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Lecturas sobre Crecimiento Económico Regional

Mario Alberto Gaviria Ríos y Hedmann Alberto Sierra Sierra
 

LOS DETERMINANTES DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO REGIONAL

Análisis de los determinantes del crecimiento



En coherencia con la discusión anterior se estimó un modelo como el propuesto en la ecuación 10. El sistema de variables e indicadores se resume el la tabla 1. Como se observa en dicha tabla, los indicadores del capital físico y el capital humano no son los más apropiados; pero las deficiencias de información en el ámbito regional (no se tiene información sobre formación bruta de capital fijo en la economía departamental, ni series completas sobre coberturas educativas y/o promedio de años de educación de la población) plantean como única alternativa el uso de los mismos como proxy.

De otro lado, para el análisis de regresión se consideraron solo las exportaciones menores, por considerar que en ellas es más probable la presencia rendimientos crecientes de escala y la generación de externalidades que benefician a los sectores no exportables.


Tabla 1. Sistema de variables


De manera previa y para evitar obtener relaciones espúrias se practicaron pruebas Dickey Fuller Aumentadas( ADF) a las diferentes series de las variables para constatar la existencia de raíces unitarias en ellas. En general las series resultaron integradas de orden 1; con excepción LK y LHpre, en cuyo caso no se rechazó la hipótesis de estacionariedad, y LHsec que resultó integrada de orden dos. Por lo anterior se aplicaron pruebas de cointegración a diferentes ecuaciones de regresión en las que no fue posible incluir las dos primeras y se consideró el diferencial de la última (DLHsec). Los resultados de este ejercicio se resumen en el cuadro 3.

Cuadro 3. Ecuaciones de cointegración*


En todas las estimaciones estimadas se obtienen coeficientes con los signos esperados, sin embargo en las estimaciones 1 y 2 muy pocos coeficientes resultan significativos en términos estadísticos. Por el contrario, la estimación 3, además de observar un buen nivel de significancia en los coeficientes, presenta un muy buen ajuste; es decir, con ella se estaría logrando una buena explicación de la dinámica de crecimiento de largo plazo de la economía departamental.

Aunque el valor absoluto del estadístico ADF de los residuales de la estimación 3 (-4.12) resultó levemente inferior al valor crítico calculado a partir de las tablas de Mackinnon (4,22) para un nivel de significancia de 0.10, el test de cointegración de Johansen (Anexo C) no permite rechazar la hipótesis de que entre las series LY Lpea X Y(-1) LHpri existe cointegración. Además, el Durbin-Watson de esta regresión de cointegración (CRDW=1.83) es superior a los valores críticos 0.511 (al 1%), 0.386 (al 5%) y 0.322 (al 10%) suministrados por Sargan y Bhargava .

Adicionalmente el modelo de regresión de la estimación 3 cumple con los supuestos de normalidad (estadísticos Kurtosis = 2.65 y Jarque Bera = 0.329), homocedasticidad (estadístico White = 9.58 y probabilidad del estadístico “F” = 0.347) y no correlación serial (estadístico Breusch-Godfrey = 1.83 y probabilidad del estadístico “F” = 0.505) -ver Anexo D- lo que permite hacer inferencias más confiables a partir de la estimación realizada.

A nivel de resultados, la disponibilidad de población trabajadora ha tenido efectos positivos importantes en la dinámica de crecimiento económico del departamento, lo que evidencia la presencia de actividades que usan en forma extensiva el trabajo. De igual forma, aunque las pruebas de Granger evidencian causalidad de este tipo en ambos sentidos , el crecimiento de las exportaciones menores ha estado favoreciendo la evolución de largo plazo de la economía departamental.

En este punto es importante señalar que, aunque no se logró evidencia de un impacto estadísticamente significativo de la participación de la industria en el PIB sobre el crecimiento de la economía, la incidencia de esta variable sobre dicho crecimiento se puede observar de manera indirecta a través de la dinámica de las exportaciones, que en el caso analizado son fundamentalmente de origen industrial.

De otro lado, los resultados señalan que el crecimiento departamental se muestra bastante sensible al aumento de la población que accede a la educación primaria. Esto coincide con diferentes estudios a nivel mundial (Birdsall y Sabot, 1995), según los cuales, al contrario de la idea tradicional que ve en la educación superior el factor determinante, el crecimiento resulta altamente favorecido por la expansión de la educación primaria. Es más, a partir de lo anterior, se afirma que uno de los tantos factores que explica las diferencias en el desempeño económico de los últimos cincuenta años, entre el Sudeste Asiático y América Latina, tiene que ver con la apuesta que hizo la primera de estas regiones por la educación básica frente a la énfasis de la segunda en la educación superior.

Finalmente, los resultados suman evidencia en favor de la hipótesis de Schumpeter según la cual el desenvolvimiento económico tiende a estar relacionado con el estado previo de las cosas, por lo que resulta fundamental tener en cuenta el crecimiento económico reciente al momento de explicar el desempeño de una región o país. En otras palabras, la dinámica económica regional está observando un comportamiento inercial de sus períodos de expansión y/o contracción, lo cual explica el que la duración de su ciclo (14 años) sea ampliamente superior al promedio nacional (ocho años).

Ante la imposibilidad de hacer análisis de cointegración incluyendo la serie utilizada para medir el capital físico, se estimó un cuarto modelo que la incorpora pero donde las demás series se toman en primera diferencia para garantizar su estacionariedad (cuadro 4). El modelo de regresión estimado cumple con los supuestos de normalidad (estadísticos Kurtosis = 2.59 y Jarque Bera = 0.761) y no correlación serial (estadístico Breusch-Godfrey = 1.28 y probabilidad del estadístico “F” = 0.63), aunque presenta problemas de Heterocedasticidad (estadístico White = 1.58 y probabilidad del estadístico “F” = 0.007).

Cuadro 4: Regresión de variables en diferencia.


El signo de los coeficientes estimados corresponde a lo esperado y tienden a ser significativos en términos estadísticos; pero dado que, con excepción del capital, se tomaron las diferencias de las variables, las relaciones obtenidas son básicamente de corto plazo. Este último ejercicio permite, sin embargo, constatar la importancia de la acumulación de capital para el crecimiento económico departamental de períodos posteriores. De igual forma, se obtiene evidencia de que el papel positivo de las exportaciones menores sobre ese crecimiento se observa aún en el corto plazo.

En general, en el estudio se constata la importancia de ampliar las oportunidades de educación para la población, en una estrategia clara y coherente que busque favorecer el crecimiento económico de largo plazo. En el caso concreto, la incidencia de la educación básica en el crecimiento parece ser mucho más fuerte de lo que tradicionalmente se piensa, lo cual justifica todo esfuerzo que la región haga en este sentido; no sólo en lo que tiene que ver con la ampliación de coberturas, sino también en lo referido a la oferta de una educación pertinente y de calidad .

Para el departamento es clara ésta urgencia y los consensos logrados por los distintos agentes del desarrollo local la han definido como una tarea fundamental, dentro de una estrategia global de desarrollo. En las reflexiones que se tuvieron como parte del ejercicio prospectivo "Visión Risaralda 2017", se plantearon entre otros los siguientes propósitos partiendo de las potencialidades y restricciones identificadas:

- Lograr una cobertura total de la educación, con énfasis en preescolar y secundaria donde se concentran los mayores problemas.
- Ampliar las oportunidades de educación técnica, tecnológica y profesional.
- Consolidar un plan de desarrollo educativo regional (urbano y rural), que considere la participación de las comunidades educativas en su planeación, dirección, ejecución y evaluación. Un plan acorde al contexto social, político, ambiental y cultural de la región, así como a los distintos contextos de enseñanza y aprendizaje (formales, no formales e informales), que garantice una educación para la vida y para el trabajo.
- Consolidar una educación centrada en lo local y que mire lo global desde la propia identidad.
- Trabajar hacia un sistema de ciencia y tecnología integral.

Pero contrario a esta necesidad, es evidente el debilitamiento que ha observado la educación básica en el departamento en el período reciente. Como se plantea en el informe sobre desarrollo humano para el Eje Cafetero (PNUD, 2004) el índice de logro educativo del departamento sufrió un deterioro entre 1997 y el 2002, especialmente debido a las disminuciones en las coberturas de primaria y secundaria. De igual forma, en ese período no se avanzó en la reducción del analfabetismo en adultos y, más bien, esa tasa aumentó levemente (Anexo E).

Otro indicador educativo y de acumulación de capital humano, como los años promedio de educación de la población mayor de 15 años, revela que en Risaralda su población tiene una media simple de siete años de escolaridad, la cual es similar al promedio nacional de 7.3 años, pero muy inferior frente a la de otros países con similares y aún menores niveles de ingreso per. cápita, como Costa Rica donde ese promedio es de 12 años. Como se puede observar (Anexo F), en seis años el departamento logró incrementar en 0.9 años el promedio de escolaridad de su población; lo que significa que, si se mantiene esa dinámica, se requiere un esfuerzo de unos 8 o 9 años para alcanzar los niveles de escolaridad de un país como Costa Rica.

Sin embargo, todo apunta a señalar que la región tendrá que esperar mucho más de ese tiempo para alcanzar esos niveles anhelados de escolaridad pues, de un lado, las mismas cifras evidencian estancamientos durante el período reciente en la evolución de la escolaridad señalada y, de otro lado, es evidente el debilitamiento de la capacidad y la voluntad de inversión en educación, dadas la crisis del gremio cafetero (cuyos recursos han sido fundamentales en la evolución de la educación, especialmente rural), el debilitamiento de las finanzas públicas territoriales y nacionales y las políticas nacionales de ajuste fiscal con cargo al gasto social.

De igual forma, el estudio arroja una evidencia importante sobre la necesidad de mantener los esfuerzos regionales por consolidar un sector exportador no tradicional, donde la industria manufacturera con vocación exportadora tendrá que jugar un papel central. Si bien en los ejercicios de regresión no se obtuvieron resultados que evidenciaran una mayor importancia de la industrialización en el crecimiento departamental, es claro que este sector, además de tener amplias posibilidades de exportación, conserva las características de motor de crecimiento de que habla Kaldor: alto efecto multiplicador, debido a las altas elasticidades ingreso de la demanda de este tipo de bienes; fuertes encadenamientos hacia atrás ; y economías de aprendizaje que a su interior pueden derivarse de los avances en la división del trabajo.

Es evidente que la estrategia exportadora estará condicionada por los avances que se logren en los niveles de educación promedio de la población. Como lo proponen las teorías del capital humano y el crecimiento endógeno, el nivel de educación de la población define en gran medida el ritmo al cual una economía puede explotar las posibilidades del avance tecnológico; y el sector exportador (que se supone es un gran incorporador de cambio técnico) no puede ser más productivo que el resto de la economía sin utilizar trabajadores relativamente más educados.

Pero, igual, la contribución de la educación y la acumulación de capital humano al crecimiento económico están mediadas en gran parte por las condiciones de su demanda; es decir, por el desarrollo de sectores productivos que, como el exportador, incorporan el cambio técnico que propicia una interacción creciente con los trabajadores calificados. Cuando los avances en educación no están acompañados por el desarrollo de sectores productivos intensivos en mano de obra con alto contenido de capital humano, tiende a aumentar el “ejército” de desempleados calificados o de personas trabajando en actividades que demandan menos años de educación, lo cual es un desperdicio económico y una fuente de malestar y de tensiones sociales.

Debe ser claro que la globalización constituye una nueva realidad que ha traído consigo nuevos fenómenos, teorías y procedimientos en la gestión del desarrollo regional. En este nuevo contexto la dinámica de la región ya no se explica tanto a partir de la Nación, esquema característico de las economías cerradas y centralizadas, con altos niveles de protección de las actividades productivas. Como se muestra en otro trabajo (Gaviria y Sierra, 2004), hay evidencia de un escaso comovimiento entre los componentes cíclicos departamental y nacional. Además, en la explicación del ciclo económico departamental no resulta importante el ciclo nacional.

Entonces, por el contrario, ahora la fortaleza de un país se sustenta es a partir de un desarrollo más autónomo y articulado de sus regiones, las cuales deben poder interactuar abiertamente con el entorno internacional a partir de su proyecto estratégico. De este modo, para las regiones la globalización puede ser vista como una amenaza, puesto que propicia la marginación, subordinación, crisis ambiental y o fragmentación de las unidades territoriales. Pero también puede ser asumida como una oportunidad; debido al mayor acceso a los recursos globales, la valorización de los recursos locales latentes y las mayores posibilidades de consolidar alianzas estratégicas y nuevas relaciones tecnológicas, comerciales y financieras. Sin embargo, esa oportunidad es selectiva; es decir, sólo vale para aquellos territorios que cuenten con una cierta masa crítica de capacidades estratégicas que les permita canalizar las nuevas dinámicas para su beneficio.

En ese sentido, la gestión del desarrollo regional en el contexto de la globalización sobrepasa el tradicional manejo de las competencias y los recursos económicos que fluyen desde el nivel político – administrativo central. Ello exige al departamento una capacidad para orientar los procedimientos de la gestión pública y privada; aprovechar los recursos materiales, humanos, cognitivos y sociales; relacionarse en forma positiva con el entorno nacional e internacional; y construir un proyecto de futuro colectivo para el logro del desarrollo humano y social regional. A su vez, el objetivo básico de una gestión estratégica territorial es establecer un proceso endógeno que supone la activación creciente de varias capacidades, entre las que se cuenta el lograr mayor autonomía regional de decisión, para definir su propio estilo de desarrollo y para diseñar, negociar y ejecutar instrumentos de política pública congruentes con tal decisión.

En el ámbito económico el establecimiento de un proceso endógeno y sostenible de creación de riqueza y bienestar exige una estrategia orientada por la oferta, es decir, por las potencialidades productivas regionales. Una transformación productiva hacia sectores exportadores y con una base tecnológica creciente, con un enfoque sistémico que favorezca en forma creciente las articulaciones hacia atrás y hacia adelante de la industria y los servicios con los sectores de recursos naturales.

Lo que se propone es una estrategia que potencie no tanto la extracción y procesamiento más simple de los Recursos Naturales, sino la aceleración de las múltiples actividades que tienden a aglomerarse en torno a dichos recursos, sin contradecir las tendencias naturales del mercado y fortaleciendo los encadenamientos con los sectores proveedores de insumos, servicios de ingeniería y los de industrialización e incorporación de valor agregado . Con ello se plantea superar los errores del proceso sustitutivo, donde la dinámica productiva estuvo orientada por la demanda y, en consecuencia, se ignoraron las debilidades productivas y los costos de oportunidad.    


 


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