¿Buscas otro libro?
Buscalo aquí:
Amazon Logo





 

 

Pulse aquí para acceder al índice general del libro.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)

Contextos del desarrollo regional en México


Dr. Jorge Isauro Rionda Ramírez (CV)

 

5. PANORAMA ECONÓMICO IBEROAMERICANO DE LA MOVILIDAD Y RESIDENCIA DE LA POBLACIÓN EN LA POSMODERNIDAD



El presente apartado desea precisar el contexto en que se describe el fenómeno del cambio de patrones en la migración como en la distribución territorial de la población, a raíz de la emergencia del régimen de regulación basado en la producción flexible y su efecto en el régimen de regulación que procura una economía abierta con menor intervención estatal (libre mercado), de tal forma que precise los antecedentes y los nexos del fenómeno de estudio.

ALGUNOS SUPUESTOS SOBRE EL IMPACTO DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL DE POSGUERRA EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN

La comprensión cabal de la historia económica del siglo XX explica en gran parte los actuales sucesos socioeconómicos tanto en la esfera nacional como internacional. Su comprensión se hace bajo dos líneas teóricas: la sociología del trabajo que procura establecer cómo las matizaciones que se dan en materia de relaciones industriales conjuntamente con el cambio institucional vienen a definir el régimen de regulación capitalista. Por otra parte el aspecto socioeconómico que revela como se viene a condicionar la estructura económica y los modos de producción que integran la formación social de un capitalismo periférico y dependiente en un tipo específico de formación social que responde a una dinámica de acumulación excedentaria.
En esta centuria se identifican tres regímenes distintos de regulación (administración pública), el primero liberal que se viene implementando desde el siglo XVIII hasta el primer lustro de los años 30, cuya demarcación de finiquito esta establecido por la Gran Depresión del 29. La segunda con el surgimiento del llamado estado benefactor resultado de la mezcla de tesis keynesianas y estructuralistas y que responde al éxito de la estructura de las relaciones industriales surgidas a principios del siglo XX con el fordismo. Y en correspondencia al cambio de la relaciones industriales observadas con el agotamiento del fordismo ante el surgimiento del esquema de producción compartida nipón -el cual enfatiza los círculos de calidad y el esquema de relocalización de industrias de tipo maquilador transnacional-, la implementación de un último régimen de regulación relativo al posfordismo que causa la crisis de 1971 -73, con la crisis de los energéticos y el abierto agotamiento del fordismo como estilo de organización de las relaciones industriales que se refuerza con el neoliberalismo, y que al parejo acompaña la globalización y la nueva tesis de la ventaja competitiva, característica de la visión moderna del neoinstitucionalismo y la teoría de la regulación norteamericana de Sabel (1985) (para diferenciarla de la teoría de la regulación francesa de abierta orientación marxista propiamente de Michel Aglietta).
El ascenso económico de los Estados Unidos de 1900 a 1929 especialmente encuentra su sustento en la primera guerra mundial (1914 – 1918), que es causa de que los estadounidenses mantengan un amplio superávit comercial con Europa, un tanto cuando los europeos se preparaban para la contienda, otro por la necesidad de pertrechar la guerra misma, y posteriormente en la reconstrucción de las economías que se ven directamente involucradas en la contienda. El fordismo otorga a esta economía una enorme capacidad no solo de exportación, sino de importación, especialmente de la América Latina, sustento importante para el llamado “milagro latinoamericano”.
En este contexto internacional, el régimen de acumulación viene a cambiar sustancialmente de su forma mercantil colonial donde existe un centro que subsume a la periferia en mercados satélites que dependen y son controlados por las potencias europeas del momento, en especial Inglaterra, Francia y Alemania.
El bilateralismo del momento de principios de siglo caracteriza las relaciones comerciales internacionales y encubre la principal forma desleal del comercio entre las naciones: el dumping. La lucha entre las potencias por el dominio de sus mercados comerciales coloniales adquiere la encarnizada forma de mecanismos desleales del comercio. Alemania, paulatinamente adquiere importancia internacional sobre Francia e Inglaterra subsidiando con inflación interna precios altamente competitivos en sus mercados externos, lo que resta mercado a otras naciones, especialmente Inglaterra. Existe quien considera que la raíz de la rivalidad existente entre Inglaterra, Francia y Alemania esta en que esta última en aquel tiempo adquiere rápida prominencia económica en el contexto internacional con predicar mercantiles desleales tales como es el dumping. Esta es señalada como la principal razón económica que desemboca en la 1er. Guerra Mundial de 1914 a 1918.
En Norte América, Henry Ford fabricante de automóviles, idea una nueva forma más eficiente de organización del trabajo departamentalizando por fases separadas, especializadas y simples cada paso del armado de un automóvil en una banda de ensamblaje. El fordismo se conjuga con la tesis de Taylor quien a su vez organiza el proceso de trabajo de acuerdo a micro tiempos y micro movimientos. El resultado es el despegue de las economías industriales bajo una nueva óptica de organización del proceso productivo. Con un producto masivo y uniforme.
La organización del proceso de trabajo logra quitarle al trabajador el control sobre su ritmo de trabajo enajenándolo en una nueva relación industrial. Así, ya la empresa no tiene que trabajar al ritmo del trabajador, sino el trabajador lo hace al ritmo de la empresa. El efecto de una potencialización creciente de la producción masificada y el detonamiento de la oferta agregada de las naciones industrializadas al grado que en 1929 la creciente oferta industrial no tiene su paralelo sostenible por el lado de la demanda. Se da la crisis de deflación que según el enfoque bien puede considerarse una crisis de sub consumo o de sobreproducción.
La salida a la crisis es la constitución de un nuevo orden institucional donde según las tesis de John Maynard Keynes, la base de sostener el crecimiento económico en un esquema donde antes de llegar al pleno empleo ya se tiene la igualdad entre la oferta y la demanda agregadas, es el gasto de gobierno (fiscalismo).
Se puede afirmar que el orden constituido a raíz del fordismo caracteriza a nivel internacional un régimen de regulación que se mantiene aproximadamente de inicios del siglo XX a inicios de la década de los 80
Se puede afirmas que las tesis keynesianas son la base para la implementación de políticas fiscales que incentivan la demanda agregada. El éxito del fordismo y la implementación del keynesianismo es la base que requieren los gobiernos occidentales para soportar el ascenso del desarrollo armamentista y bélico.
Formalmente, es durante la administración del presidente Plutarco Elías Calles y su consiguiente maximato hasta el periodo de Cárdenas, que (puede afirmarse) la nación comienza a implementar un capitalismo periférico dependiente bajo un esquema de desarrollo nacional.
Para recuperarse de la crisis de recesión, tanto las naciones europeas como la estadounidense implementan políticas correctivas fundamentadas en la creación del dinero que sirven de presupuesto y sustento del gasto público, en especial en materia de fortalecer el sector bélico de sus economías. La panacea formulada por Keynes toma la forma de una verdadera anatema, pues la creación de empleos improductivos que aconsejan los keynesianos que incrementan la demanda agregada de la economía del momento, brindando la estabilidad de precios deseada, viene a canalizarse al fortalecimiento de los ejércitos de las naciones industriales, especialmente la Alemana.
Los años 30 son preámbulo importante de recuperación económica internacional para sostener lo que en 1939 viene a ser la Segunda Confrontación Mundial. La demanda internacional de bienes primarios y materias primas para la industria es alta y sostenida, lo que para toda la América Latina y gran parte del orbe del subdesarrollo significa una oportunidad de importantes ventas y obtención de divisas para sus economías con fuertes déficit es en materia de ahorro interno.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, el planeta queda dividido en dos grandes bloques: el propio de economías de mercado lidereado por naciones de occidente y el de las economías de planificación central bajo la hegemonía de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas. Años después, en 1962 durante la 1er. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo [ (UNCTAD, por sus siglas en Inglés ), al primer grupo de naciones se le vino a llamar primer mundo. Al segundo grupo se le denomina el segundo mundo integrado por las naciones básicamente socialistas. Entre estos dos grandes bloques aparecen las naciones de menor grado de desarrollo: el llamado tercer mundo. El que se integra de naciones con regímenes económicos y administrativos tradicionales, la muchos de ellos derivados de esquemas coloniales impuestos por metrópolis que están incluidas dentro del primer mundo como potencias europeas .
En este mundo bipolar, como lo define Orozco (1998), las relaciones comerciales y financieras se rigen por los estatutos admitidos por las potencias occidentales en la reunión realizada en Bretton Woods (New Hampshire, EE. UU., en 1944. Aquí se sustituye el patrón de cambios clásico que se basa en soportar las paridades de las monedas con base a un valor mineral (el oro) que sirva de valor vehicular de las cotizaciones de las distintas divisas, por lo que toda nación debe amparar la liquidez internacional de su moneda en reservas básicamente en oro. En sustitución aparece el patrón de cambios dólar – oro, donde el dólar estadounidense es la divisa vehicular del resto de las monedas nacionales y este sustenta su valor con base a las reservas en oro que los Estados Unidos de América.
Al término de la Segunda Contienda Mundial (propiamente en 1946), se implementan dos organismos financieros internacionales que sustentan los controles de cambio comercial y liquidez en la nueva estructura económica mundial concebida: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), hoy Banco Mundial.
La economía internacional parte de relaciones básicamente bilateralistas. Se crean varias comisiones económicas regionales dentro de las que destaca la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que es el organismo responsable del diseño de muchas de las políticas sociales y económicas de América Latina del último lustro de los años 40 a los 70.
A su vez se crea en 1947 el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Esto con el fin de combatir el bilateralismo imperante al término de la segunda contienda mundial y la implementación del multilateralismo regido por la añeja fórmula conocida como “cláusula de la nación más favorecida”, que indica que el trato comercial más benévolo que se otorgue entre las naciones que comercian, debe ser el criterio generalizable, como norma democrática, al trato otorgado al resto de las naciones.
Estas instituciones son básicas para comprender la modalidad que adquiere la economía internacional de posguerra, donde las relaciones comerciales y financieras giran en torno a las necesidades hegemónicas de las dos grandes potencias militares (la Unión Soviética y las naciones que se integran al Pacto de Varsovia), en un reparto mundial donde se establece una geografía regida por dos polos ideológicos contrarios y con fuertes asimetrías en el desarrollo.
La práctica autarquía que las naciones socialistas establecen en materia comercial y financiera respecto al resto de mundo, es también restrictiva a la migración internacional de países socialistas a otras de un corte económico distinto. Incluso la movilidad poblacional dentro de las propias naciones socialistas es mínima debido al exacerbado control que este tipo de regímenes implementa respecto a la residencia de sus conciudadanos. Al parejo, la base lógica de la administración pública de un régimen de planificación central tiene implicaciones distintas en materia demográfica respecto a aquellas economías que se basan en la anarquía del mercado.
Este tipo de regímenes de economía controlada tiene como buenas dictaduras políticas muy eficaces en materia de planeación económica y social, especialmente en cuestiones de tipo demográfico tales como es la movilidad y distribución espacial de la población. Son naciones que presentaron fuertes y eficaces controles en materia del crecimiento demográfico tanto por su crecimiento natural como social (migración). De forma contraria, las economías de mercado establecen políticas económicas y sociales de menor grado de eficacia puesto que estas no son impositivas sino que la conducción económica se base en la persuasión democrática de los ciudadanos para ajustar a una conducta deseada su comportamiento inercial. No existe un álgido control de la residencia y movilidad de la población, por lo mismo la migración y la distribución espacial de la población responden a influencias de otros índole tales como son la lógica del propio mercado de los factores productivos, como el vínculo con los principales mercados de proveeduría y destino, así como a situaciones gestadas por el crecimiento vegetativo de la población, entre otros factores más allá de los estructurales como es el clima institucional y elementos culturales y educativos de la población, que son propiamente de tipo funcional.
Las asimetrías existentes en el grado de desarrollo entre las naciones y entre las regiones, así como el laxo control de la movilidad poblacional entre las economías de mercado y las de regímenes de costumbre generan fuertes contingentes migratorios de las naciones de menor grado de capitalización a la de mayor creándose en el orbe relaciones norte – sur, este – oeste. Mucha de esta migración toma la calidad de indocumentada.
Conforme se desarrollan las relaciones capitalistas de la posguerra y se agravan las dicotomías existentes entre el primer y el tercer mundo, los contingentes migratorios van adquiriendo mayores dimensiones y comportan patrones con cambios que se adecuan a la coyuntura política – institucional y económica de las naciones tanto expulsoras como receptoras.
Con base a los estudios de Unikel (1981) se afirma que la inversión pública en las economías latinoamericanas sustenta en el crecimiento de las economías de esta región, aunado a que el periodo de reconstrucción de las economías europeas gesta una creciente y sostenida demanda de importaciones de la región especialmente en los Estados Unidos de América, que es base para la obtención de divisas del exterior lo que a la par que causa se incrementen las reservas internacionales, a su vez sustenta la expansión monetaria que nutre la inversión pública.
Durante los años que van de 1945 a 1970 en la región se tiene un crecimiento económico sustantivo a lo que se da a llamar “Milagro Latinoamericano”. En México durante este tiempo la inversión pública se canaliza especialmente al sector primario y a obras de infraestructura, especialmente en comunicaciones y en desarrollos industriales y agropecuarios.
Los esquemas cepalinos de formulación estructuralista y keynesiana influyen en mucho para que las economías latinoamericanas conciban que uno de sus principales problemas es su grave dependencia tecnológica, comercial y financiera del exterior, por lo que el concepto de nación desarrollada en aquel momento es con base al grado de autosuficiencia e independencia que un país tiene del resto.
El incremento sostenido del nivel de ingreso per cápita gesta que las ciudades – mercado se expandan, con el aumento de la demanda, durante este periodo, las industrias se localizan cerca de sus principales mercados (tanto de proveeduría como de destino), así una concentración poblacional sustantiva en una ciudad implica un importante mercado que atrae empresas que son las que generan empleo, por lo que esto se vuelve un círculo vicioso: una gran ciudad, un gran mercado, concentra empresas y con ello se focaliza en las ciudades la creación de empleos que atrae a población (migración) de otras áreas, que genera crecimiento urbano que se traduce en concentración industrial, y así sucesivamente.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


CREPÚSCULO DEL FORDISMO, EL NUEVO SOL NACIENTE Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
En el siglo XX, dentro de los esquemas de economías de mercado, se tienen dos variantes dentro de los regímenes de regulación capitalista: la producción rígida propia de la red de relaciones industriales fordistas de occidente, y la producción flexible propia de los modelos administrativos nipones. Ambos esquemas aparecen en un mismo momento histórico pero en hemisferios distintos. Mientras que la producción masiva y seriada evoluciona en los Estados Unidos de América y en las principales economías europeas, en oriente las iniciativas de la familia Toyota vienen a revolucionar los esquemas fordistas a través de la implementación de los círculos de calidad y el desarrollo de la industria maquiladora localizada en geografías que aporten ventajas competitivas en su base productiva.
Es a partir de los años 30 que las sociedades occidentales capitalistas inician bajo las tesis estructuralistas y keynesianas la organización de sus funciones sociales de producción bajo redes de relaciones industriales corporativas. El corporativismo reformula a las sociedades en sí bajo el régimen fordista de regulación / acumulación. En México el proyecto callista que culmina en el periodo del presidente Lázaro Cárdenas es la base del despegue económico de la nación en la implementación de la modernidad fordiana.
En el contexto internacional el resurgimiento de las economías europeas (Comunidad Económica Europea) en el mercado mundial y de Japón es causal principal de la desaceleración norteamericana. Los Estados Unidos de Norte América presentan desde 1939 a 1973 un superávit perentorio de su cuenta corriente en la balanza de pagos, por ello, es durante mucho tiempo un país acreedor. Sin embargo, su situación vira 180 grados en 1971 con la crisis del sistema financiero internacional sustentado en los acuerdos Bretton Woods (1944), y en 1973 al contraerse fuertemente el mercado internacional como efecto inminente de la crisis del petróleo causado por la cuarta guerra árabe - israelí, por lo que este año irrumpe como fecha nodal para diferenciar en esta economía un cambio radical en su composición de balanza de pagos, pasando El surgimiento de Japón y la formación de la Comunidad Económica Europea en los años 60, así como el continuo aumento del Espacio Económico Europeo con la creación de la Asociación Europea de Libre Comercio resta importancia paulatinamente a la influencia norteamericana a nivel mundial. En 1973 por primera vez en la historia de la posguerra Norteamérica devalúa su moneda y causa déficit en su balanza de cuenta corriente.
Como parte de la implementación de un nuevo régimen de regulación para darle nueva vitalidad a la dinámica de acumulación capitalista, que trata de contrarrestar la tendencial caída de la tasa general de ganancia, se establece un nuevo orden en las relaciones industriales el llamado pos fordismo, el que consiste en la sustitución del régimen de producción fija por el de la producción flexible.
Occidente admite que el fordismo no es eficiente al comparársele a las fórmulas de la toyotización. La emergencia de la economía japonesa que resta drásticamente mercados a las economías occidentales, especialmente a la norteamericana, obliga a estas últimas a reconsiderar sustituir sus antiguas formulaciones administrativas por las recetas niponas. Es durante el primer lustro de los años 80 que por iniciativa de los Estados Unidos e Inglaterra se plantea en un nivel global del mundo occidental la sustitución del régimen de relaciones industriales basado en la producción rígida por el nuevo régimen de regulación de la producción flexible.
Occidente desde luego da su propio sello a este nuevo esquema al que comienza por nombrar neoliberalismo. Primero, de los japoneses se admiten recetas tales como es en sí el esquema de industralización con una relocalización industrial en otros países bajo la forma de inversión extranjera directa e industrias maquiladoras, los círculos de calidad, just in time, join venture, calidad total, por citar las más relevantes. Pero deja a un lado el trabajo de por vida y la gerontocracia propio de las economías orientales.
La producción flexible es un modelo de producción compartida, donde la función de producción no se localiza dentro de una única geografía nacional sino de una transnacional, donde se separan las fases del proceso productivo en esferas aisladas (círculos de calidad) e independientes y se localizan en áreas que aporten al proceso algún tipo de ventaja competitiva.
La propuesta neoliberal consiste en desconcentrar la industria de las regiones centrales del desarrollo capitalista hemisférico y llevarlas a las geografías periféricas. La forma específica de lograr esto es a través de los mercados financieros bursátiles y de la llamada inversión extranjera directa. No obstante, en las economías periféricas aún predominan regímenes institucionales de cote keynesiano que se expresan en un alto grado de intervensionismo estatal en la economía y alto proteccionismo del exterior. Finalmente, es John Maynard Keynes quien da a las economías occidentales la fórmula para poder crecer desde dentro (desarrollo endógeno) con base al incentivo en la demanda agregada interna por efecto del gasto fiscal (fiscalismo). La implementación de políticas acordes a la propuesta neoliberal implica el abandono del viejo orden institucional basado en el estado benefactor y sustituirlo por uno nuevo que consiste en desreglamentar las economías nacionales (hacia adentro) y apertura comercial (hacia fuera). “Dejar hacer, dejar pasar”, versa el antiguo slogan liberal del siglo XVIII (Laissez faire, laissez passer).
Surgen propuestas económicas e institucionales propias para las economías en vías de desarrollo donde se reformule el orden institucional y la propia estructura económica (re estructuración productiva).
En América la nueva fórmula es propuesta por los Estados Unidos a los países del resto del continente a través de su programa que se conoce como Consenso de Washington o Iniciativa para las Américas, es de antemano parte del plan Baker (1986) y el posterior plan Brady (1989) que propone renegociar las deudas a Estados Unidos por parte de las economías sudamericanas a cambio de que estas naciones admitan cambios sustanciales dentro de sus regímenes de regulación en viras de echar a andar la expansión de la economía norteamericana en el resto del continente.
Por caso se replantea la suspensión por 3 años de los compromisos financieros de la región con América del Norte, se condona parte del principal, se otorgan nuevos créditos, se prolongan los pagos, se relajan las tasas de interés, por destacar las principales cambios otorgados a las economías latinoamericanas a cambio de abrir sus economías a la inversión extranjera, especialmente estadounidense.
André Gunder Frank (1967) cita desde finales de los años 60 cómo la tendencia a la mundialización toma la forma de un desarrollo del subdesarrollo y un subdesarrollo del desarrollo. Las industrias y empresas del primer mundo comienzan a re localizarse geográficamente en las áreas del tercer mundo, especialmente aquellas regiones que guardan un alto vínculo con las economías centrales y de reciente industrialización donde destacan Brasil y México.
El nuevo orden internacional parte de una división internacional del trabajo que se sustenta bajo la producción flexible de corte occidental y japonés. En esta nueva geografía industrial, la relocalización de los negocios crea espacios regionales, nacionales y locales con una conformación social que es patente del hecho de que los cambios institucionales y la re estructuración económica en los diferentes ámbitos manifiesta un cambio del principio de población, especialmente en lo que compete a los patrones que comporta tradicionalmente la distribución territorial de la población y la migración con base a la nueva localización geográfica de los negocios. Esto se debe a que la relocalización industrial es una estrategia que las grandes corporaciones empresariales y transnacionales utilizan para contrarrestar la tendencia descendente de su tasa de ganancia.
Los negocios ahora amplían su radio de acción a los mercados virtuales, lo cual les accede por un lado a la oportunidad económica, y por otro, a la información que es fundamento de la oportunidad. Las relaciones industriales internacionales entre las firmas se dan en la agilidad de redes de comunicación globales, y la geografía virtual de la oportunidad delinea el espacio real de la localización industrial y de los mercados laborales, por lo mismo, los flujos migratorios parten de las áreas que quedan al margen de estas nuevas relaciones industriales, a las áreas que bien se puede nombrar como globalizadas.
La distribución espacial de la población responde a la distribución virtual de la oportunidad con base a la localización geográfica de los aprovechamientos de recursos, y accesibilidad a la información de los mercados nacionales como internacionales.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


1989: DE UN MUNDO BIPOLAR A UNO TRIPARTIDA Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Es posible que el año de 1989 es punto de inflexión en materia de administración pública. Es a partir de dicha fecha que las naciones de América Latina se ven sujetas a dictámenes de renegociación de sus compromisos financieros con el exterior como efecto del Plan Baker (1986) y el Plan Brady (1989). Dentro del llamado Consenso de Washington y su acción específica de política exterior (que se da a llamar “iniciativa para las Américas”), el neoliberalismo anglosajón es impuesto en la región en sus vertientes económica, social y política.
La producción flexible aprendida de los japoneses por los anglosajones da al capitalismo occidental un respiro adicional ante la tendencial caída de la tasa general de ganancia. La globalización de los mercados es tanto en materia de factores productivos, insumos industriales y de productos finales. La periferia, en su humilde renta, y sus ricas potencialidades naturales se presentan ante las economías del centro como una oportunidad de expansión tanto de sus mercados comerciales como financieros. Globalización bajo la tónica de la producción flexible, es la propuesta de los países ricos a las naciones en vías de desarrollo de que estas últimas busquen su oportunidad dentro de un esquema de crecimiento económico, que de antemano es diseñado para favorecer los intereses de expansión capitalista de las naciones industrializadas. Mundialización, en contrapartida, es la búsqueda de un modelo común donde los intereses de unos no supediten a los del resto, sino que responda a resolver los problemas de la humanidad entera en materia de desarrollo sustentable.
En su caso político, las administraciones que fundan su acción en criterios de corte estructural, keynesiano y fordista ven su ocaso. En sustitución viene la invención del estado neoliberal. El que ya no es benefactor, ni social ni inversionista como el que caracteriza a las administraciones del periodo socialdemócrata, sino que se trata de un estado policial, que emite leyes y supervisa se cumplan, dando garantías individuales y sociales a la transacción económica pero con una nueva modalidad variante de la propuesta liberal decimonónica: que este estado mantiene especial intervencionismo en materia de las llamadas externalidades de la producción (aspectos ecológicos) y en el rubro de la competencia económica (interviniendo al monopolio).
El término de la guerra fría a partir de la implementación de políticas de corte estructuralista e institucional en la Unión soviética bajo la perestroika y el glasnosv del presidente Gorvachev y el replegamiento de la hegemonía militar y política en Europa del este de este conjunto de naciones soviéticas socialistas, es clave para indicar un punto nodal en la transformación de la estructura económica internacional pos fordista. Europa del este, incluso la economía rusa implementa cambios sustanciales en la formulación de sus naciones a la economía de mercado.
En su segunda expresión esta el llamado neoliberalismo social. Este consiste básicamente en desmembrar el aparato de gobierno propio del estado social benefactor implementado desde finales de los años 30 como una herencia keynesiana. La economía de los servicios públicos toma dimensiones más modesta a cambio de ceder participación a los servicios privados orientados a la producción y al comercio. Por otra parte, el esquema económico administrativo de la producción flexible exige como parte una mayor versatilidad y movilidad de los factores productivos capital y trabajo, especialmente en este último donde la mano de obra se cualifica en materia de vocación, profesionalización y formación con un proceso de instrucción que le flexibiliza y le da una dimensión multidisciplinaria.
Hay que destacar que la superexplotación a la que se refiere Ruy Mauro Marini como expresión actual y típica de la región (fórmula específica histórica de expoliación de la fuerza de trabajo en el tercer mundo), se queda modesta ante la realidad laboral globalizada. La verdad es que, más que de superexplotación hay una abierta tendencia a la precarización laboral que sumado a la prolongación de la jornada de trabajo (plusvalía absoluta), y a la intensificación del proceso productivo (plusvalía relativa), se tiene adicionalmente la tácita pérdida de los derechos laborales de los trabajadores a lo que llaman “flexibilidad laboral” y al desmembramiento de las organizaciones obreras que viene oculto bajo la fórmula de “nuevo sindicalismo democrático”.
El imperialismo (metástasis del capitalismo monopolista transnacional), finalmente acuña sus expresiones concretas en la nueva historia que se caracteriza por la absorción de la humanidad como un componente más dentro del engrane de la reproducción de las cosas. Un mundo feliz al estilo de Aldus Huxley. La administración científica norteamericana, obsoleta en el primer mundo encuentra terreno fértil en la conformación empresarial latinoamericana. La producción rígida sigue teniendo terreno en las empresas micro, pequeña y familiares. La producción flexible es viable sólo en las grandes corporaciones empresariales, empresas medianas y grandes, que están en posibilidad de sostener la trasnacionalización de sus fases de la producción. El ocaso del fordismo y el ascenso de la toyotización es paulatino y se dan en el mismo momento histórico conforme vengan desapareciendo las factorías pequeñas a cambio de la primacía de las grandes. En este sentido el modernismo fordista da paso de forma paulatina a las fórmulas posmodernas de la producción flexible conforme se vengan consolidando las relaciones industriales que establezcan alianzas estratégicas corporativas, así lo sostiene Aguilar-Robledo (1999). Del corporativismo político y organización corporativa de la sociedad en la formulación de una función social de producción de producción rígida, al corporativismo coludido empresarial y desmembramiento del público para la ejecución de un programa económico basado en la producción flexible.
Esto exige la consolidación de distritos industriales que son áreas de alta concentración industrial que permiten el reclutamiento de la fuerza de trabajo en una movilidad tal que garantice el llamado desempleo friccional sea el mínimo.
En materia de movilidad y distribución espacial de la población este proceso tiene un efecto que afecta el patrón de conducta observado tradicionalmente en este aspecto. La emergencia de la producción flexible cambia la geografía industrial a nivel internacional, nacional, regional y local, lo que ocasiona una relocalización geográfica de los negocios y una nueva geografía de la oportunidad tanto económica como laboral. Los lugares atrayentes de población son aquellos que logran establecer nexos con otros centros de desarrollo que dan vitalidad a su desarrollo económico local, tal es el caso de puertos y fronteras.
Con lo anterior queda claro que el término de un mundo dividido en dos hemisferios da paso al surgimiento de un mundo tripartita donde las nuevas geografías del desarrollo se caracterizan por tener tres áreas gravitacionales: América del norte donde queda inserta América del sur, el llamado espacio económico europeo que anexa a toda África y las naciones asiáticas lidereadas por Japón y los llamados tigres de oriente (Taiwán, Singapur, Tailadia, recientemente Filipinas y Corea del Sur) y la cada vez más prominente economía China. Región que logra la mayor influencia mundial actualmente al influir en todas las naciones que son ribereñas del océano pacífico: la Cuenca del pacífico.
Las periferias de estas tres grandes regiones mundiales atraen capitales e inversión de las naciones que son su centro económico de crecimiento, como a su vez expulsan población a dichos centros. Por el carácter institucional restrictivo a la migración internacional de la población, la mayoría de los contingentes migratorios internacionales tienen la calidad de indocumentados. Esta es la emergencia de la llamada economía subterránea en su expresión globalizadora.
Aunque es elucubrativo en mucho, las inercias y las tendencias observadas suponen que la inversión extranjera en su gran mayoría se canaliza a la consolidación de empresas maquiladoras de exportación, las que con base a la firma de la que son filial, y a sus franquicias, responden a demandas de mercados geográficamente determinados, por lo que su localización es normalmente en áreas que se vinculan con alguna oportunidad que represente una ventaja competitiva y de costo al proceso de producción general del esquema al que se integra el producto maquilado. En el caso de México, más del 90% de la inversión extranjera es de origen estadounidense, y a su vez, más del 90% de esta se canaliza a la formación de este tipo de industrial, las que en su significativa mayoría se localizan en áreas aledañas a sus mercados de destino y de proveeduría, por lo que en la geografía nacional es la franja del norte la que más se privilegia de esto. A su vez esta localización no solo responde a lo antes expuesto, sino también a factores de carácter institucional como es la existencia de la zona franca existente en la frontera norte del país desde 1965 con la implementación del programa binacional de la industria maquiladora de exportación (1965 – 2001). Esta zona franca admite una abierta ventaja para las empresas que buscan una significativa disminución de los costos de la mano de obra por la diferencia real e importante entre las remuneraciones entre ambas naciones, por lo que se trata principalmente de empresas manufactureras.
Es por ello que la concentración industrial en algunas áreas del país implica la formación de distritos industriales, normalmente localizados en las áreas periurbanas de las grandes concentraciones poblacionales tales como son zonas metropolitanas, y grandes ciudades, o bien en regiones cuya conurbación involucra a un significativo número de personas y empresas como para poder calificarlas de distrito industrial.
Como la geografía de la oportunidad económica varia, surgen nuevas zonas industriales de carácter urbano no metropolitano que también compiten con las metropolitanas en la captación de inmigrantes. Están por otra parte los desarrollos turísticos que involucran otro tipo de industria pero con fuerte captación de inversión turística. Tal es el caso de Cancún, Puerto Vallarta, Iztapa – Zihuatanejo, principalmente. Estas regiones son atrayentes de importantes montos de población y de capitales, por lo que con otro tipo de industrialización y de aprovechamientos, pero con todo como una fuente de oportunidad económica de alta redituabilidad y bajo riesgo.
La desconcentración industrial de las zonas metropolitanas, especialmente de la ciudad de México, involucra desarrollos municipales y conurbaciones importantes en regiones del país que recientemente ingresan a participar en la geografía del desarrollo, como también existen importantes áreas marginadas, por lo que la inversión pública en su óptica de descentralización, así como de desconcentración del aparato paraestatal debe ser un componente clave para abatir la marginación regional.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


BILATERALISMO VS. MULTILATERALISMO Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Las relaciones comerciales bilaterales provienen desde el inicio del mercantilismo en el siglo XVI en Europa, y prosperan durante la entre guerra en todo el orbe occidental. El dumping en parte explica que las naciones protegieran sus economías con armamento arancelario y contingentario. Así también las políticas estructuralista y keynesiana influyen en esto.
El concepto de desarrollo durante el modernismo (1934 a los años 80) radica en concebir que una nación esta desarrollada según sea el grado de autosuficiencia e independencia alcanzado del resto de la comunidad internacional. Bajo esta óptica se implementa el esquema de sustitución de importaciones que radica en ir sustituyendo la canasta de importaciones de una nación por productos nacionales al grado que cada vez es menor el volumen de las mismas.
Los flujos de mercancías como de personas son altamente limitados. Prácticamente la migración de personas internacionales en calidad documentada es mínima, incluso las migraciones entre las relaciones norte – sur, este – oeste son bastante limitadas y numéricamente ínfimas. Las naciones europeas occidentales y de las naciones industrializadas mantienen políticas de mayor tolerancia a la migración documentada, no obstante limitan en sumo las migraciones que se originan de las naciones subdesarrolladas, salvo algunos programas de migraciones de reemplazo con carácter temporal como es el caso del Programa Bracero (1942 – 1964) en México.
Las restricciones legales a la migración no se contienen los contingentes de personas que cambian de residencia nacional en calidad de indocumentados. Así, las políticas de contención de la población nacional para evitar migren a otras áreas de la geografía internacional no retuvieron a quienes desearon cambiar su residencia, durante el bilateralismo lo que vino en aumento fueron las migraciones de reemplazo documentada, y en especial la de calidad indocumentada.
El mismo proceso endogenista genera fuerzas de concentración territorial de la población. Muchas economías tienen antecedentes coloniales como es el caso de las economías latinoamericanas, especialmente la de México, donde el esquema colonial hereda a la economía moderna patrones de comportamiento demográfico propicios para que inercialmente tienda a concentrarse la población (Stein, 1982).
Las ciudades mercado atraen la localización de las industrias en su área urbana y peri urbana que concentra la generación de los empleos en las ciudades y que trae población de las zonas periféricas y rurales como lo demuestra Unikel (Op. Cit.) para el caso de México.
El esquema de producción rígida que domina el desarrollo industrial en el occidente desde inicios de siglo viene a mostrar abierta desventaja ante la producción flexible de oriente. Las grandes corporaciones empresariales e industriales pugnan por que las naciones industriales y la periferia en vías de desarrollo abran sus espacios económicos para que las mismas localicen algunas de sus filiales en estas geografías. La globalización no es más que la generalización a nivel mundial del esquema nipón de producción compartida o toyotización. Para esto, el clima bilateralista no es propicio, urge implementar en todo el orbe el multilateralismo, que permita un libre flujo del factor productivo capital. No obstante existen regiones que instrumentan un multilateralismo donde el factor trabajo es sujeto a esa libre movilidad espacial, como caso esta la Comunidad Económica Europea donde las políticas de migración territorial intra nacional de las 12 naciones que se integran a dicho espacio se admite desde el tratado de Maastrich (1994). En otras como es el caso de América del Norte se da un tratamiento protocolario especial al factor trabajo (Margaín, 1997).
El fordismo no muere en sí, sólo en las grandes corporaciones y empresas multinacionales que les es más ventajoso relocalizar su industria maquiladora en las geografías que sumen al proceso una ventaja competitiva que se traduzca en una mejora técnica, tecnológica, de costeo o de calidad, de una combinación de las anteriores, son las que abandonan la producción rígida. Las pequeñas empresas no están en posibilidades de implementar la flexibilidad productiva por su tamaño.
Con la transición durante los 80 y 90 del esquema de producción rígido al flexible el bilateralismo ve venir su ocaso en suplencia del multilateralismo, más propicio para albergan grandes movilizaciones de población a las nuevas áreas donde el desarrollo se vea estimulado por la lógica reproductiva del régimen de acumulación pos fordista.
Con el multilateralismo se tiene entonces una nueva geografía comercial y de traspasos de mercancías, así como ocasiona un cambio en los patrones en la migración y con ello en la propia distribución territorial de la población, que es parte ya de la propia lógica de regulación posmodernista.
El cambio tecnológico que sigue dos grandes directrices: los desarrollos de la electrónica que sustentan la tecnología dura (software), y de la informática o tecnología blanda que son soporte lógico de la automatización (software), son la base del cambio en los procesos productivos que necesariamente causan la re estructuración económica, que encuentra su eco en reformas de orden institucional, aunque en la mayoría de casos son rebasadas por dicha re estructuración, lo que lleva a la conformación social que observa sus propia singularidad en cuanto los problemas que presenta.
La oportunidad económica no ingresa al orden político, sin discriminar el componente institucional de los procesos, más bien implica geografías cuya administración política es distinta, por lo que da pié a la necesidad de establecer convenios, acuerdos, tratados internacionales, que superen la restricción del orden político. Por lo mismo, el paulatino abandono del bilateralismo a cambio de vínculos y procesos de cooperación e integración económica multilateralista, de inspiración librecambista, son necesariamente efecto de lo anterior. Es en sumo la razón de la globalización de los mercados, que no solo implica el aprovechamiento de la oportunidad económica en la geografía donde se de, sino la uniformidad y condicionalidad favorable para que la inversión multinacional participe en una geografía nacional en condiciones democráticas y ventajosas.
LA PROPUESTA NEOLIBERAL Y TOYOTA Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
En la implementación del nuevo orden económico internacional (NOEI) la generalización del multilateralismo es base para la producción flexible a nivel global. Las instituciones internacionales que en el seno de la ONU tienen cabida como las anteriormente citadas representan una fuerte carga atávica: erigir una nueva estructura económica internacional supone la implementación de un nuevo régimen de regulación pos fordista que de pie a la acumulación capitalista posmoderna.
El neoliberalismo es el nuevo marco económico e institucional en que se funda la realización del nuevo esquema productivo. No obstante tiene algunas variantes respecto al modelo que le sirve de referencia: el japonés. En este esquema la flexibilidad laboral es la novedad puesto que en oriente el trabajo de por vida y la gerontocracia son parte esencial de la empresa nipona. Aparte, el estado neoliberal implica en grado un cierto nivel de intervención estatal moderado.
El estado neoliberal atiende la procuración de justicia, la seguridad pública y la seguridad nacional de lo que se desprende su carácter judicial. El gasto social es minimizado en lo posible especialmente en materia de educación, salud y asistencia social. La infraestructura se concesiona a la iniciativa privada y el corte institucional gira en torno a la competencia económica (regulación de monopolios), la des reglamentación, la apertura comercial al exterior así como los tópicos relativos a las externalidades de la producción (ecología).
Aparecen nuevas instituciones que suplen a anteriores, tal es el caso de la Organización Mundial de Comercio que absorbe las funciones que venían tratando de realizar el GATT a través de sus rondas, así como las pretensiones de las 8 Conferencias de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Con esto se pretende agilizar y garantizar la supresión del bilateralismo y la implementación del multilateralismo regionalista. No obstante, el proceso sigue su tendencia unilateral pues prevalecen los intereses de las naciones industrializadas respecto a las subdesarrolladas. Por caso esta citar el bilateralismo imperante en el sistema financiero internacional con base al tratamiento que se da a las deudas de los países en vías de desarrollo.
El multilateralismo comercial es condición sine qua non para que exista la libre, ágil y rápida movilidad de las mercancías que son insumos de la industria maquiladora de exportación. Los mercados financieros bursátiles son los canales por los cuales se canaliza la inversión extranjera directa para relocalizar las plantas productivas de las industrias multinacionales.
Finalmente la toyotización, se desee o no, observa un paulatino aumento de los contingentes migratorios tanto a nivel nacional como internacional. Esto es efecto de la nueva geografía de la producción que implica movimiento de población en respuesta a la nueva localización de los negocios que procuran estar en los espacios donde sea mayor la oportunidad económica ante la nueva red de relaciones industriales internacionales.
Tanto el neoliberalismo como ética de administración pública, como la toyotización como ética de administración privada vienen a afectar los patrones migratorios y de la distribución espacial de la población. Especialmente si se considera que durante el periodo donde dominaron las políticas bilateralistas keynesianas donde la población se concentra en la áreas donde se localizan las empresas, que son precisamente las áreas donde se concentran sus principales mercados, lo que crea un círculo vicioso que paulatinamente hace crecer grandes áreas metropolitanas como lo son las ciudades de México, Guadalajara, Puebla y Monterrey, y causan el traslado del campo a las ciudades de grandes contingentes campesinos.
Por lo que el sustento de la principal hipótesis de la presente investigación es precisamente el carácter empírico que tiene la observación del fenómeno de estudio en relación a los nuevos patrones que comporta la distribución espacial de la población y la migración en su expresión tanto internacional, nacional como local.

UN NUEVO ORDEN ECONÓMICO INTERNACIONAL BASADO EN LA PRODUCCIÓN FLEXIBLE Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Se supone que la calidad migratoria de las personas cambia por efecto de la globalización posmodernista. Finalmente las migraciones de reemplazo que hoy son una necesidad creciente en Europa occidental, toman preeminencia en los mercados laborales mundiales. Los traspasos no pueden quedar cautivos en los ámbitos comerciales y financieros, también tocan al factor trabajo, que cada día presenta una mayor migración nacional como internacional puesto que la producción flexible supone la libre movilidad de este factor productivo.
En esta nueva geografía de la producción, la producción flexible supone la flexibilidad laboral y su libre movilidad, no es coherente que en este factor no se observe la libre movilidad deseada.
La pos modernidad observa una descalificación de la fuerza de trabajo a razón de su cualificación: formación, vocación y profesionalización. A cambio de una mayor movilidad y adaptabilidad del factor trabajo a procesos productivos propios de un esquema económico de integración económica, de carácter manualizado y hasta en grado artesanal.
La formación de distritos industriales como efecto colateral a la metropolización, que es parte consecuente del esquema industrializador moderno, supone que la libre movilidad de la fuerza de trabajo adquiera un carácter contractual flexible y temporal, lo que implica que la asimilación y reclutamiento del factor obedece a criterios de eficiencia económica del esquema de industrialización toyotista.
La oportunidad económica tanto para el factor trabajo como para el capital obedece a la nueva red de relaciones industriales cuyos espacios son geográficos como virtuales. La movilidad de ambos factores a su vez queda enajenada dentro de la nueva lógica de acumulación bajo el esquema de integración económica.
Las maquiladoras viene a localizarse en las geografías que aporten algún tipo de ventaja competitiva (utilizando el concepto que da M. Porter, 1992) al proceso de producción que implementan. La oportunidad en la creación económica responde a la geografía del esquema de integración económica y a la vinculación que las empresas tienen con sus mercados de destino tanto nacionales como internacionales.
Como en líneas anteriores se sostiene, es entonces que la distribución territorial de los negocios se explica a través de factores tanto de carácter estructural como funcional. En el primer caso es el crecimiento de la población, el desarrollo industrial, la inversión extranjera, el otorgamiento de créditos e inversión tanto pública como privada (como lo manejan Urbina y Sánchez, 1993), como en el segundo caso de cambios en el orden institucional como son las leyes en materia de regulación de la inversión tanto nacional como extranjera, en el rubro de competencia económica, apertura comercial, desreglamentación, ecología, eficiencia y legislación laboral.
El nuevo orden económico internacional en su proceso globalizador implica distintas formaciones sociales regidas por esquemas económicos la mayoría de ellos con modalidades propias, pero en suma con la característica común de provenir de economías proteccionista de sus industrias nacionales. La industria globalizada es de carácter transnacional. El llamado principio de los vasos comunicantes que supone que al abrir las trabas en la estructura económica internacional que causa las asimetrías modernas en el desarrollo, las regiones mundiales tienden a la similitud de su nivel de desarrollo alcanzado es una fuerte inspiración algo ingenua y utópica de pos modernismo capitalista en su fase imperialista donde el trabajo encaja perfectamente en su necesaria movilidad y residencia enajenada en la lógica reproductiva del esquema de integración económica (Braverman, 1984).
Queda manifiesto entonces que el nuevo orden económico internacional implica una nueva especialización y división internacional del trabajo, donde el capital monopolista trasnacionalizado es el principal actor y gestor del cambio.
El nuevo orden económico internacional impacta a la migración y a la distribución territorial de la población modificando los siguientes patrones:
• La localización industrial puesto que las empresas ante la apertura económica observan una nueva geografía de la oportunidad económica, lo que implica que estas procuren localizarse en las áreas que mayor nexo tengan con sus mercados tanto de proveeduría como de destino, así como represente una ventaja competitiva.

• El carácter institucional de las regiones en procesos de integración de distinto grado que van desde áreas de preferencias arancelarias, uniones aduaneras, a zonas de libre comercio y comunidad económica, supone que los negocios se localicen en las regiones que les integren por razones naturales, pero también institucionales al darse un clima de regulación administrativa adecuado a sus intereses de reproducción.

• El desarrollo sectorial que se modifica ante la prominencia de algunas actividades económicas que privilegian, según el grado o intensidad de uso de los factores productivos, el desarrollo sectorial del país, donde hay algunos que poca oportunidad y desarrollo observan, como otras cuya detonación y ascenso es evidente, de acuerdo al tipo del proceso productivo que tengan.

• El desarrollo regional que no es armónico ni equilibrado. La dote natural de factores productivos y densidad geográfica, la intensidad con que dichos factores se utilizan, el cambio tecnológico, y los propios procesos y funciones de producción de cada rama de actividad económica, ante la apertura y la integración necesariamente obedece a nuevos intereses que según la geografía de la oportunidad económica implican el crecimiento de asimetrías regionales.

• Los patrones migratorios tanto internos como internacionales. Según la nueva geografía de la oportunidad económica, factores de carácter institucional, la canalización sectorial geográfica de la inversión (privada, pública y extranjera), los mercados laborales también presentan una georeferencia que influye en establecer las zonas que no ingresan al este esquema como expulsoras de población, y las zonas que encuentran su acomodo dentro de esta geografía de la oportunidad económica, como receptoras de población.
NUEVA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Ante la re estructuración económica definir concepto que construye un nuevo orden económico internacional, se dan nuevas relaciones industriales entre los agentes económicos a un nivel transnacional.
La integración económica mundial supone tres principios básicos en la especialización internacional del trabajo:
• La ventaja absoluta (Adam Smith), donde se concibe que las naciones que tienen una ventaja absoluta en la producción de un producto deben especializarse en la producción del mismo lo que permite un mayor volumen en la producción, una mejora en la calidad del satisfactor y un más eficiente uso de los recursos con los que se elabora el mismo.
• La ventaja comparativa (David Ricardo), quien afirma que las naciones que no tienen ventaja absoluta alguna en la producción de algún satisfactor, aún les es beneficioso especializarse en los productos donde es menor su desventaja puesto que “... las ganancias del comercio internacional son posibles aún cuando un país sea capaz de fabricar todo más barato que otro, en tanto que en ello son más decisivas las ventajas comparativas que las ventajas absolutas. A partir del principio de la ventaja comparativa Ricardo llegó a la explicación del por qué comercian y qué comercian los países. Esto es, por qué sería más rentable para un país concentrarse en aquellos bienes en los que relativamente produce más eficientemente y comprar aquellos en los que es relativamente menos eficiente, expresado en constes de producción en términos de tiempo de trabajo por unidad producida...” (Orozco, 1998;22)
• Y la ventaja competitiva (Michel Porter). Este concepto admite que existen diversos elementos de carácter infraestructural – productivo, institucional, natural, demográfico, geográfico, meteorológico, organizacional, tecnológico, comunicacional, que aportan al proceso productivo ventajas adicionales que transfieren ventaja competitiva al producto.
Asimismo, se suma a estos principios el teorema de Heckscher – Ohlin que indica que las áreas geográficas donde existe un factor productivo en alta densidad presenta en el valor de dicho insumo un costo bajo, y que las empresas que usan de forma intensiva este factor deben localizarse en tales áreas para que adquieran una ventaja competitiva en la producción del producto al que pertenece el proceso productivo (Orozco, 1998; 23 – 26).
Con los anteriores conceptos se postula una teoría positiva de la ventaja que tiene la cooperación internacional y la razón y necesidad de la especialización internacional del trabajo, lo que supone que la geografía industrial responda a la lógica reproductiva de un régimen de acumulación históricamente específico.
La geografía de la producción a su vez responde a la geografía del mercado. El proceso de circulación y el respectivo de la producción, interactuando mutuamente, engendran las fuerzas motoras que explican la vocación industrial de una región y los flujos existentes de los factores productivos capital y trabajo son los componentes que permiten comprender la geografía de la oportunidad económica y la localización territorial de los negocios.
Los neo schumpeterianos conciben que los cambios tecnológicos ocasionan cambios en las densidades en que regionalmente existen los factores productivos, como en la intensidad en que estos se usan dentro del proceso de producción. El cambio tecnológico es un componente que debe adicionarse en la teoría que trata de explicar la geografía de la especialización industrial y los flujos en la movilidad de los factores productivos capital y trabajo.
Entonces, el cambio tecnológico que implica un ascenso en la composición técnica del capital (siguiendo los trabajos de Braverman, Op.cit.), causan una movilidad del factor trabajo de una industria a otra, de tal modo que la generación de empleos se da más en los sectores productivos intensivos en trabajo que en los de capital.
Así también destacan los cambios en la organización social del trabajo y en la organización del trabajo dentro de la empresa. Esta ubica y recluta al trabajo con base a la forma en que organiza las fases productivas y el régimen de regulación al que responde, se de producción rígida o de producción flexible.
El orden institucional es otro componente de interés, puesto que son las reglamentaciones en materia competencia económica, externalidades de la producción, regulaciones financieras y en materia de inversión, apertura económica y eficiencia que afectan necesariamente la colocación de los montos de capital y la vocación regional industrial productiva.
Todos estos componentes son elementos que explican en gran parte la distribución espacial de la población y los flujos migratorios. La nueva división y especialización del trabajo se explica por la interacción de los anteriores principios y componentes en la yuxtaposición de la producción rígida para las empresas chicas de orden dominantemente nacional, y la producción flexible en las grandes empresas transnacionales. Estas últimas son quienes causan y controlan el cambio tecnológico, mantienen un control monopólico de las nuevas tecnologías a través de los llamados derechos de autor, influyen grandemente en la definición de las políticas industriales y económicas de los gobiernos de pequeñas naciones, e incluso en los de las grandes, poseen en le nivel de capitalización que factibiliza la re estructuración global de la economía mundial, y son quienes en sí promueven la integración transnacional.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


HECKSHER-OHLIN: UNA NUEVA GEOGRAFÍA MUNDIAL DE LA OPORTUNIDAD ECONÓMICA Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
La lógica del esquema que en el nuevo orden económico internacional se implanta, supone que el distinto nivel de ingreso entre las regiones del mundo, incluso entre las naciones, así como la distinta densidad en que existen los factores productivos, en relación a la intensidad en que éstos se utilizan dentro de los procesos de producción de las mercancías, son la base para identificar una nueva geografía de oportunidad económica al presentar, las regiones ventajas competitivas diferenciadas para cada proceso de la producción. Implica por ello que las industrias deben relocalizar sus plantas productivas en las áreas de la geografía mundial donde adquieran ventajas competitivas.
Las ventajas competitivas regionales no solo tienen que ver con la costeabilidad de un proceso de producción, sino también son de tipo institucional, administrativo, fiscal, de naturaleza y condición de los mercados, oportunidad económica, y aspectos en materia de legislación laboral y costo unitario de la mano de obra en razón a su productividad marginal, entre otros aspectos como pueden ser físico – geográficos, climáticos, de nexo y contexto económico, diplomáticos y otros más.
También destacan los acuerdos comerciales y de complementación económica entre las naciones, paz social, estabilidad política, vínculo entre los mercados finales y los mercados de bienes intermedios, demografía, cultura y situaciones favorables en materia de marketing.
El planteamiento teórico parte de postulaciones muy acotadas como lo son los trabajos de Heckscher – Ohlin, P. Samuelson y M. Porter. Destaca principalmente, como la expresión moderna de la ventaja absoluta y la ventaja comparativa clásicas el teorema Heckscher – Ohlin. Por lo que es bueno conocer bien los postulados de los que parten.
La teoría Heckscher – Ohlin sostiene las siguientes dos proposiciones, según indica Chacholiades (1989):
“1. La causa del comercio internacional se encuentra principalmente en las diferencias entre las dotaciones de factores de los diferentes países. En particular, un país tiene una ventaja comparativa en la producción de aquel bien que usa más intensamente el factor más abundante del país. Esta proposición se conoce como el teorema Heckscher – Ohlin,

2. El efecto del comercio internacional consiste en tender a igualar los precios de los factores entre países, y así servir en alguna medida como un sustituto de la movilidad de factores. Esta proposición se conoce como el teorema de la igualación del precio de los factores...”
Este enfoque es neoliberal, se le conoce como teoría de las proporciones factoriales. Para que este teorema opere debe existir libre movilidad de los factores productivos, los costes de transporte son mínimos por lo que se trata de mercancías producidas bajo economías a escala (grandes empresas transnacionales con una gigantesca escala productiva). Se requiere un generalizado librecambismo. A esto ahí que considerar que las empresas operan con diferencias en la composición técnica del capital, con tecnologías distintas, muchas empresas no están en posibilidades de desarrollar economías a escala por tratarse de pequeñas plantas productivas, y presentan rendimientos marginales decrecientes, por lo que también sus costos son marginalmente decrecientes. Existen diferentes niveles de renta, aparte no se concibe la organización social del trabajo ni la organización del trabajo dentro de la empresa, así como se discrimina en clima institucional propicio o contrario para que opere este teorema, lo que es limitativo de este enfoque.
Dice Orozco (1998; 25) al respecto:
“Según esta teoría la ventaja competitiva se origina en las diferentes dotaciones factoriales relativas de los países que participan del comercio internacional. En esa medida, la teoría neoclásica del comercio internacional , especialmente la asociada al modelo Heckscher – Ohlin, sostiene que, en condiciones de libre comercio, las remuneraciones de los factores de producción tenderán a igualarse en todo el mundo”.
Esto implica que las diferentes tasas de remuneración salarial existentes entre las naciones, tienden a disminuir y a anularse conforme exista la integración comercial entre los países. Con este se cancela el principal móvil de la migración internacional, lo que indica que a la par que el comercio internacional se desgrava y se terminan las trabas comerciales, la migración cambia su carácter, quedando como prominente la migración temporal sobre la definitiva, la cual tiende cada vez a ser menor. Incluso, los demógrafos consideran que no obstante la cooperación entre las naciones parece ocasionar una mayor movilidad del factor trabajo, este proceso es temporal y se revierte en el mediano plazo conforme el capital se localice en las áreas expulsoras de la población, incluso causando la regresión de las migraciones que originalmente causa el comercio internacional.
El mismo autor cita en el mismo trabajo más adelante que:
“Análisis posteriores llegaron a demostrar que el teorema Heckscher - Ohlin manifiesta algunas limitaciones, si se toma en cuenta que el comercio no se comporta estrictamente en la dirección que establece esta teoría, esto es, que ni el comercio ni los movimientos en los precios de los factores se establecen inequívocamente. Pues en ausencia de competencia perfecta los precios de los bienes no se igualan a los constes marginales de producción, ya que si bien los precios relativos de los bienes determinan la dirección de los flujos comerciales, dichos precios no reflejan los costes... “ (Orozco, 1998; 26)
Los monopolios y otras formas de colusión económica crean desviaciones en el comercio, por lo que no es tan mecánico el resultado que se espera en base a este teorema, y menos aún en variables relacionadas de forma colateral como es la población, su residencia y movilidad.
Los costos de transporte, fletes, seguros, aranceles, costos de embalaje y almacenaje, así como de administración pueden ser tan representativos que la condición geográfica en que opera el teorema puede ser causa de resultados más arbitrario que predecibles. Sin considerar otros factores que le influyen. Aparte, el carácter periférico de las economías latinoamericanas, especialmente la mexicana agregan algunas otras limitaciones de corte político y social que no deben discriminarse.
Los modelos del comercio internacional no son leyes absolutas, cambian con el tiempo según cambia el régimen de regulación y acumulación. Por otra parte, la situación que viven las naciones en la realidad es muy diversa por región y cambiante en el mediano plazo. Este teorema es muy limitado si se desea usar como una fórmula general para explicar las bondades del comercio internacional y la razón de los flujos de los factores productivos variables como son el capital y el trabajo, más aún en el largo plazo.
De hecho, el esquema es en suma limitado para ser un componente explicativo de la movilidad poblacional y su distribución geográfica. No obstante, el principio es válido de inicio como hipótesis explicativa, siempre y cuando se hagan las acotaciones necesarias que le ajusten a las realidades regionales, nacionales y locales en que se aplica, así como los factores de expulsión – recepción de la población como factor productivo.
Es importante destacar como interactúan las variables que componen y explican el fenómeno migratorio internacional en su lógica inherente de conectividad y desarrollo por lo que se puede destacar los principales patrones o procesos que comportan y determinan. Hay 5 patrones básicos en materia de distribución espacial de la población:

1. Asentamientos humanos en el territorio: correlaciona los recursos naturales y disponibilidad de medios de subsistencia con los asentamientos humanos en un nivel regional. Componentes naturales que son modificados por los cambios en el orden institucional, tecnológico, económico, político y cultural.

2. Interacción entre los asentamientos de población: se habla de la conectividad existente entre los asentamientos humanos por regiones establecidos por los flujos de migración en un contexto internacional como nacional, en esto influyen factores geográficos, tecnológicos, institucionales, socioeconómicos y políticos, tamaño, redes de comunicación, vocación industrial, por citar los principales.

3. Patrón territorial de uso y conservación de recursos naturales: como en los patrones anteriores, este proceso se ve afectado por factores similares donde destacan los cambios económicos (técnicos) y tecnológicos como los de mayor influencia en materia de uso del suelo y ordenamiento territorial desde una perspectiva de desarrollo sustentable.

4. Localización de los negocios: la vocación de los negocios esta condicionada por las características socioeconómicas y geográficas del lugar donde residen donde se observa una distribución espacial de los negocios en atención a sus mercados de proveeduría y destino, como de las ventajas comparativas regionales existentes.

5. Desarrollo socioeconómico comparativo: tiene que ver con el reparto económico de los factores productivos y uso industrial de los mismo que reflejan una especificidad sui generis por región según sea su vocación industrial en la distribución del ingreso estableciendo diferencias regionales en materia de equidad/desigualdad socioeconómica y asimetrías tales como las diferencias existentes en el nivel de ingreso.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


EL NUEVO CONTEXTO INTERNACIONAL COMO CONDICIONANTE DEL DESARROLLO NACIONAL Y SU IMPACTO EN LA MIGRACIÓN Y DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Ante un nuevo orden en la estructura económica internacional a partir de la posguerra, los mercados internos de las economías de países en vías de desarrollo se volvieron dependientes de los intereses de las naciones industrializadas, con lo cual se determina el tipo de relaciones internacionales y sus intercambios, así como la movilidad de la población con base a la lógica de reproducción capitalista que adquiere la forma histórica de una relación centro-periferia con fuerte dependencia económica de las naciones en vías de desarrollo respecto a las desarrolladas.
En esta compulsión económica los países industrializados imponen su esquema de desarrollo a las naciones pobres con base a sus requisitos de proveeduría, con su lógica de reproducción y en favor de sus intereses. Así el desarrollo de este tipo de naciones tendrá un carácter dialéctico , forma en que el desarrollo resulta de la reproducción del subdesarrollo o desarrollo del subdesarrollo, como lo ha dado en llamar Frank (1967), y a la vez existe el subdesarrollo del desarrollo en la geografía de las naciones industrializadas como parte concomitante del mismo proceso.
El crecimiento demográfico en las áreas periféricas superior al experimentado en las naciones industrializadas genera presiones en materia de empleo y remuneración. Los mercados laborales de las primeras presentarán una continuo depauperio del salario ante la abundante oferta de trabajo, en relación con una restringida y menos dinámica demanda del mismo por efecto del desarrollo incipiente de la industria.
“... la re estructuración económica mundial incide en las condiciones de los países de origen y destino, y es además la causa subyacente de la emigración y un factor en la receptividad política y económica de los migrantes en su punto de destino ...” (CHINCHILLA y HAMILTON, 1996)
El proceso de globalización imprime su sello en las naciones en vías de desarrollo al condicionar su esquema económico a las directrices que los intereses del centro le son propios como parte de su lógica reproductiva en la organización de un mercado mundial de factores productivos, donde la movilidad del capital y el trabajo son clave para la formación de ventajas competitivas que se sumen como parte importante de las iniciativas que los estados burgueses tienden a desarrollar para contrarrestar la tendencia descendente de la tasa general de ganancia.
Se tiene entonces que el desarrollo posmodernista es integrador por su propia lógica reproductiva. Genera un crecimiento compartido donde se involucra a varias naciones, lo que implica que estas mismas tienden a homologar su régimen institucional, así como a involucrar intereses compartidos, así la programación pública de la inversión pública tiende a hacerse similar entre las naciones que se integran en materia económica.
La producción flexible redunda en el mercado laboral en materia de la flexibilidad laboral. El cambio en la calidad del contrato laboral de la fuerza de trabajo trae consigo un cambio de patrones en la migración y en la distribución espacial de la población. Se requiere para que funcione adecuadamente y de forma socialmente benéfica la flexibilidad laboral que existan áreas geográficas que puedan considerarse distritos industriales, sin embargo en México las áreas que presentan este tipo de característica son propiamente las áreas metropolitanas. Áreas que traen consigo fuerzas internas y externas que causan el fenómeno del esquema megametropolitano concéntrico (Garza, 1999). Por lo mismo es de esperarse que este tipo de cambio contractual de la fuerza de trabajo cause la migración de las áreas marginadas donde no existen distritos industriales consolidados y el desempleo friccional es mayor, lo que implica la inminente precarización del nivel de vida en dichas áreas, y tienda de nueva cuenta a darle un adicional impulso al ritmo de crecimiento de las grandes áreas metropolitanas tradicionales, como también a la metropolización de nuevas regiones como es la de la ciudad de León cuya influencia dentro del sistema de ciudades del país llega hasta la ciudad de San Juan del Río, Qro. (Conapo, 1991).
Tres cuartas partes de la población mundial viven en países en vías de desarrollo, con el mismo apremio de México por crear empleos ante una demografía creciente. Son naciones de América Latina, África, Asia y Europa del Este. Todas ellas compiten por captar inversión de las naciones industrializadas, por lo que ofrecen los salarios más bajos posibles, pobres derechos laborales que les son atractivos a la inversión extranjera, así como laxas normatividades en materia de regulación ecológica empresarial (externalidades del proceso productivo).
En este contexto internacional que transita en redimensionar las esferas industriales en las que opera la producción rígida y la producción flexible, los problemas de la nación procuran resolverse desde la óptica del libre comercio internacional y la desregulación económica.
La estructura económica internacional condiciona el desarrollo de un país de varias formas:
• Comercialmente cuando la composición de la canasta de importaciones es mayoritariamente de bienes de capital, bienes intermedios y servicios no factoriales de tipo industrial, lo que significa una grave dependencia tecnológica de país respecto al exterior.
• La demanda externa reorienta el aparato productivo nacional a las necesidades foráneas, y en ocasiones puede ser causa de desarticulación o aislamiento de algunas industrias.
• Las patentes y derechos de autor sobre algunos bienes de capital y tecnología no permiten que la nación desarrollo industrial específicas, como es el caso de México donde en su territorio se encuentras todas las factorías necesarias para la creación de un televisor, pero por tratarse de bienes sujetos a patentes, en el país no puede armarse una televisor de marca mexicana.
• Las franquicias no permiten o posibilitan a las empresas nacionales el desarrollo de actividades que creen sinergias empresariales, así como el desarrollo de actividades que quedan cautivas de las cláusulas estipuladas por la franquicia, así como condicionan en suma el desarrollo nacional, según participen industrias bajo este tipo de licencias.
• La IED genera distritos industriales localizados geográficamente en áreas que les son favorables en conexión a sus mercados de proveeduría y de de destino, así es como la zona franca del norte es causa de que en México exista un desarrollo maquilador altamente concentrado en la región de la frontera.
• Según participe el capital internacional en la industria nacional, sus intereses van siendo incidentales en las políticas públicas y en la inversión pública de una nación, incluso puede llegar a tener un peso trascendental en la vida público administrativa de un país (por caso el golpe de estado contra el presidente chileno Salvador Allende en 1971).
• La posición de un país en una red de relaciones industriales internacionales que suponen un integración económica, sectorial y regional de la nación a otras.
• Necesariamente el sector externo de una economía con apertura es altamente participativo en la economía nacional, por lo mismo influye en la localización industrial y el desarrollo sectorial regional hacia dentro del propio país, y como efecto paralelo afecta los patrones de residencia y movilidad de la población y su distribución geográfica.
• La localización territorial de los negocios delinea la geografía y localización de los mercados laborales como de la propia oportunidad económica de una nación.
• Nueva geografía en la localización de los negocios y su impacto en la migración y distribución espacial de la población
La nueva geografía de los negocios responde a dos aspectos: a los mercados internos de los bienes intermedios y finales de los negocios, como a la apertura comercial que abre nuevos horizontes de colocación y captación dentro de la esfera productiva y de circulación de los mismos. El desarrollo industrial - urbano propio de las economías que se integran al esquema económico de globalización, y en especial de las llamadas economía en vías de desarrollo, habla de cómo la fuerza de trabajo procura sus principales mercados, los cuales son de carácter urbano. La oportunidad económica de los negocios esta en gran parte concentrada en medios urbanos. El primer patrón a destacar es precisamente que en la nueva geografía de los negocios, la inversión tanto pública como privada se encona en centros urbanos con alto grado de integración industrial. Con esto queda claro el acelerado incremento de la población urbana respecto a las zonas rurales, lo que implica que el patrón de migración rural – urbano del periodo modernista se sostiene en el pos modernismo.
En el cuadro siguiente se puede ver cómo el ascenso de la población urbana en continentes tales como África y Oceanía es un hecho inminente. La participación relativa de la población urbana de estos dos será relativamente mayor para el año 2025, según lo declara el Fondo de población de las Naciones Unidas en su publicación “El Estado de la Población Mundial, 1996”; donde queda velado que dicho ascenso corresponde más a un proceso de concentración de población que de mejoramiento en la calidad de vida en los medios urbanos.
El “desarrollo del subdesarrollo” , genera como principal resultado el éxodo del campo a las ciudades en las naciones en vías de desarrollo económico, por lo que el ascenso antes mencionada con respecto a la población urbana en dichos continentes viene acompañada de un proceso de desintegración de modos productivos agrícolas tradicionales, y un desarticulado programa de desarrollo industrial concentrado en los principales centros urbanos, por lo que, es de esperar que en lo futuro las ciudades concentren un mayor número de moradores y las presiones demográficas serán mucho mayores en materia de problemas de marginalidad y suburbanización.


Distribución regional de la población urbana en el mundo, 1995 y 2025
(en millones como dato absoluto y en porcentaje como dato relativo)

ABSOLUTOS RELATIVOS
1995 2025 1995 2025

África 250 804 9.04% 15.05%
Asia 1198 2718 43.34% 50.89%
Oceanía 200 307 7.24% 5.75%
América del Norte 223 313 8.07% 5.86%
Europa 535 598 19.36% 11.20%
América Latina 358 601 12.95% 11.25%

TOTAL: 2764 5341 100% 100%
Fuente: Estado de la Población Mundial. FNUAP (1996 y 1997). USA.
Nota: se define localidad urbana a aquella de 2 mil 500 y más habitantes.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


En el cuadro se observa la concentración de la población urbana en los regiones del mundo donde destaca Asia y África que son las más pobladas del mundo.
En el proceso de globalización del factor productivo capital, se tiene el siguiente patrón: el capital migra a las zonas periféricas con base a criterios de mejoramiento de las ventajas competitivas, y ya no lo hace en forma de inversión extranjera indirecta (créditos intergubernamentales o de organismos financieros internacionales), sino por vía de la inversión extranjera neutra (donde se suma con la inversión local en el desarrollo de los negocios) y principalmente de la llamada inversión extranjera neutra (donde las naciones adquieren ahorro foráneo se participa en el desarrollo nacional sin crearle pasivos a la nación). En los siguientes cuadros puede observarse las naciones que exportan capital a zonas periféricas del desarrollo capitalista, cómo la región de América Latina y las naciones de reciente industrialización en los que esta México y que compiten con este en captar este último tipo de inversión.
Son básicamente los países del Atlántico norte (casi todos de la Comunidad Económica Europea), quienes poseen el ahorro interno y tienen inversiones en el país. Por otro lado, están las naciones pobres como la mexicana, las que compiten con México por atraer inversión foránea a su nación.
La nueva geografía de los negocios responde a la colocación de inversión en las áreas que pueden aportan ventajas competitivas a los procesos productivos según sus etapas, con ellos se tiene que las naciones se integran en un esquema de producción compartida al que corresponde el modelo de producción flexible.
Con esto es evidente que las naciones que pretenden atraer capitales a sus países tienen que laxar mucho sus legislaciones en materia laboral, ecológica, fiscal, desregulación económica, y dar otros atractivos. Las presiones demográficas de tales países son fuertes y la finalidad es crear fuentes de empleo suficientes como para retraer los flujos migratorios que hoy día se presentan en todo el orbe de sur a norte, del oeste al este.
La relación entre los factores productivos trabajo y capital ante el cambio tecnológico y organizacional de la lógica posfordista, es propiamente el cambio en la composición técnica del capital y su asimilación geográfica con base a la dotación (densidad) en que existen estos factores y la intensidad en que se usan en los diversos procesos y fases productivas de los negocios con base al nuevo orden tecnológico y organizacional. Dado que en las naciones ricas que abunda el capital respecto al trabajo que es relativamente escaso, y que en las naciones subdesarrolladas existe bajo nivel de capitalización y abundante fuerza de trabajo, la propuesta es relocalizar los negocios que usan intensivamente el factor trabajo en las áreas periféricas, para que por una parte, contribuyan al desarrollo de las naciones que se integran, en unas adicionándose con el ahorro local en la creación de empleos, y en otras, contribuyendo en contrarrestar la tendencia descendente de la tasa general de ganancia de los negocios al disminuir los costos de los procesos productivos en materia de la masas salarial.
Para las naciones subdesarrolladas la opción (según se piensa), radica en captar Inversión Extranjera Directa que genere los empleos necesarios y el ingreso para recomponer los balances macroeconómicos de la nación.
Para ello, desde 1991 se hicieron radicales modificaciones en materia de legislación ambiental, fiscal, laboral y de regulación económica, especialmente en materia de regulación de inversión extranjera. La finalidad era presentar una buena oferta institucional para atraer a los inversionistas extranjeros. La desregulación económica no sólo implicó el abierto concesionamiento del sector público al privado, sino al extranjero.
El fenómeno es mundial. Resulta ser que de donde proviene la Inversión Extranjera Directa, de las naciones industrializadas, la migración de sus capitales locales a otras latitudes de la periferia capitalista implica la pérdida de empleos en tales naciones. Así también, se supone que la colocación de estas inversiones en la periferia del desarrollo occidental capitalista va a frenar, e incluso a repatriar, a los migrantes de tal orbe.
La globalización no sólo va en detrimento de la remuneración de la fuerza de trabajo de los países en desarrollo, sino de aquella de las naciones industrializadas en vista que los capitales industriales de estas buscan reubicarse en otros territorios donde adquieran ventaja competitiva con base en la oferta normativa que las naciones pobres presentan. Así, el bajo salario de las naciones de reciente industrialización presiona en términos reales los salarios de los países industrializados, por lo que la globalización se traduce en un abierto respiro a la capitalización de las burguesías centrales como periféricas, incentivando el crecimiento económico global a costa de generar serias contradicciones como lo es la extrema pobreza en ambos tipos de nación.
Las naciones industrializadas de Europa occidental y América del Norte son exportadoras netas de capital. Su nivel de ahorro interno es tal que no sólo permite financiar su desarrollo de manera endógena, sino que son países acreedores de otras naciones que dado su nivel de ingreso bajo, no están en posibilidades de contar con suficiente ahorro interno para financiar su desarrollo, por lo que se ven en la necesidad de solicitar créditos al exterior. El caso de México y de las naciones de reciente industrialización del este asiático presenta esta situación.
La deuda externa de las naciones pobres crece a dimensiones que en la mayoría de los casos supera el valor de su Producto Nacional Bruto anual. Sujetas a este estigma, son las naciones presionadas por organismos internacionales de financiamiento al desarrollo tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, para que procuren garantizar la liquidez internacional de sus monedas, y su solvencia económica ante sus acreedores por medio de la promoción de las exportaciones.
Resultado de lo anterior es que estas naciones se ven en la necesidad de reorientar su vocación industrial a la producción de productos que presenten ventajas competitivas. Muchas de estas a costa del desabasto nacional.
Aún este esfuerzo, ante la carencia de ahorro interno, el país no esta en la posibilidad de tener un nivel de inversión capaz de garantizar montos suficientes de exportación que le den base al peso y a la liquidación de deuda y pago de intereses. Así, se han des-regularizado y "liberalizado" a la inversión extranjera muchos sectores productivos del país, con la idea de captar inversión extranjera directa.
La mejor oferta de los países es un régimen institucional des regularizado y liberalizado, y una abundante y medianamente calificada fuerza de trabajo, muy barata.
Como se afirma en líneas anteriores, las naciones compite por captar inversión extranjera directa con otras naciones como son las del este asiático, europeo, África y América latina, lo que implica aún un mayor esfuerzo en la crear condiciones propicias para hospedar este tipo de inversión donde destacan como principales iniciativas la des-regulación económica en materia de inversión extranjera, y congelamiento del salario real.
La estrategia del gobierno es crear empleo aunque se incremente la tasa de explotación. Esto no debe verse como un problema de la demografía, sino del reparto económico.
No se olvide que el neoliberalismo es la propuesta de los países ricos al Mundo en general para "fomentar" el desarrollo de las naciones pobres (con las administraciones de Margaret Thacher y Ronald Reagan). Esta propuesta consiste en que las naciones pobres encuentran sus posibilidades de crecimiento bajo la tónica del interés del desarrollo de las economías de las naciones ricas, solamente bajo ese contexto. De otra forma no será posible. Una re-expresión más del llamado "desarrollo del subdesarrollo y subdesarrollo del desarrollo".
Lo cuestionable aquí es que se esta financiando el desarrollo de las naciones ricas a costa del depauperio económico de las naciones en vías de desarrollo, cuya expresión más fehaciente es la inflación que ocasiona el paulatino y permanente deslizamiento del peso ante el dólar, todo en pro de la tras nacionalización de la economía mexicana (Ibáñez y Farías, 1999).
La plusvalía sigue fluyendo de las áreas periféricas del capitalismo a las grandes metrópolis de las naciones pos-industrializadas, donde la terciarización de su economía se explica por la administración y realización del capital financiero y comercial a costa de la pobreza de las naciones en vías de desarrollo que por cierto, representan el 80% de la población mundial.
Con lo anterior se puede exponer que los cambios experimentados en la estructura económica son el principal causal que explica el cambio de los patrones migratorios y la distribución espacial de la población, el cual es parte de un desarrollo más global y sistémico. La estructura económica internacional viene a ser el marco por el que se debe comprender cómo la migración, tanto en un nivel interno como externo y la localización de la población en el territorio, obedece a los cambios experimentados en la reorientación de mercados y regiones comerciales en un nivel mundial.
a. Por que según sea el tamaño de la economía y su inserción en la rede de relaciones internacionales necesariamente es en esta misma dirección que las ramas de actividad económica encontrarán su oportunidad económica en la geografía mundial en referencia a la nacional, de lo que se deriva la localización industrial en mucho.
b. Los mercados internacionales, nacionales de proveeduría y destino conforman patrones de inversión pública, privada y externa que implican la localización de los negocios en el territorio nacional.
c. Los cambios experimentados en la reorientación de mercados y regiones comerciales a nivel mundial necesariamente tienen un efecto interno en las economías nacionales en diferentes aspectos destacando los mercados laborales y su ubicación.
d. La re estructuración económica internacional a efecto del nuevo esquema post fordista, crea una nueva especialización internacional económica de las regiones, así como supone una nueva división internacional del trabajo, que es parte del nuevo orden económico internacional.
El nuevo orden internacional que procura la globalización de las estructuras de mercado llevan consigo el componente del cambio en la especialización internacional del trabajo, así existe una nueva configuración en el orden internacional y su lógica de desarrollo es el contexto donde se mueven los nuevos patrones migratorios y la distribución espacial de la población, que responde a la nueva localización geográfica de los negocios.

Esta página muestra parte del texto, pero pueden faltar notas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (110 páginas, 1Mb)


NUEVAS TENDENCIAS DE LA MIGRACIÓN INTERNA E INTERNACIONAL
Durante el periodo de transición de lo rural agrícola a lo urbano-industrial es un fenómeno mundial. La migración de la población se da en un nivel nacional de las áreas rurales a las urbanas, donde existen circuitos de carácter mixto entre localidades rural - urbanas y urbano - urbano interactuando con las rurales y urbanas. Así como obedece a causales tanto de tipo estructural como funcional; implementación de un nuevo orden institucional previo a la reorientación industrial ante una paulatina y cada día mayor apertura comercial, lo que propicia la migración a puertos y ciudades fronterizas, como de otras localidades que guarden nexo con los mercados en el exterior. Los espacios en que se da este fenómeno son tanto nacionales como internacionales. Este proceso que toma especial peso a partir del periodo fordista (que inicia a principios del siglo XX) se viene a expresar de forma cada día más prominente hasta la actualidad.
Aparte del ascenso urbano, también se tiene que las economías nacionales van abandonando el tradicional esquema primario agropecuario por el creciente sector terciario, especialmente en materia de servicios bancarios y seguros y los llamados servicios a la producción. La terciarización de las economías es patente durante el periodo de posguerra como fenómeno mundial y con las sugerencias keynesianas, los servicios públicos también vienen a tener significativa presencia.
Los principales supuestos sobre las nuevas relaciones post fondistas y su efecto en la relocalización de los negocios y la correspondiente localización de la población y su movilidad y residencia temporal y definitiva obedece a factores que en mucho tienen que ver con las relaciones internacionales centro periferia, que se pueden resumir en grandes rasgos en lo siguiente:

• Los procesos de apertura e integración económica no dejan de lado el efecto demográfico de la distribución territorial de la población en la geografía mundial.

• La movilidad del capital del centro a la periferia, aún con la importancia que adquiere como IED, y su relocalización en las geografías del subdesarrollo, no son fuerza suficiente para retener a la población de estos países en su creciente y cada vez más importante proceso migratorio a regiones del mundo industrializado.

• Las graves asimetrías entre las áreas industriales y las subdesarrolladas representan una abierta ventaja para la fuerza de trabajo, la cual observa una movilidad que explica un fenómeno paralelo: a la vez que el capital migra del centro a la periferia, la gente lo hace de la periferia al centro.

Es evidente que la razón del cambio del esquema fordista al post fordista es el surgimiento de nuevas tecnologías de carácter más efímero, que vienen a contrarrestar el efecto de la competencia en la obsolescencia prematura del capital, y que suponen la polivalencia de esta a varios usos, así como su libre movilidad, como la flexibilización de los procesos productivos dentro de las funciones de producción de las factorías. Esquema que rompe con la rigidez del esquema fordista y que implementa un régimen de producción flexible, que no solo involucra la flexibilidad del proceso en si, sino de la mano de obra: flexibilidad laboral. Un aspecto que apenas se observa en algunos estadios de la oferta laboral mexicana, pero que la parecer la reforma en el marco institucional de la ley federal de trabajo, y posiblemente del propio artículo 123 de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, hace inminente que este es otro proceso que afectará los patrones migratorios y de la distribución territorial del país.

Los cambios tecnológicos son basados especialmente en las innovaciones de la electrónica (tencnología dura o hardware) y en la automatización de los procesos que permiten los lógicos que soportan el manejo de la información como nuevo recurso de la tecnología a través de la informática (tecnología blanda o software). Con ello, el proceso es más flexible y el uso de los recursos más versátil, lo que supone la libre movilidad de los mismos.
 


Google
 
Web eumed.net