE UNA PERSPECTIVA DE LA TEORIA ECONOMICA CONVENCIONAL


1.3. Credibilidad y Política Monetaria


Cuando se anuncia una determinada decisión de política monetaria, pueden surgir dudas en cuanto al cumplimiento y efectividad del logro de la misma. De acuerdo con Peñalosa (1.998), “Lo relevante para la política monetaria no es solo la utilización de los instrumentos que tenga a su disposición el BC, sino las señales que puede emitir, afirmando que se puede hacer política monetaria y lograr efectos más rápidos y directos, incluso sin modificar los instrumentos. Esta capacidad del BC depende del grado de credibilidad que posea”. En este sentido, la credibilidad es la convicción del público de que un BC tiene la capacidad y el deseo de alcanzar la estabilidad de precios, pues sus acciones son consistentes con las metas anunciadas, a fin de convencer a los agentes económicos y a los gobiernos que su compromiso de mantener la estabilidad de la moneda es firme.

En momentos de conflicto o crisis financiera, la credibilidad viene a ser un activo de gran importancia, siendo un componente aliado del BC a la hora de tomar medidas extraordinarias -en respuesta de cambios imprevistos en el contexto económico que generen choques de oferta o demanda- en caso de que sea necesario, no siendo ello una medida de alerta que preocupe a los agentes económicos a la hora de formular sus planes ya que existe la certeza de que el objetivo propuesto por la autoridad monetaria no será alterado. Cuando la palabra del BC es tan importante como sus hechos, vale la pena tener credibilidad.

Sin embargo, como señalan Erías y Sánchez (1.995, p. 64), "el problema de la credibilidad surge porque los elaboradores de la política monetaria tratan de materializar una ventaja estratégica en el juego que llevan a cabo con los agentes privados para conseguir beneficios a corto plazo incumpliendo las políticas anunciadas previamente". Ello esta sumamente relacionado con el problema de inconsistencia temporal analizado en los modelos de Barro-Gordon y Kydland-Prescott al ser el hacedor de política el foco principal de atención, es decir, si éste ha sido o no consistente con las políticas propuestas lo que conlleva a promover su credibilidad. De igual forma, este hecho fue considerado por Rogoff en su modelo, al proponer un banquero central conservador enfocado en la preferencia de mantener la inflación y en función a ella tomar sus decisiones. En fin, la falta de credibilidad reduce el valor de las políticas anunciadas por la autoridad monetaria y aumenta los costes inherentes al logro de los objetivos que ella se fija.